La artritis reumatoide es una afección autoinmune de larga duración que provoca inflamación, dolor y rigidez en las articulaciones. Algunas investigaciones sugieren que la especia cúrcuma puede ayudar a aliviar los síntomas inflamatorios de esta afección.

La cúrcuma es un ingrediente común en muchos platos, incluido el curry. Sin embargo, también tiene una larga historia en la medicina tradicional.

Las investigaciones científicas indican que la cúrcuma puede ofrecer varios beneficios para la salud. En particular, la cúrcuma contiene un compuesto llamado curcumina, que tiene propiedades antiinflamatorias que pueden beneficiar a las personas con artritis reumatoide.

Sin embargo, hay que tener en cuenta algunas cosas cuando se toman suplementos de cúrcuma, y las personas con artritis reumatoide deben hablar con su médico antes de añadir la especia a su régimen de tratamiento.

En este artículo analizamos si la cúrcuma puede ayudar a tratar la artritis reumatoide, y examinamos lo que dicen las investigaciones. También explicamos cómo utilizar la cúrcuma, y los posibles efectos secundarios y riesgos.

La cúrcuma, o Curcuma longa, es una especia de color amarillo brillante o anaranjado que es un ingrediente popular en diversos platos. La cúrcuma también tiene un lugar en las prácticas de la medicina tradicional, como el Ayurveda, que utiliza la especia para tratar:

  • problemas estomacales
  • problemas en la piel
  • trastornos de la sangre
  • infecciones leves
  • tos
  • afecciones del hígado

Los investigadores también han estudiado los posibles beneficios para la salud de la cúrcuma, y sus compuestos en la medicina occidental.

Según un artículo de revisión de 2015, los resultados de los estudios sugieren que la curcumina, uno de los principales compuestos activos de la cúrcuma, puede reducir el azúcar en la sangre y tener propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas.

La artritis reumatoide es una afección autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario del organismo ataca por error el tejido articular sano. Estos ataques provocan una inflamación que acaba provocando daños óseos y articulares en las zonas afectadas.

Por ello, las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes naturales de la cúrcuma pueden beneficiar a las personas con artritis reumatoide.

La cúrcuma contiene varios compuestos diferentes, entre ellos la curcumina. Gran parte de la investigación científica disponible se centra específicamente en la curcumina y no en la cúrcuma en su conjunto.

Sin embargo, algunos estudios sugieren que tanto la cúrcuma como sus compuestos pueden ser útiles para los síntomas de la artritis, incluyendo la artritis reumatoide.

Una revisión sistemática de 2016 examinó los datos de ocho ensayos clínicos aleatorios que investigaron la eficacia de los extractos de cúrcuma y curcumina para tratar los síntomas de la artritis articular.

Los autores concluyeron que había suficientes pruebas para sugerir que tomar 1,000 miligramos (mg) de curcumina cada día durante 8 a 12 semanas puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación debidos a la artritis, en particular la osteoartritis.

Los resultados también indicaron que los extractos de curcumina podrían ser tan eficaces como tomar antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno (Advil) y el diclofenaco (Voltaren).

Sin embargo, los autores afirmaron que el pequeño tamaño y la calidad moderada de los estudios hacen que sean necesarias más investigaciones para confirmar estos resultados. Mientras tanto, recomiendan que las personas con artritis utilicen la curcumina como suplemento dietético además de la terapia convencional.

Un estudio de 2017 en el que participaron 36 personas con artritis reumatoide probó una formulación biodisponible de curcumina. Después de 90 días de tratamiento, los participantes que tomaron curcumina informaron de mejoras significativas en su dolor e inflamación en comparación con los del grupo de placebo.

Un estudio de 2018 investigó los efectos de la curcumina en un modelo de artritis reumatoide en ratas. El estudio indicó que la curcumina reducía la inflamación y el enrojecimiento de las articulaciones en estas ratas al bloquear un proceso de señalización intracelular denominado vía mTOR.

