El asma es una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias. Provoca sibilancias que pueden hacer que sea difícil respirar. Algunos desencadenantes incluyen exponerse a un alérgeno o irritante, varios tipos de virus, hacer ejercicio, estrés emocional y otros factores.

El asma hace que las paredes internas de las vías respiratorias, o los bronquios, se hinchen e inflamen.

Durante un ataque de asma, las vías respiratorias se hincharán, los músculos que las rodean se tensarán y será difícil que el aire entre y salga de los pulmones.

Alrededor del 7.9% de las personas en los Estados Unidos tenían asma en 2017. Son muchos los tipos de asma y son varios los factores que pueden causar asma o desencadenar un ataque agudo.

En este artículo analizamos los tipos, causas y desencadenantes del asma, así como la forma en que un médico la diagnostica.

Obtén más información sobre cómo controlar el asma aquí.

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Compartir Una persona con asma puede experimentar síntomas cuando hace ejercicio.

El asma es una afección a largo plazo que afecta las vías respiratorias. Implica inflamación y estrechamiento dentro de los pulmones, lo que restringe el suministro de aire.

Una persona con asma podría experimentar:

  • opresión en el pecho
  • sibilancias
  • dificultad para respirar
  • tos
  • mayor producción de mucosidad

Un ataque de asma ocurre cuando los síntomas se vuelven graves. Los ataques pueden comenzar repentinamente y variar desde leves a potencialmente mortales.

En algunos casos, la inflamación de las vías respiratorias puede evitar que el oxígeno llegue a los pulmones. Esto significa que el oxígeno no puede ingresar al torrente sanguíneo ni alcanzar órganos vitales. Por lo tanto, si alguien experimenta síntomas graves necesita atención médica urgente.

Un médico puede prescribir tratamientos adecuados y asesorar a una persona sobre las mejores formas de controlar sus síntomas de asma.

Aprende más sobre las señales y síntomas del asma aquí.

El asma puede presentarse de muchas formas diferentes y por muchas razones diferentes, pero los desencadenantes suelen ser los mismos. Incluyen contaminantes en el aire, diferentes tipos de virus, caspa de mascotas, moho y humo de cigarrillo.

En las secciones siguientes se describen algunos tipos comunes de asma.

Asma infantil

El asma es la afección crónica más común en los niños. Puede desarrollarse a cualquier edad, pero es un poco más común en niños que en adultos.

En 2017, los niños de 5 a 14 años mostraron una mayor probabilidad de padecer asma. En este grupo de edad, la afección afectó al 9.7% de las personas. También afectó al 4.4% de los niños de 0 a 4 años.

En el mismo año, el asma afectó al 7.7% de las personas mayores de 18 años.

Según la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association), algunos desencadenantes comunes del asma infantil incluyen:

  • infecciones respiratorias y resfriados
  • humo de cigarrillo, incluyendo el humo de tabaco de segunda mano
  • alérgenos
  • contaminantes del aire, incluyendo la contaminación por ozono y partículas, tanto en interiores como en exteriores
  • exposición al aire frío
  • cambios repentinos en la temperatura
  • excitación
  • estrés
  • hacer ejercicio

Es vital buscar atención médica si un niño comienza a experimentar asma, ya que puede poner en riesgo su vida. Un médico puede dar recomendaciones sobre algunas de las mejores formas de controlar la afección.

En algunos casos, el asma puede mejorar cuando el niño llega a la edad adulta. Sin embargo, para muchas personas es una enfermedad de por vida.

Aparición del asma en adultos

El asma puede desarrollarse a cualquier edad, incluso durante la edad adulta. Según un estudio de 2013, los adultos tienen más probabilidades que los niños de tener síntomas persistentes.

Algunos factores que afectan el riesgo de desarrollar asma en la edad adulta incluyen:

  • enfermedad respiratoria
  • alergias y exposición a alérgenos
  • factores hormonales
  • obesidad
  • estrés
  • fumar

Obtén más información sobre la aparición del asma en adultos aquí.

Asma ocupacional

El asma ocupacional resulta de la exposición a un alérgeno o irritante presente en el lugar de trabajo.

Los alérgenos pueden causar asma en personas con sensibilidad o alergia en los siguientes lugares de trabajo:

  • panaderías, molinos de harina y cocinas
  • hospitales y otros entornos del cuidado de la salud
  • tiendas de mascotas, zoológicos y laboratorios donde hay animales presentes
  • granjas y otros entornos agrícolas

En las siguientes ocupaciones, los irritantes pueden desencadenar síntomas de asma:

  • reparación y fabricación de automóviles
  • ingeniería y metalistería
  • ebanistería y carpintería
  • industrias de electrónica y ensamblaje
  • salones de belleza
  • piscinas cubiertas

Aquellos con un mayor riesgo incluyen personas que:

  • fuman
  • tienen rinitis alérgica
  • tienen antecedentes de asma o alergias ambientales

El entorno laboral de una persona puede desencadenar la reaparición del asma infantil o el inicio de la enfermedad en la edad adulta.

