La hipertensión es una forma alternativa de denominar a la presión arterial elevada. Puede derivar en complicaciones graves e incrementar el riesgo de sufrir una cardiopatía, un accidente cerebrovascular y la muerte.

La presión arterial se define como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos. Esta presión depende del trabajo que realiza el corazón y de la resistencia de los vasos sanguíneos.

La hipertensión y la cardiopatía representan las mayores preocupaciones a nivel global. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que, debido al crecimiento en la industria de los alimentos procesados, ha aumentado la cantidad de sal que llevan las comidas en todo el mundo, lo que juega un papel muy importante en la hipertensión.

Datos rápidos sobre la hipertensión:

  • La presión arterial normal es de 120/80 mm de mercurio (mm Hg), pero la hipertensión es superior a 130/80 mm Hg.
  • Las causas graves de la presión arterial elevada incluyen el estrés, pero puede aparecer por sí sola o como consecuencia de una enfermedad subyacente, como la insuficiencia renal.
  • La hipertensión mal gestionada puede derivar en un ataque al corazón, un infarto cerebrovascular y otros problemas.
  • Los factores del estilo de vida son la mejor manera de abordar la presión arterial elevada.
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Regular health checks are the best way to monitor your blood pressure.Share on Pinterest
Las revisiones de salud de forma regular son la mejor manera de monitorizar la presión arterial.

La hipertensión es el término médico para referirse a la presión arterial elevada.

Esto significa que la sangre hace demasiada fuerza contra las paredes de los vasos sanguíneos.

Alrededor de 85 millones de personas en Estados Unidos tienen la presión arterial elevada.

Según las pautas utilizadas por la Asociación Estadounidense del Corazón (AEC) en noviembre del 2017, las directrices de los médicos definen la presión arterial elevada en 130 sobre 80 milímetros de mercurio (mm Hg).

Aunque la mejor opción es regular la presión arterial a través de la dieta antes de que alcance la fase de hipertensión, existe una gran variedad de opciones para tratarla.

Los cambios en el estilo de vida representan el tratamiento estándar de primera línea para la hipertensión.

Ejercicio físico regular

Los médicos recomiendan que los pacientes con hipertensión se comprometan a realizar 30 minutos de ejercicio aeróbico y dinámico con intensidad moderada. Esto puede incluir caminar, correr, pasear en bicicleta o nadar unos 5 o 7 días a la semana.

Reducción del estrés

Es muy importante evitar el estrés o desarrollar estrategias para gestionar el estrés inevitable, ya que puede ayudar a controlar la presión arterial.

El consumo de alcohol, drogas y tabaco, junto a la alimentación no saludable para hacer frente al estrés, añadirá problemas hipertensivos, por lo que deberían evitarse.

El tabaco puede aumentar la presión arterial, por lo que, si deja de fumar, podrá reducir el riesgo de sufrir hipertensión, enfermedades del corazón y otros problemas de salud.

Medicamentos

Las personas con presión arterial alta, por encima de 130/80 podrían utilizar medicamentos para tratar la hipertensión.

Normalmente, los fármacos se empiezan de uno en uno con una dosis pequeña. Los efectos secundarios que se asocian con los medicamentos antihipertensivos suelen ser insignificantes.

De forma eventual, se suele requerir una combinación de al menos 2 medicamentos antihipertensivos.

Existen varios tipos de medicamentos que están disponibles para ayudar a reducir la presión arterial, como:

  • Diuréticos, como las tiazidas, la clortalidona y la indapamida
  • Bloqueadores alfa y beta
  • Bloqueadores de los canales de calcio
  • Agonistas centrales
  • Inhibidor adrenérgico periférico
  • Vasodilatadores
  • Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA)
  • Bloqueadores de los receptores de angiotensina

La elección del medicamento depende del individuo y de cualquier otra enfermedad que éste pueda padecer.

Cualquier persona que tome medicamentos antihipertensivos debería asegurarse de leer las instrucciones de forma cuidadosa, sobre todo, antes de ingerir fármacos sin receta, como los descongestionantes.

Estos podrían interactuar con los medicamentos utilizados para disminuir la presión arterial.

Las causas de la hipertensión suelen ser desconocidas.

1 de cada 20 casos de hipertensión surge a consecuencia de una enfermedad subyacente o medicamento.

La insuficiencia renal crónica (IRC) es la causa más común de la presión arterial alta, ya que los riñones no filtran los fluidos. Este exceso de líquido deriva en hipertensión.

Factores de riesgo

Un número de factores de riesgo incrementan las posibilidades de sufrir hipertensión.

