Las investigaciones sugieren que la diabetes tipo 2 afecta de forma desproporcionada a las personas de grupos minoritarios en Estados Unidos. Las disparidades pueden estar relacionadas con el acceso a la atención de salud, la situación socioeconómica y el racismo sistémico.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) calculan que aproximadamente 34 millones de personas en el país tienen diabetes, y entre el 90 por ciento y el 95 por ciento de ellas tienen diabetes tipo 2. Los CDC también indican que la prevalencia de la diabetes varía significativamente según la raza.

Otras investigaciones también sugieren que las personas afroamericanas, africanas, hispanas (que pueden ser de cualquier raza) y asiáticas tienen estadísticamente más probabilidades de padecer diabetes tipo 2 que las personas de raza blanca (no hispanos).

Medical News Today pidió a algunos expertos que explicaran la razón de estas disparidades e identificaran las oportunidades para cerrar la brecha de atención de salud de la diabetes para las personas de color.

“A nivel nacional, en el caso de los adultos, se observan grandes diferencias en la frecuencia de la diabetes en las personas de color en comparación [con] los blancos”, explicó el Dr. Leonard Egede, jefe de la División de Medicina Interna General del Colegio Médico de Wisconsin, que estudia las disparidades de salud relacionadas con la raza y la etnia en relación con las enfermedades crónicas.

El informe 2020 de los CDC estima que las tasas de diabetes diagnosticada, no diagnosticada y total en adultos en Estados Unidos son las siguientes:

  • 16.4 por ciento de negros no hispanos
  • 14.9% por ciento de asiáticos no hispanos
  • 14.7 por ciento de hispanos
  • 11.9 por ciento de blancos no hispanos

La frecuencia de diagnósticos de diabetes clínica es mayor entre los indígenas americanos y los nativos de Alaska, con 14.7 por ciento. En comparación, el 7.5 por ciento de los blancos en Estados Unidos han recibido un diagnóstico oficial de diabetes.

Los esfuerzos de recopilación de datos de salud a gran escala no han estudiado habitualmente a los indígeneas americanos y a los nativos de Alaska, por lo que es más difícil estimar la prevalencia de la diabetes no diagnosticada en esta población.

Según un estudio anterior, las personas de grupos minoritarios también tienen más probabilidades de sufrir complicaciones derivadas de la diabetes tipo 2. (El documento utiliza los siguientes términos para definir grupos raciales o étnicos específicos: negro no hispano, blanco no hispano, hispanoamericano, asiático-americano, asiático oriental, asiático sudoriental, isleño del Pacífico y nativo americano).

Según los CDC, los antecedentes familiares de diabetes tipo 2 son un factor de riesgo de la enfermedad. Sin embargo, esto no significa necesariamente que las mayores tasas de diabetes tipo 2 en algunas poblaciones se deban necesariamente a la genética.

La Dra. Mercedes Carnethon, PhP, profesora de medicina preventiva en la Universidad Northwestern de Chicago (Illinois), señaló que las familias no solo comparten genes. “El entorno del hogar quizá contribuya más a quién desarrolla diabetes”, dijo.

Además de tener un familiar cercano con diabetes tipo 2, los CDC enumeran otros factores que pueden aumentar el riesgo de que se diagnostique diabetes. Estos incluyen:

  • sobrepeso
  • tener obesidad
  • hacer ejercicio menos de tres veces a la semana

Sin embargo, otros factores independientes de tener sobrepeso u obesidad también pueden provocar diabetes entre los blancos no hispanos, los negros no hispanos y los mexicano-americanos. Estos factores incluyen una mayor resistencia a la insulina, un aumento de la secreción de insulina y unos niveles de insulina en la sangre superiores a los normales.

El lugar en el que vive una persona y su acceso a determinados recursos influye significativamente en los resultados de su salud. Las investigaciones sugieren que algunos factores, como la situación socioeconómica, el racismo sistémico y la cultura, pueden influir en el aumento de las tasas de diabetes tipo 2 entre las personas de color.