Asma difícil de controlar y grave

Las investigaciones sugieren que alrededor del 5% al 10% de las personas con asma tienen asma grave.

Algunas personas tienen síntomas graves por motivos no relacionados directamente con el asma. Por ejemplo, es posible que aún no hayan aprendido la forma correcta de usar un inhalador.

Otras tienen asma refractaria grave. En estos casos, el asma no responde al tratamiento, incluso con dosis altas de medicamentos o el uso correcto de inhaladores. Este tipo de asma puede afectar al 3.6% de las personas con la enfermedad, según un estudio de 2015.

El asma eosinofílica es otro tipo de asma que, en casos graves, podría no responder a los medicamentos habituales. Si bien algunas personas con asma eosinofílica la controlan con medicamentos estándar para el asma, otras podrían beneficiarse de terapias “biológicas” específicas. Un tipo de medicamento biológico reduce la cantidad de eosinófilos, que son un tipo de célula de la sangre involucrado en una reacción alérgica que puede desencadenar el asma.

Obtén más información sobre el asma grave aquí.

Asma estacional

Este tipo de asma ocurre en respuesta a alérgenos que se encuentran solo en el entorno circundante en ciertas épocas del año. Por ejemplo, el aire frío en el invierno o el polen en la primavera o el verano pueden desencadenar los síntomas del asma estacional.

Las personas con asma estacional siguen padeciendo la enfermedad durante el resto del año, pero generalmente no presentan síntomas.

Sin embargo, el asma no siempre es causada por una alergia. Obtén más información sobre la diferencia entre el asma alérgica y no alérgica aquí.

Los profesionales de la salud no saben exactamente qué causa el asma, pero los factores genéticos y ambientales parecen jugar un papel importante.

Algunos factores, como la sensibilidad a un alérgeno, pueden ser tanto causas como desencadenantes. En las secciones que siguen se enumeran algunas otras.

Embarazo

Según un estudio, fumar durante el embarazo parece aumentar el riesgo de que el feto desarrolle asma más adelante en la vida. Algunas mujeres también experimentan un agravamiento de los síntomas del asma durante el embarazo.

Obesidad

Un artículo de 2014 sugirió que las personas con obesidad parecen tener niveles más altos de asma que aquellas que no son obesas. Los autores señalan que, en un estudio, los niños con obesidad que perdieron peso también experimentaron mejoras en sus síntomas de asma.

En la actualidad, existe evidencia creciente de que ambas afecciones involucran una respuesta inflamatoria crónica, y esto podría explicar el vínculo.

Alergias

Las alergias se desarrollan cuando el cuerpo de una persona se vuelve sensible a una sustancia específica. Una vez que se ha producido la sensibilización, la persona será susceptible a una reacción alérgica cada vez que entre en contacto con tal sustancia.

No todas las personas con asma tienen una alergia, pero a menudo existe un vínculo. En personas con enfermedades alérgicas, la exposición a alérgenos específicos puede resultar en síntomas.

Un estudio de 2013 encontró que entre el 60% al 80% de los niños y adultos jóvenes con asma son sensibles a al menos un alérgeno.

Obtén más información sobre el asma alérgica aquí.

Fumar productos que contienen tabaco

Fumar cigarrillos puede desencadenar síntomas de asma, según la Asociación Americana del Pulmón.

El asma, incluso si no se fuma, puede dañar los pulmones. Esto puede aumentar el riesgo de desarrollar diversas afecciones pulmonares relacionadas con el tabaco, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, y, además, puede agravar los síntomas.

Factores ambientales

La contaminación del aire, tanto dentro como fuera de la casa, puede influir en el desarrollo y los desencadenantes del asma.

Algunos alérgenos dentro del hogar incluyen:

  • moho
  • polvo
  • pelo y caspa de animales
  • gases de limpiadores domésticos y pinturas
  • cucarachas
  • plumas

Otros factores desencadenantes en el hogar y en exteriores incluyen:

  • polen
  • contaminación del aire debido al tráfico y otras fuentes
  • ozono a nivel del suelo

Estrés

El estrés puede dar lugar a síntomas de asma, pero también lo pueden hacer otras emociones. La alegría, la ira, la emoción, la risa, el llanto y otras reacciones emotivas pueden desencadenar un ataque de asma.

Los científicos también han encontrado evidencia que sugiere que el asma puede ocurrir con mayor probabilidad en personas con problemas de salud mental como la depresión.