  • Edad: La hipertensión suele ser más común en personas mayores de 60 años. Con la edad, la presión arterial puede incrementar de forma paulatina, ya que las arterias se vuelven más rígidas y estrechas debido a la formación de placa.
  • Etnia: Algunos grupos étnicos son más propensos a sufrir hipertensión.
  • Altura y peso: La obesidad o sobrepeso representan un factor de riesgo clave.
  • Consumo de alcohol y tabaco: El consumo de grandes cantidades de alcohol de forma regular puede incrementar la presión arterial de una persona, al igual que el tabaco.
  • Sexo: El riesgo vitalicio es el mismo para hombres y mujeres, pero los hombres son más propensos a sufrirla a una edad más temprana. La frecuencia suele ser superior en las mujeres mayores.
  • Enfermedades de salud existentes: Las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la enfermedad renal crónica y los niveles de colesterol elevados pueden derivar en hipertensión, sobre todo cuando la gente envejece.

Otros factores que también contribuyen son:

  • La inactividad física
  • Una dieta rica en sal asociada a los alimentos procesados y grasos
  • Bajos niveles de potasio en la dieta
  • El consumo de alcohol y tabaco
  • Algunas enfermedades y medicamentos

Un historial familiar de presión arterial elevada y estrés mal gestionado también puede contribuir.

A continuación, presentamos un modelo 3D sobre la hipertensión, totalmente interactivo.

Explore el modelo con el ratón o la pantalla táctil para descubrir más detalles sobre la hipertensión.

La presión arterial puede medirse con un tensiómetro o un monitor específico.

La presión arterial elevada durante un corto periodo de tiempo puede suponer una respuesta normal a muchas situaciones. El estrés agudo y el ejercicio intenso, por ejemplo, pueden elevarla por poco tiempo en una persona saludable.

Por esta razón, un diagnóstico de hipertensión suele requerir varias lecturas que muestren presión arterial elevada durante mucho tiempo.

La lectura de presión sistólica de 130 mm Hg es la presión que realiza el corazón para bombear sangre por todo el cuerpo. La diastólica de 80 mm Hg es la que lleva a cabo el corazón cuando se relaja y se recarga de sangre.

Las directrices de la AEC definen los siguientes rangos de presión arterial:

Sistólica (mmHg)Diastólica (mmHg)
Presión arterial normalInferior a 120Inferior a 80
ElevadaEntre 120 y 129Inferior a 80
Fase 1 hipertensiónEntre 130 y 139Entre 80 y 89
Fase 2 hipertensiónAl menos 140Al menos 90
Crisis hipertensivaSuperior a 180Superior a 120

Si la lectura muestra una crisis hipertensiva cuando miden la presión arterial, espere 2 o 3 minutos y repita el análisis.

Si la lectura es la misma o superior, se trata de una urgencia médica.

La persona debería buscar atención inmediata en el hospital más cercano.

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La presión arterial elevada aumenta el riesgo de sufrir grandes problemas en el corazón, como un infarto.

Una persona con hipertensión podría no experimentar ningún síntoma, de hecho, esta enfermedad es conocida como “el asesino silencioso”. Aunque sea indetectable, puede causar daños en el sistema cardiovascular y los órganos internos, como los riñones.

Las revisiones regulares de la presión arterial es vital, ya que generalmente no habrá síntomas que le avisen de la enfermedad.

Se sabe que la presión arterial suele provocar sudores, ansiedad, problemas de sueño y enrojecimiento. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no aparecerá ningún síntoma.

Si la presión arterial alcanza el nivel de una crisis hipertensiva, el paciente podría experimentar cefaleas y hemorragias nasales.

Complicaciones

La hipertensión a largo plazo puede provocar complicaciones como la aterosclerosis, en la que la formación de la placa provoca el estrechamiento de los vasos sanguíneos. Esto provoca el empeoramiento de la hipertensión, ya que el corazón debe bombear más rápido para transportar la sangre al cuerpo.

La aterosclerosis relacionada con la hipertensión puede derivar en:

  • Fallo y ataque cardíaco.
  • Un aneurisma, es decir, una protuberancia anómala en las paredes de la arteria que puede provocar quemazón, lo que causa un grave sangrado y, en algunos casos, la muerte.
  • Insuficiencia renal.
  • Accidente cardiovascular.
  • Amputación.
  • Retinopatías hipertensivas en el ojo, lo que puede provocar una ceguera.

Los análisis regulares para medir la presión arterial pueden ayudar a las personas para evitar complicaciones más graves.

