Las heces malolientes tienen un olor especialmente desagradable. A menudo, esto se debe a los alimentos que consumes. Sin embargo, en algunos casos, las heces con muy mal olor pueden indicar una enfermedad subyacente.

En este artículo se describen ocho causas del mal olor de las heces, junto con información sobre el diagnóstico, los tratamientos y cuándo acudir al médico.

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En algunos casos, los antibióticos pueden provocar heces malolientes.

Las personas que toman antibióticos pueden experimentar malestar estomacal temporal y heces malolientes. Esto se debe a que los antibióticos pueden alterar el delicado equilibrio de las bacterias buenas y malas en el intestino.

Los síntomas suelen desaparecer poco después de terminar un tratamiento con antibióticos, una vez que se han repuesto las bacterias intestinales buenas.

En ocasiones, los antibióticos pueden destruir tantas bacterias intestinales buenas que las dañinas se multiplican sin control, provocando una infección.

Las personas que experimentan un crecimiento excesivo de bacterias intestinales dañinas mientras toman antibióticos pueden notar los siguientes síntomas:

  • diarrea acuosa y con mal olor, que puede contener pus o sangre
  • dolor, sensibilidad y cólicos estomacales
  • fiebre

Diagnóstico

En la mayoría de los casos, el médico puede diagnosticar el malestar estomacal asociado a los antibióticos al realizar un examen físico y preguntar por el historial de tratamiento con antibióticos de la persona. También puede solicitar una muestra de heces para comprobar la presencia de toxinas bacterianas.

Tratamiento

En la mayoría de los casos, los síntomas desaparecerán poco después de que la persona termine el ciclo de antibióticos. Mientras tanto, los siguientes tratamientos caseros pueden ayudar a reducir la gravedad de los síntomas:

  • tomar suficientes líquidos
  • evitar el trigo, los lácteos y los alimentos ricos en fibra, que pueden irritar aún más los intestinos

La lactosa es un tipo de azúcar presente en la leche y otros productos lácteos. El cuerpo humano descompone la lactosa, y una enzima llamada lactasa la digiere.

Una persona con intolerancia a la lactosa no produce suficiente lactasa para digerirla.

Las personas con intolerancia a la lactosa pueden experimentar los siguientes síntomas después de consumir productos lácteos:

  • heces blandas y con muy mal olor
  • distensión abdominal y gases
  • cólicos abdominales
  • náuseas

Diagnóstico

Las personas que sospechan que son intolerantes a la lactosa deben eliminar todos los productos lácteos de la dieta durante varios días. Tras el período sin lácteos, la persona debe reintroducir la leche o los productos lácteos para ver si los síntomas vuelven a aparecer.

Otras pruebas de diagnóstico son:

  • Pruebas de sangre. Esto indica si una persona puede digerir con éxito la lactosa después de consumir productos que la contienen.
  • Prueba de hidrógeno en el aliento. Se trata de que una persona sople repetidamente en una bolsa después de haber consumido lactosa. Si el aire recolectado contiene altos niveles de hidrógeno, esto indica una intolerancia a la lactosa.
  • Prueba de acidez de las heces. Se trata de analizar las heces de una persona después de haber ingerido lactosa. Una muestra de heces muy ácida indica intolerancia a la lactosa.
  • Prueba genética. Se trata de analizar una muestra de sangre o saliva en busca de un gen relacionado con la intolerancia a la lactosa.
  • Biopsia quirúrgica del intestino. Esto implica que un cirujano extraiga un pequeño trozo de intestino para analizarlo.

Tratamiento

La mejor manera de prevenir los síntomas de la intolerancia a la lactosa es evitar la leche y los productos lácteos que la contienen.

O bien, se pueden comprar pastillas que contengan la enzima lactasa. Tomar las píldoras antes de comer productos lácteos puede ayudar al cuerpo a digerir la lactosa.

El Colegio de Alergia, Asma e Inmunología de Estados Unidos (ACAAI, por sus siglas en inglés) explica que tener alergia a la leche no es lo mismo que tener intolerancia a la lactosa.

Las personas que tienen alergia a la leche experimentan una reacción inmunitaria a la leche y a los productos lácteos.

Los síntomas de la alergia a la leche incluyen:

  • heces con sangre y mal olor
  • malestar estomacal
  • vómitos
  • urticaria
  • anafilaxia, una reacción alérgica rara, pero que pone en riesgo la vida

Diagnóstico

Según el ACCAI, las pruebas de diagnóstico incluyen:

  • Prueba de punción cutánea. El médico aplica un poco de leche en el brazo de la persona y luego pincha la zona ligeramente con una aguja. La irritación en la zona indica una alergia.
  • Prueba de sangre. Se comprueba la presencia de anticuerpos de inmunoglobulina E, que el organismo produce en respuesta a los alérgenos.
  • Prueba de provocación oral alimentaria. Una persona consume una pequeña cantidad del alérgeno con un médico o alergólogo presente.