“La raza y la etnia son conceptos sociales y culturales”, dijo Egede. “Las disparidades de salud que observamos son en gran medida una función de nuestra estructura social y pueden estar vinculadas a la marginación histórica que han sufrido las personas de color”.

Factores sociales de riesgo y estatus socioeconómico

Los determinantes sociales de salud son las condiciones y los entornos en los que las personas nacen, crecen, juegan, viven y trabajan. Estos factores tienen un papel invisible, pero importante en los resultados de salud, para bien o para mal.

Algunos determinantes sociales de salud pueden afectar negativamente la salud de una persona, como la exposición a la delincuencia, la violencia y la segregación racial.

Otros determinantes sociales crean un entorno de vida seguro y estable, como el acceso a:

  • alimentos saludables
  • atención de salud de calidad y asequible, incluyendo el seguro médico
  • la educación
  • oportunidades económicas y laborales
  • vivienda asequible y segura
  • apoyo social

Los determinantes sociales de una persona dependen en gran medida de sus ingresos y su situación socioeconómica.

“Los recursos socioeconómicos determinan el lugar en el que vive y los tipos de recursos de los que dispone para proteger su salud”, dijo Carnethon.

Sin un entorno seguro y sin acceso a las necesidades básicas, las personas pueden tener dificultades para hacer ejercicio o comer alimentos frescos con regularidad. Esto puede, a su vez, aumentar el riesgo de una persona de padecer diabetes tipo 2.

Las personas de grupos minoritarios y los hispanos tienen muchas más probabilidades de vivir en la pobreza que los blancos. Según datos de 2019 de la Oficina del Censo de Estados Unidos, el 18.8 por ciento de los negros y el 15.7 por ciento de los hispanos estadounidenses vivían en hogares con ingresos por debajo del umbral federal de pobreza, frente al 7.3 por ciento de los blancos no hispanos.

La pandemia de COVID-19 ha ampliado estas diferencias, y las investigaciones sugieren que los hispanos y los negros han sido los más afectados por las pérdidas de empleo y de ingresos.

“Nuestra investigación ha demostrado que los marcadores de un estatus socioeconómico más bajo… contribuyen significativamente a las disparidades en la diabetes que observamos entre los adultos negros y [blancos no hispanos]”, dijo Carnethon.

Señaló que los determinantes socioeconómicos de la salud probablemente desempeñan un papel en las disparidades observadas en otras comunidades, como las poblaciones hispanas e indígenas.

Las disparidades en la situación socioeconómica también contribuyen a las diferencias en el acceso a un seguro médico asequible y a una atención de salud de calidad. Estas disparidades han mejorado desde la aprobación de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, pero en 2018, los negros e hispanos en Estados Unidos tenían 1.5 y 2.5 veces más probabilidades de no estar asegurados que los blancos, respectivamente.

Racismo sistémico

El racismo sistémico es un factor clave que contribuye a perpetuar las disparidades en los factores de riesgo social de la diabetes tipo 2 entre las comunidades de grupos minoritarios.

Un estudio de 2020 encontró que el estrés tóxico causado por la pobreza, la discriminación y el racismo se asociaba a una menor calidad de vida entre las personas de grupos minoritarios con diabetes tipo 2, en particular las personas de raza negra.

“El racismo excluye a las personas del acceso académico y de las ocupaciones de alto estatus que proporcionan menos estrés laboral y más recursos financieros”, dijo Carnethon. Los grupos que sufren discriminación tienden a vivir en comunidades “que promueven el estrés y restringen el acceso a alimentos saludables, espacios y hogares seguros”, añadió.

“Cuando la movilidad social es limitada, tu capacidad económica también lo es”, dijo Egede. “Es posible que experimentes dificultades para pagar la renta, comprar alimentos y los recursos básicos necesarios para mantener tu salud”.