Los autores concluyeron que los resultados aportan pruebas de las propiedades antiartríticas de la curcumina y de su potencial para tratar la artritis reumatoide. Sin embargo, es necesario seguir investigando en humanos para confirmar estos resultados.

La cúrcuma está ampliamente disponible tanto en polvo como en forma de raíz entera. La raíz en polvo o en rodajas puede ser un buen complemento para diversas comidas, como el curry, las sopas y los platillos de arroz.

Muchas personas utilizan la cúrcuma molida o rallada para preparar infusiones. También hay una variedad de bolsas de té de cúrcuma preempaquetadas.

Aunque la gente puede añadir cúrcuma a su dieta de estas maneras, gran parte de la investigación en torno al efecto antiartrítico de la especia se centra específicamente en la curcumina, que está disponible en forma de suplemento dietético.

Hay muchos suplementos de curcumina en el mercado, que suelen venir en forma de cápsulas o comprimidos. Los fabricantes también pueden añadir otros ingredientes, como la pimienta negra, para que el compuesto sea más fácil de utilizar por el organismo.

La dosis recomendada para los suplementos de curcumina puede variar. Los autores de una revisión sistemática de 2016 recomiendan tomar 1,000 mg de curcumina cada día para tratar los síntomas de la artritis. Las formas de alta biodisponibilidad de la curcumina pueden ser eficaces en dosis más bajas.

Sin embargo, es importante comprar suplementos dietéticos de fabricantes de confianza y seguir sus indicaciones sobre lo que constituye una dosis segura y adecuada.

También es aconsejable que las personas hablen con su médico antes de tomar cúrcuma o curcumina para aliviar algunos de los síntomas de la artritis. Es fundamental no interrumpir ni sustituir ningún otro tratamiento sin consultar antes al médico.

En algunas personas, la cúrcuma y la curcumina pueden causar efectos secundarios leves, como molestias digestivas o dolores de cabeza. Las personas sensibles a estas sustancias o que toman dosis muy elevadas pueden experimentar síntomas que incluyen sarpullido, náuseas y diarrea.

Las personas embarazadas o en período de lactancia deben pedir consejo a su médico antes de tomar cúrcuma o suplementos de curcumina.

La cúrcuma también puede interactuar con algunos medicamentos, lo que puede hacerlos más o menos eficaces. Las personas que toman anticoagulantes deben consultar a su médico antes de utilizar suplementos de cúrcuma o curcumina, ya que pueden interferir en la coagulación de la sangre.

Como ocurre con otros suplementos, puede haber riesgo de contaminación con metales pesados, como el plomo, por lo que es esencial adquirir estos productos de un fabricante de confianza.

La artritis reumatoide es una enfermedad de larga duración que puede causar inflamación, dolor y rigidez en las articulaciones.

Cada vez hay más pruebas científicas que indican que la cúrcuma y sus principales compuestos, como la curcumina, pueden ayudar a aliviar o prevenir los síntomas de la artritis.

Sin embargo, las personas con síntomas de artritis reumatoide deben acudir siempre a un médico para su evaluación y tratamiento.

Aunque la cúrcuma puede ayudar a aliviar los síntomas de la artritis, no hay pruebas suficientes para sugerir que pueda sustituir al tratamiento médico estándar. El diagnóstico y el tratamiento tempranos de la artritis reumatoide son importantes para reducir o prevenir el daño articular irreversible.

Puedes comprar una variedad de productos de cúrcuma y curcumina en línea, incluyendo:

  • cúrcuma en polvo
  • raíz de cúrcuma entera
  • bolsas de té de cúrcuma
  • suplementos de curcumina

Las personas deben hablar con su médico antes de tomar suplementos de curcumina, en particular si están tomando otros medicamentos.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 27 de junio de 2022.

Versión original actualizada el 24 de marzo de 2022.

Última revisión médica realizada el 24 de marzo de 2022.