La osteoartritis es una forma común de artritis que a menudo afecta la rodilla. En las primeras etapas, es posible que una persona no note ningún síntoma. Sin embargo, en las etapas posteriores puede experimentar problemas de movilidad, y es posible que necesite cirugía.

La osteoartritis de la rodilla afecta los huesos, el cartílago y la membrana sinovial en la articulación de la rodilla.

El cartílago es un tejido resbaladizo que proporciona una superficie lisa para el movimiento de las articulaciones, y actúa como un cojín entre los huesos. La membrana sinovial, que es suave y recubre las articulaciones, produce líquido sinovial para la lubricación, y suministra nutrientes y oxígeno al cartílago.

A medida que estas funciones se degradan, ya no protegen los huesos de la articulación de la rodilla. Esto a su vez puede causar daño óseo.

La osteoartritis de la rodilla puede causar dolor y rigidez. Los síntomas empeoran con el tiempo.

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Gordon Schirmer/Getty Images

La osteoartritis de la rodilla tarda varios años en desarrollarse. Los médicos a menudo utilizan etapas para describir su progresión.

Comúnmente utilizan la clasificación Kellgren-Lawrence (KL) de osteoartritis para describir la osteoartritis de rodilla, pero hay otros sistemas de clasificación. La clasificación original de KL se publicó en 1957.

Las siguientes etapas siguen la clasificación KL, basada en una serie de imágenes de rayos X de osteoartritis de rodilla.

Etapa 1: Menor

Una radiografía podría no revelar ningún daño, pero las protuberancias en el hueso llamadas osteofitos pueden ser una señal temprana de osteoartritis.

Otros cambios en la articulación en esta etapa pueden incluir daños leves en el cartílago y estrechamiento del espacio entre los huesos en la articulación.

En esta etapa, es poco probable que una persona experimente molestias o dolor. La articulación aparecerá normal en una radiografía. Los cambios en la marcha también son poco probables.

Etapa 2: Leve

En esta etapa, una radiografía posiblemente mostrará un estrechamiento del espacio en la articulación y espolones óseos.

Es posible que se empiece a notar rigidez y dolor en las articulaciones, especialmente después de descansar por un tiempo.

El área donde se encuentran los huesos y los tejidos comenzará a endurecerse. Cuando los tejidos se endurecen, el hueso se vuelve más grueso y denso. También se desarrollará una capa delgada de hueso debajo del cartílago en las articulaciones.

Puede haber algún daño menor, pero los huesos no se frotan ni se rozan entre sí. Hay presencia de líquido sinovial, lo que ayuda a reducir la fricción, apoyando el movimiento de la rodilla.

Etapa 3: Moderada

En esta etapa, una radiografía mostrará:

  • un estrechamiento visible del espacio articular
  • cierto desarrollo de espolones óseos
  • algunos daños en el cartílago y otros tejidos
  • una posible deformidad en los extremos de los huesos

Es posible notar:

  • dolor y malestar durante las actividades diarias, como correr, caminar, arrodillarse y curvarse
  • señales tempranas de inflamación articular
  • hinchazón y acumulación de líquido alrededor de la articulación debido a la sinovitis, que a veces se le llama agua en la rodilla

A medida que la osteoartritis progresa, el cartílago seguirá adelgazando y descomponiéndose. Los huesos responderán engrosando y formando crecimientos óseos hacia afuera.

Etapa 4: Grave

En esta etapa, una radiografía mostrará:

  • un estrechamiento severo del espacio articular, que provoca como resultado que los huesos se encuentren y se rocen
  • un desarrollo significativo de espolones óseos
  • daño visible en el cartílago, que puede haberse erosionado total o casi totalmente
  • una deformidad definida en los extremos de los huesos

Las personas podrían experimentar:

  • rigidez en la articulación
  • inflamación constante
  • menos líquido alrededor de la articulación
  • más fricción en la articulación
  • dolor y malestar significativos incluso durante movimientos simples

En esta etapa, el médico puede recomendar la cirugía.

Es posible que no se experimenten síntomas en las primeras etapas de la osteoartritis.

Si una persona tiene dolor de rodilla, el médico le preguntará acerca de los síntomas, como:

  • cuándo y dónde se produce el dolor y la rigidez
  • si la rodilla se agrieta o estalla con el movimiento
  • cuánto tiempo dura el dolor en la mañana
  • cómo esto afecta la vida diaria
  • si está tomando algún medicamento
  • si hay dolor y sensación de llenura detrás de la rodilla, lo que puede significar que hay un quiste de Baker
  • si la rodilla parece inestable
  • si la articulación ha cambiado de forma
  • si los síntomas afectan a una o ambas rodillas

El dolor por la osteoartritis de la rodilla generalmente mejora alrededor de 30 minutos después de levantarse del reposo, pero el dolor de la artritis reumatoide puede durar 45 minutos o más.

El médico también:

  • preguntará sobre el historial médico personal y familiar
  • realizará un examen físico completo
  • pedirá pruebas de diagnóstico

El médico examinará las articulaciones, probará el rango general de movimiento y verificará si hay daño. Prestará mucha atención a cualquier área sensible, inflamada o que cause dolor.

Las posibles pruebas incluyen:

  • radiografías para evaluar el daño a la articulación
  • resonancia magnética para ayudar a detectar señales tempranas que una radiografía podría no revelar
  • análisis de sangre para ayudar a descartar otras enfermedades, como la gota y la artritis reumatoide.