Tratamiento

La única manera de controlar una alergia a la leche es evitar la leche y los productos que la contienen.

El ACAAI también señala que un médico o alergista puede aconsejar a una persona que tenga alergia a la leche que lleve consigo una pluma de epinefrina. Permite a una persona autoinyectarse epinefrina en caso de un choque anafiláctico.

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Una persona con enfermedad celíaca debe evitar los productos que contengan trigo, cebada o centeno.

Según la Asociación Americana de Gastroenterología (AGA, en inglés), las personas que padecen la enfermedad celíaca experimentan una reacción inmunitaria al comer gluten, que es una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno.

En la enfermedad celíaca, el sistema inmunitario reacciona de forma exagerada a la presencia de gluten y ataca el revestimiento del intestino delgado.

El daño continuo puede causar malabsorción, o una incapacidad para absorber los nutrientes adecuados de los alimentos. Esto puede provocar más complicaciones.

Los síntomas más comunes de la enfermedad celíaca son:

  • heces pálidas, grasas o con muy mal olor
  • distensión abdominal persistente, gases o dolor abdominal
  • diarrea o constipación persistente
  • pérdida o aumento de peso
  • confusión, cansancio y fatiga
  • dolor de huesos o articulaciones
  • hormigueo o adormecimiento de las piernas
  • calambres musculares
  • llagas en la boca
  • una erupción cutánea que causa picazón

Diagnóstico

Las pruebas de diagnóstico estándar para la enfermedad celíaca incluyen análisis de sangre y endoscopía. Durante la endoscopía, un cirujano puede extirpar un pequeño trozo del intestino delgado para comprobar si hay malabsorción.

Una persona no debería eliminar el gluten de la dieta antes de someterse a estas pruebas. Hacerlo puede afectar el resultado de las pruebas e interferir en el diagnóstico.

Tratamiento

Tras el diagnóstico, las personas con enfermedad celíaca deben seguir una dieta sin gluten. La AGA señala que el intestino delgado puede tardar unos dos años en curarse. Incluso después de la curación, deben seguir evitando el consumo de gluten.

El síndrome de intestino corto (SIC) es una enfermedad rara que se produce cuando una parte del intestino delgado o grueso está ausente o es incapaz de funcionar.

Por este motivo, las personas con síndrome de intestino corto suelen tener malabsorción, lo que puede causar graves complicaciones.

El síndrome de intestino corto puede producirse por muchas razones. Una causa común es la extirpación quirúrgica de parte del intestino tras el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII).

Los síntomas del síndrome de intestino corto varían entre las personas, pero pueden incluir:

  • heces pálidas, grasientas y con muy mal olor
  • diarrea grave
  • deshidratación
  • pérdida de peso y músculo
  • letargo
  • desnutrición
  • hinchazón
  • acidez

Diagnóstico

Un médico puede solicitar las siguientes pruebas para ayudar a diagnosticar el síndrome de intestino corto:

  • Pruebas de sangre. En estas pruebas se puede comprobar si hay anemia, desnutrición y deshidratación.
  • Técnicas de imágenes como la radiografía abdominal y la tomografía computarizada. Permiten comprobar si hay obstrucciones y pérdida de la función intestinal.
  • Biopsia hepática. Puede comprobar la función del hígado.

Tratamiento

Los médicos suelen adaptar el tratamiento del síndrome de intestino corto a los síntomas de la persona y a la cantidad de intestino que afecta la enfermedad. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

  • medicamentos antidiarreicos
  • medicamentos para sustituir el revestimiento intestinal
  • ajustes en la dieta
  • fluidos intravenosos
  • cirugía

La colitis ulcerosa es un tipo crónico de enfermedad inflamatoria intestinal . La colitis ulcerosa hace que el revestimiento del colon se inflame y desarrolle úlceras.

Muchos expertos creen que la colitis ulcerosa se produce cuando el sistema inmunitario confunde las bacterias intestinales “amistosas” con las dañinas.

En respuesta, envía glóbulos blancos al intestino para ayudar a combatir la infección. Por alguna razón, esta respuesta no se desactiva y los glóbulos blancos siguen inundando el intestino grueso, provocando una inflamación crónica.