Algunos tipos de hipertensión pueden gestionarse con cambios en el estilo de vida y la alimentación, como con la práctica del ejercicio físico, la reducción del alcohol y el tabaco, o la eliminación de dietas bajas en sodio.

Reducción en la cantidad de sal

La media en la ingesta de sal se encuentra entre 9 gramos (g) y 12 g al día en la mayoría de países de todo el mundo.

La OMS recomienda reducir la ingesta por debajo de los 5 g al día para ayudar a disminuir el riesgo de hipertensión y los problemas relacionados con la salud.

Esto puede beneficiar a las personas con y sin hipertensión, pero los que más se beneficiarán son los individuos con la presión arterial elevada.

Moderación en el consumo de alcohol

La moderación en el consumo de alcohol excesivo está relacionado con la presión arterial elevada y con un mayor riesgo de sufrir un ACV.

La Asociación Estadounidense del Corazón (AEC) recomienda un máximo de 2 bebidas al día para los hombres y 1 para las mujeres:

  • 355 ml de cerveza
  • 118 ml de vino
  • 44 ml de bebidas alcohólicas con 80 grados
  • 30 ml de bebidas alcohólicas con 100 grados

El médico puede ayudar a las personas que tengan dificultades para reducir el consumo de alcohol.

Más frutas y verduras, menos grasa

Se recomienda a las personas que tienen o que están en riesgo de sufrir presión arterial alta que coman la menor cantidad posible de grasas saturadas y totales.

En su lugar, recomendamos:

  • Alimentos ricos en fibras y cereales integrales
  • Gran variedad de frutas y verduras
  • Alubias, legumbres y nueces
  • Pescado rico en omega 3 dos veces a la semana
  • Aceites vegetales no tropicales, como el aceite de oliva
  • Pescado y aves sin piel
  • Productos lácteos bajos en grasas

Es importante evitar las grasas trans, los aceites vegetales hidrogenados y las grasas animales. Coma porciones de tamaño moderado.

Control del peso corporal

La hipertensión está estrechamente relacionada con el exceso de peso y la reducción del mismo viene normalmente acompañada con una disminución en la presión arterial. Una dieta saludable y equilibrada, junta a una ingesta calórica que coincida con el tamaño de la persona, el sexo y el nivel de actividad, le ayudará a reducir la enfermedad.

La dieta DASH

El Instituto Estadounidense del Corazón, el Pulmón y la Sangre (NHLBI) recomienda la dieta DASH para las personas con presión arterial elevada. DASH, por sus siglas en inglés, significa “métodos dietéticos para detener la hipertensión” y se ha diseñado especialmente para ayudar a que las personas reduzcan su presión arterial.

Se trata de un plan de alimentación flexible y equilibrado que se basa en los estudios de investigación patrocinados por el Instituto. Aseguran que la dieta:

  • Disminuye la presión arterial elevada
  • Mejora los niveles de grasas en la flujo sanguíneo
  • Reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares

Existe un libro de cocina escrito por el NHLBI llamado “Keep the Beat Recipes” (Recetas frescas, caseras y naturales) con ideas culinarias para obtener estos resultados.

Algunas evidencias sugieren que el uso de suplementos probióticos durante 8 semanas o más podrían beneficiar a las personas con hipertensión.

La presión arterial elevada que no es causada por otra enfermedad se llama primaria o hipertensión esencial. Si aparece como resultado de otra enfermedad, se denomina secundaria.

La hipertensión primaria puede aparecer debido a múltiples factores, como la cantidad de plasma en sangre y la actividad de las hormonas que regulan el volumen y la presión sanguínea. También está influenciada por factores medioambientales, como el estrés y la falta de ejercicio.

La hipertensión secundaria tiene causas específicas y suele ser una complicación de otro problema.

Puede aparecer debido a:

  • La diabetes, por problemas en los riñones o daños en los nervios
  • La insuficiencia renal
  • La feocromocitoma, una forma extraña de cáncer que aparece en una glándula suprarrenal
  • El síndrome de Cushing, causado por los corticosteroides
  • La hiperplasia suprarrenal congénita, una enfermedad de las glándulas suprarrenales que producen cortisol
  • El hipertiroidismo o a hiperactividad de una glándula tiroidea
  • El hiperparatiroidismo, que afecta a los niveles de calcio y fósforo
  • El embarazo
  • La apnea del sueño
  • La obesidad
  • La insuficiencia renal crónica

El tratamiento de la enfermedad subyacente debería mejorar la presión sanguínea.

Traducido por Carmen María González Morales

Revisado por Brenda Carreras

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