“La comida como medicina” puede ser un concepto emergente en el mundo occidental, pero ha existido durante siglos como la piedra angular de la salud para muchas culturas alrededor del mundo. Sin embargo, se ha cuestionado el papel de la dieta y los alimentos en la prevención y el manejo de enfermedades en comparación con la medicina convencional. Este artículo de Honest Nutrition explica los beneficios y las limitaciones de un enfoque de atención médica de “comida como medicina”.

Share on Pinterest
Diseño de Diego Sabogal

El hecho de que la dieta pueda afectar la salud de una persona es bastante reconocido por los médicos en todo el mundo. Las personas que tienen acceso a una nutrición adecuada tienen más probabilidades de tener un sistema inmunitario fuerte, un embarazo y un parto más seguros, un menor riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares y viven más tiempo.

Las razones de esto son innumerables, complejas y aún no son bien entendidas. Algunas investigaciones han demostrado que una dieta rica en azúcares añadidos, grasas saturadas y trans y exceso de sodio puede causar inflamación crónica; un factor de riesgo subyacente en el desarrollo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, mala salud intestinal y otras enfermedades crónicas.

Asimismo, la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) recientemente hizo recomendaciones de dieta y estilo de vida que incluían una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros, legumbres, lácteos bajos en grasa y a base de plantas o proteínas animales magras para apoyar la salud cardiovascular.

Los expertos consideran que esta dieta apoya la buena salud a través de su potencial para reducir los factores de riesgo dañinos de la enfermedad cardiovascular, incluyendo inflamación, colesterol elevado, presión arterial alta y mal sueño.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también relaciona el estado nutricional con la salud inmunitaria.

Además, las investigaciones también muestran que los carotenoides, antioxidantes que se encuentran naturalmente en algunas verduras y frutas, en la dieta pueden mejorar los metabolitos en la sangre de las personas con enfermedad hepática.

Décadas de hallazgos científicos apoyan el papel integral de la dieta en el control de la salud, lo cual no debe ser subestimado.

De acuerdo con las Guías Alimentarias para Estadounidenses de 2020-2025, el núcleo de una dieta saludable se basa en la ingesta alta de una variedad de alimentos y bebidas con gran densidad de nutrientes, incluyendo:

  • frutas
  • vegetales
  • granos integrales
  • productos lácteos bajos en grasa o sin grasa
  • proteína magra
  • grasas y aceites saludables

El azúcar añadido, la sal, las grasas saturadas y el consumo de alcohol se debe limitar para una buena salud.

Algunas dietas que pueden traer beneficios para la salud incluyen la dieta mediterránea, los enfoques dietéticos para detener la hipertensión (DASH, en inglés) y el enfoque MyPlate del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

“La comida como medicina” es una práctica basada en el conocimiento de que los alimentos y la dieta desempeñan un papel importante en la prevención y el manejo de enfermedades.

No existe una definición única del concepto de “comida como medicina”, pero generalmente se refiere a priorizar los alimentos y la dieta en el plan de salud de una persona, con el objetivo de prevenir, reducir los síntomas o revertir un estado de enfermedad.

Se centra en el aumento del consumo de una variedad de alimentos vegetales enteros, mínimamente procesados y en la ingesta limitada de alimentos altamente procesados ricos en azúcar, aceite y sal añadidos.

Los alimentos que afirman que tienen propiedades medicinales, a menudo debido a los altos niveles supuestos de un determinado micronutriente o biomolécula, a veces denominados alimentos funcionales, son de particular interés para las personas que consideran que la comida es medicina.

Estos incluyen una variedad de hierbas y especias, legumbres, nueces y semillas, granos integrales, y frutas y verduras.

El enfoque de la gestión de la salud basado en la “comida como medicina” desafía la construcción de la medicina convencional, que se basa principalmente en los avances tecnológicos en medicina para manejar la salud y las enfermedades con medicamentos farmacéuticos.

Vale la pena señalar que la medicina occidental convencional indica cambios en la dieta y el estilo de vida como tratamiento de primera línea para algunas afecciones, en particular el síndrome de ovario poliquístico (SOP).

Sin embargo, el foco está en el equilibrio de los macronutrientes en la dieta y hay todavía poca claridad en cuanto a lo que debe parecer en los seres humanos, como se describe en un artículo publicado en Nature.

A continuación, se presentan algunos beneficios de un enfoque de atención sanitaria “comida como medicina”.