Otros han sugerido que el estrés prolongado puede provocar cambios epigenéticos que provocan asma crónica.

Factores genéticos

Existe evidencia que sugiere que el asma es hereditario. Recientemente, los científicos han expuesto algunos de los cambios genéticos que pudieran influir en su desarrollo.

En algunos casos, los cambios epigenéticos son los responsables. Estos ocurren cuando un factor ambiental hace que un gen cambie.

Factores hormonales

Cerca del 5.5% de los hombres y el 9.7% de las mujeres padecen asma. Además, los síntomas pueden variar según la etapa reproductiva de la mujer y el punto del ciclo menstrual.

Por ejemplo, durante sus años reproductivos, los síntomas pueden empeorar durante la menstruación, en comparación con otros momentos del mes. Los médicos llaman a esto asma perimenstrual. Sin embargo, durante la menopausia los síntomas del asma pueden mejorar.

Algunos científicos creen que la actividad hormonal puede afectar la actividad inmunológica y provocar hipersensibilidad en las vías respiratorias.

Las personas con asma intermitente también pueden tener síntomas solo ocasionalmente. Obtén más información sobre el asma intermitente aquí.

Un médico preguntará a la persona sobre los síntomas, el historial médico familiar y el historial médico personal. También realizarán un examen físico y es posible que realicen otras pruebas.

Cuando el médico hace su diagnóstico, también sabrá si el asma es leve, intermitente, moderada o grave. También intentará identificar el tipo de asma.

Para ayudar al médico a realizar un diagnóstico preciso, es buena idea llevar un registro de los síntomas y posibles factores desencadenantes. Esto debe incluir información sobre posibles irritantes en el lugar de trabajo.

Las secciones siguientes tratan sobre otras pruebas que un médico puede realizar para ayudar a diagnosticar el asma.

Examen físico

El médico se centrará en el tracto respiratorio superior, el pecho y la piel. Escuchará señales de sibilancias, que pueden indicar una vía respiratoria obstruida y asma.

También comprobará si hay:

  • secreción nasal
  • conductos nasales inflamados
  • cualquier crecimiento en el interior de la nariz

También revisará la piel en busca de señales de eccema o urticaria.

Pruebas de asma

El médico también podría realizar una prueba de función pulmonar para evaluar qué tan bien funcionan los pulmones.

La espirometría es un ejemplo de prueba de la función pulmonar. La persona deberá inhalar profundamente y luego exhalar con fuerza en un tubo. El tubo se conecta a una máquina llamada espirómetro, que muestra la cantidad de aire que una persona inhala y exhala y la velocidad a la que expulsa el aire de los pulmones.

Posteriormente, el médico comparará estos resultados con los de una persona que tiene una edad similar, pero que no tiene asma.

Para confirmar el diagnóstico, el médico puede darle a la persona un fármaco broncodilatador (para abrir las vías respiratorias) y repetir la prueba. Si estos segundos resultados son mejores, es posible que la persona tenga asma.

Sin embargo, esta prueba podría no ser adecuada para niños pequeños. En su lugar, el médico podría recetar medicamentos para el asma durante 4 a 6 semanas y controlar cualquier cambio en los síntomas.

Otras pruebas

Otras pruebas para realizar un diagnóstico incluyen:

Una prueba de desafío. Esta prueba le permite al médico evaluar cómo afecta el aire frío o el ejercicio la respiración de una persona.

Una prueba de punción. Un médico puede usar esta prueba para identificar una alergia específica.

Pruebas para descartar otras enfermedades. Las pruebas de esputo, las radiografías y otras pruebas pueden ayudar a descartar enfermedades como sinusitis, bronquitis y otras que pueden afectar la respiración de una persona.

El asma es una afección inflamatoria crónica que causa hinchazón en las vías respiratorias. Puede afectar a personas de cualquier edad y los síntomas pueden pasar de leves a graves.

En la mayoría de los casos, se dispone de un tratamiento eficaz que puede ayudar a una persona con asma a vivir una vida plena y activa.

Conoce algunas opciones para tratar el asma aquí.

Q:

¿Puede el asma convertirse en otras enfermedades pulmonares dañinas, como la EPOC o el enfisema?

A:

El asma es un factor de riesgo de EPOC, y las personas con asma prolongada tienen un alto riesgo de desarrollar EPOC, especialmente si tuvieron asma grave en su niñez.

El enfisema, por otro lado, no está relacionado con el asma, aunque sus síntomas podrían ser similares. El tabaquismo casi siempre causa esta enfermedad.

Marc MethLas respuestas representan las opiniones de nuestros expertos médicos. Todo el contenido es estrictamente informativo y no debe ser considerado consejo médico.
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