Las personas con colitis ulcerosa pueden desarrollar una serie de síntomas, entre ellos:

  • heces malolientes con sangre o mucosidad
  • diarrea
  • constipación
  • incontinencia intestinal
  • cólicos abdominales

Diagnóstico

El médico realizará un examen físico y elaborará un historial médico completo.

Luego, puede optar por uno o varios de los siguientes procedimientos de diagnóstico:

  • análisis de sangre
  • análisis de heces
  • sigmoidoscopia o colonoscopia, que permiten al médico ver el interior del intestino grueso con una cámara
  • endoscopía y biopsia

Tratamiento

El tratamiento suele centrarse en la regulación del sistema inmunitario y la prevención de los brotes de inflamación.

Los tratamientos pueden incluir:

  • medicamentos antiinflamatorios
  • evitar los alimentos que desencadenan los síntomas
  • seguir una dieta rica en nutrientes
  • someterse a una cirugía de extirpación del colon

La enfermedad de Crohn es otro tipo de enfermedad inflamatoria intestinal. Puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal (GI).

Los síntomas comunes incluyen:

  • una necesidad urgente de evacuar los intestinos
  • diarrea persistente y con muy mal olor
  • constipación
  • sangrado rectal
  • una sensación de vaciado intestinal incompleto
  • cólicos y dolor abdominal
  • fiebre y sudores nocturnos
  • fatiga
  • pérdida de apetito
  • pérdida de peso

Diagnóstico

Las pruebas de diagnóstico de la enfermedad de Crohn incluyen:

  • análisis de sangre y heces
  • sigmoidoscopia o colonoscopia
  • endoscopía y biopsia

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad de Crohn suele ser similar al de la colitis ulcerosa. Sin embargo, los médicos pueden orientar los medicamentos hacia diferentes zonas del tracto gastrointestinal.

Las personas con enfermedad de Crohn grave pueden someterse a una resección intestinal quirúrgica. Se trata de extirpar las secciones enfermas del intestino y unir los extremos sanos del mismo.

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La pancreatitis crónica puede provocar náuseas y vómitos.

La pancreatitis crónica es una inflamación persistente del páncreas que empeora con el tiempo. La pancreatitis crónica provoca daños irreparables que afectan la capacidad de la persona para digerir los alimentos y producir hormonas pancreáticas.

Los síntomas pueden incluir:

  • heces aceitosas, grasas y con muy mal olor
  • náuseas
  • vómitos
  • dolor en la parte superior del abdomen y la espalda, que empeora al comer o beber
  • heces pálidas o de color arcilla
  • desnutrición y pérdida de peso

Diagnóstico

El médico realizará un examen físico y elaborará un historial médico completo. También puede solicitar las siguientes pruebas diagnósticas:

  • tomografía computarizada
  • colangiopancreatografía por resonancia magnética, un tipo de resonancia magnética que utiliza un tinte para facilitar la visibilidad de los órganos internos
  • ultrasonido abdominal
  • ecografía endoscópica, en la que un médico introduce un tubo flexible, o endoscopio, en el intestino delgado a través de la boca

Tratamiento

Según la Fundación Nacional del Páncreas, los tratamientos para la pancreatitis crónica suelen centrarse en aliviar el dolor. Pueden incluir:

  • tomar analgésicos
  • someterse al procedimiento de Whipple, o a cirugía para extirpar las lesiones pancreáticas
  • someterse a una pancreatectomía, o cirugía para extirpar parte o la totalidad del páncreas

Las personas deben acudir al médico si sus heces contienen sangre, son negras o pálidas, o van acompañadas de alguno de los siguientes síntomas:

  • escalofríos
  • fiebre
  • cólicos
  • dolor abdominal
  • pérdida de peso

Estos síntomas pueden indicar un problema de salud subyacente más grave que requiere atención médica inmediata.

Hay muchos factores que pueden hacer que las heces huelan mal. Entre estos factores se encuentran los alimentos que consumes, las alergias, la medicación que tomas, las infecciones y cualquier afección médica subyacente.

Si una persona sospecha que la alergia a la leche es la causa del problema, debe dejar de consumir leche y productos que la contengan.

Aquellos cuyos síntomas están relacionados con los antibióticos descubrirán que los síntomas cesan una vez que hayan terminado el tratamiento. Otras causas, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad de Crohn y la colitis, pueden requerir tratamiento médico.

Cualquier persona preocupada por el olor de sus heces debe acudir a su médico para que le haga un diagnóstico y le dé un tratamiento.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 15 de abril de 2022.

Versión original escrita el 11 de abril de 2019.

Última revisión médica realizada el 11 de abril de 2019.