En algunos casos, el médico puede recomendar una prueba de líquido articular, que consiste en extraer un poco de líquido con una aguja y enviarlo a un laboratorio para su análisis. Los resultados pueden mostrar biomarcadores de inflamación.

Sin embargo, los expertos no recomiendan esto a menos que haya señales de hinchazón que podrían indicar inflamación articular o sinovitis. En este caso, las pruebas podrían ayudar a detectar artritis reumatoide.

Las opciones de tratamiento dependen del estadio de la osteoartritis y de la rapidez con la que avanza la afección.

Etapa 1

Cualquier síntoma suele ser menor, y el dolor se puede controlar generalmente con acetaminofeno u otros medicamentos de venta libre (OTC, en inglés). El médico puede recomendar ejercicios específicos para ayudar a aumentar la fuerza y la movilidad.

Según la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS, por sus siglas en inglés), no hay suficiente evidencia para demostrar que los suplementos como la glucosamina ayudan.

Etapa 2

Los tratamientos pueden incluir:

  • tomar analgésicos
  • asistir a las sesiones de fisioterapia para desarrollar o mantener la fuerza y la flexibilidad
  • usar una rodillera para aliviar la presión en las superficies de las articulaciones
  • usar plantillas en los zapatos para reducir la tensión en la rodilla

En esta etapa, puede ser necesario adaptar o cambiar las actividades diarias para evitar el dolor.

Etapa 3

Los tratamientos pueden incluir:

  • tomar analgésicos de venta libre, como acetaminofeno
  • tomar analgésicos recetados, como oxicodona y codeína
  • recibir inyecciones de corticosteroides

En el pasado, las personas usaban ácido hialurónico para tratar el dolor. Sin embargo, tanto el Colegio Americano de Reumatología (ACR, por sus siglas en inglés) como la Fundación de Artritis (AF, por sus siglas en inglés) no aconsejan su uso, ya que no hay suficiente evidencia que demuestre que es seguro o efectivo.

Etapa 4

En esta etapa, el cartílago ha disminuido significativamente o se ha desgastado por completo.

La persona puede seguir usando medicamentos analgésicos. Para mantenerse en movilidad, puede usar un bastón, un andador o un soporte.

El médico puede recomendar una cirugía para reemplazar o realinear la articulación.

Remedios alternativos

El Colegio Americano de Reumatología y la Fundación de Artritis recomiendan a las personas:

  • alcanzar un peso moderado, si es necesario
  • obtener información sobre cómo gestionar su situación
  • practicar tai chi
  • usar una rodillera
  • hacer ejercicios de equilibrio
  • practicar yoga
  • someterse a terapia cognitiva conductual para ayudar con el dolor, el estado de ánimo y los problemas del sueño

También pueden probar lo siguiente:

  • acupuntura
  • terapia de pulso magnético
  • lavado con aguja, que consiste en insertar una aguja en la articulación e inyectar una solución salina

Sin embargo, la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos señala que no hay suficiente evidencia para confirmar que estos tratamientos sean seguros o efectivos.

Las directrices actuales sugieren que las personas eviten el uso de plantillas con cuña lateral o medial, suplementos de glucosamina o suplementos de condroitina, ya que las investigaciones no han confirmado que funcionen.

Terapia de células madre

Los investigadores han estado estudiando si la terapia con células madre puede regenerar el cartílago en personas con osteoartritis.

Sin embargo, subsisten varios problemas. Por ejemplo, la terapia es costosa, una persona podría tener que recibir varias rondas antes de ver resultados, y el tratamiento puede ser ineficaz si el índice de masa corporal es mayor de 35.

Los autores de un metaanálisis de 2018 analizaron las formas de usar células madre para tratar la osteoartritis, y cómo esto influía en los resultados a largo plazo. Concluyeron que los resultados de los estudios de alta calidad eran inconsistentes.

Algunas clínicas ofrecen terapia con células madre para la osteoartritis, pero la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) advirtió al público en 2017 que no “creyera en la exageración publicitaria”.

El Colegio Americano de Reumatología y la Fundación de Artritis advierten fuertemente contra el uso de terapia de células madre, ya que no hay normas para regular esta práctica.

Los efectos secundarios de los tratamientos de células madre no aprobados pueden incluir:

  • reacciones adversas en el lugar de la inyección
  • células reproduciéndose en el lugar incorrecto
  • no puede asegurarse de que las células funcionen como se espera
  • riesgo de aparición de tumores

Cualquier persona que esté considerando el tratamiento con células madre para la osteoartritis debe comunicarse primero con su médico.

La osteoartritis de rodilla es una afección progresiva en la que el cartílago alrededor de los huesos de una articulación se rompe.

A medida que pasa el tiempo, los huesos comenzarán a rozarse entre sí, y pueden desarrollarse espolones óseos. Habrá niveles crecientes de dolor y rigidez y posiblemente pérdida de movilidad.

Varias opciones de tratamiento pueden ayudar a controlar la osteoartritis. El médico recomendará el tipo de tratamiento dependiendo de las necesidades individuales y la etapa de la osteoartritis que se esté experimentando.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Stella Miranda el 7 de octubre de 2021.

Versión original actualizada el 2 de junio de 2021.

Última revisión médica realizada el 2 de junio de 2021.