Manejo de enfermedades

La terapia de nutrición médica es parte de la práctica de salud basada en la evidencia que utiliza la dieta y la comida para apoyar el tratamiento de enfermedades, y es una clara demostración del papel que la dieta y la comida juegan en el manejo de enfermedades crónicas.

Por ejemplo, un aumento en la fibra dietética apoya niveles más bajos de azúcar en la sangre en personas con prediabetes o diabetes, reduciendo la ocurrencia de daño de nervio y vaso sanguíneo asociado con niveles altos de azúcar en la sangre.

Las mejoras en la calidad de la dieta también pueden reducir los síntomas de la enfermedad y mejorar la calidad de vida.

Un estudio sugiere que una dieta mediterránea modificada puede reducir el dolor, la fatiga y el malestar en personas con lipedema, una afección en la que existe una acumulación anormal de grasa en las extremidades inferiores.

Asimismo, estudios de observación identificaron que una dieta saludable durante el tratamiento del cáncer de mama puede reducir los síntomas negativos causados por el tratamiento del cáncer, incluyendo náuseas, vómitos y pérdida del apetito.

Costo-eficacia

La prevalencia de enfermedades crónicas ha aumentado en todo el mundo, junto con los costos de atención médica relacionados.

En 2010, un estimado de 86 por ciento, más de US$400,000 millones, de los costos de atención médica en Estados Unidos se debieron únicamente al tratamiento de pacientes con al menos una enfermedad crónica. Estos costos se dividen entre los recursos públicos y los gastos de bolsillo de los pacientes.

El uso de “comida como medicina” podría reducir los costos de atención médica reduciendo potencialmente la gravedad de la enfermedad a través de mejores pruebas de laboratorio, menos medicinas y menos hospitalizaciones.

Sin embargo, las cuestiones y políticas que rodean la segregación de los alimentos y el acceso a alimentos saludables entre las comunidades de bajos ingresos de todo Estados Unidos que apoyan una mejor salud y menores costos de atención médica deben abordarse de manera continua.

“La comida como medicina”, sin embargo, no es un enfoque sin defectos. Estas son algunas de sus limitaciones.

No cura todo

“La comida como medicina” no es un remedio independiente para todas las afecciones médicas.

El desarrollo de enfermedades crónicas sigue siendo complejo y puede atribuirse a causas no relacionadas con la dieta, como el riesgo genético, la exposición a toxinas ambientales o a afecciones autoinmunes.

Por lo tanto, si bien la “comida como medicina” puede apoyar el manejo de la enfermedad mejorando los síntomas y retardando la progresión de la enfermedad en algunos casos, no debe usarse como un tratamiento independiente, más bien junto con una terapia médica apropiada.

Propiciado por la desinformación

Los medios sociales pueden ser una fuente eficaz de promoción de la salud entre los profesionales y las organizaciones de salud.

Sin embargo, también puede ser una fuente de desinformación y de compartir información no verificable, especialmente en lo que respecta a la “comida como medicina” o terapias medicinales alternativas.

Como se describe en Food Isn’t Medicine por el nutricionista Dr. Joshua Wolrich, la denigración de los alimentos individuales puede causar comportamientos alimenticios poco saludables.

Interacciones con fármacos y nutrientes

También es importante considerar cómo interactúa la comida con las medicinas. Esto se conoce como interacción fármaco-nutriente, que puede mejorar o interrumpir el efecto de un medicamento en el cuerpo.

Un ejemplo común es el jugo de toronja, que los médicos a menudo aconsejan que se evite al tomar algunos medicamentos, aunque algunas investigaciones demuestran que puede mejorar el efecto de las estatinas que reducen el colesterol.

Las interacciones entre fármacos y nutrientes deben considerarse para la relación perfecta entre la “comida como medicina” y las intervenciones médicas apropiadas en el mejor interés de la atención al paciente.

“La alimentación como medicina” puede ser un concepto emergente en el mundo occidental, pero muchas culturas de todo el mundo han reconocido desde hace mucho el papel de la dieta en la salud.

Varias dietas sanas altas en frutas, verduras, granos enteros, nueces y semillas, proteína magra y los productos lácteos bajos en grasa podrían reducir el riesgo relacionado con el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades del corazón y diabetes tipo 2.

Sin embargo, la “comida como medicina” no es una cura para todos y debe usarse junto con un tratamiento médico apropiado.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 17 de julio de 2022.

Versión original escrita el 13 de abril de 2022.

Última verificación de datos realizada el 13 de abril de 2022.