Todos estos factores afectan los factores que aumentan el riesgo de padecer diabetes tipo 2, como:

  • la dieta
  • el ejercicio
  • el sueño
  • el estrés

Como explicó Egede, “estos factores crean una tormenta perfecta para la aparición de enfermedades crónicas, como la diabetes”.

El racismo a nivel individual también puede afectar la salud de las personas de color. Las investigaciones sugieren que la exposición al racismo está asociada a una mala salud física y mental, especialmente en el caso de los latinos con diabetes.

Cultura y dieta

La dieta es una parte integral de las culturas. A menudo, sirve de base para saber los alimentos que las personas comen y cómo los preparan. En las comunidades de grupos minoritarios, especialmente entre los inmigrantes, el cambio de esa dieta puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes.

“Las investigaciones sobre adultos que han migrado a Estados Unidos indican que el proceso de aculturación y la adopción de la ‘dieta americana’ predisponen [a las personas que migran] a tasas más altas de diabetes”, dijo Carnethon.

Las personas pueden abandonar su dieta tradicional para seguir una dieta estadounidense estándar para sentirse más asimilada a la cultura local predominante. Carnethon explicó que eso podría significar que las personas aumenten el consumo de alimentos que se sabe que aumentan el riesgo de padecer diabetes tipo 2, entre ellos:

  • alimentos procesados
  • la carne
  • los lácteos ricos en grasa

Deben producirse cambios a nivel comunitario y social para abordar las disparidades observadas en las tasas de diabetes tipo 2 en las personas de grupos minoritarios.

“Las intervenciones que se dirigen al entorno a través de políticas son las que probablemente tengan un mayor impacto en el comportamiento”, dijo Carnethon. “Al cambiar el entorno, la opción saludable se convierte en la más fácil”.

Entre las estrategias específicas que sugirió se encuentran:

  • invertir en infraestructuras comunitarias
  • crear espacios seguros para el ejercicio al aire libre
  • subvencionar alimentos saludables

“Una atención de salud asequible y de calidad que sea accesible a las personas en sus comunidades, y que dé prioridad a la prevención puede [también] abordar los factores de riesgo de la diabetes, como la obesidad”, añadió.

Para las personas que deseen participar en la lucha contra las desigualdades en materia de salud en relación con la diabetes tipo 2, la Dra. Jennifer Campbell, profesora adjunta de medicina en el Colegio Médico de Wisconsin que trabaja con Egede, recomienda consultar las oportunidades y recomendaciones de la Asociación de Diabetes de Estados Unidos (ADA, por sus siglas en inglés).

Carnethon señaló que la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) también es líder en la defensa de la diabetes, dado que las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte entre los diabéticos. “La Asociación Americana del Corazón se compromete además a eliminar las disparidades [de salud]”.

“Los cambios significativos llevan tiempo, pero eso no significa que las personas no puedan tomar medidas inmediatas para mejorar su salud y reducir el riesgo de diabetes”, dijo Campbell.

Nuestros expertos coincidieron en que las medidas clave que pueden tomar las personas para reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2 o para ayudar a controlar la enfermedad existente incluyen:

  • seguir una dieta saludable que incluya una variedad de alimentos
  • realizar actividad física de forma regular
  • dormir de forma regular y reparadora

“Estos pequeños pasos pueden suponer una mejora de la salud a lo largo del tiempo”, explicó Campbell.

Egede también alentó a las personas de grupos minoritarios que viven con diabetes tipo 2 a participar en las investigaciones para ayudar a abordar las disparidades de salud. La investigación puede ayudar a los profesionales de salud a identificar formas de ayudar a las personas a tomar decisiones más saludables que reduzcan su riesgo de padecer diabetes tipo 2.

“Estos estudios crean la base de pruebas para el cambio de políticas. Si no podemos contar con las voces de los más afectados en esta base de pruebas, es difícil generar una política que tenga en cuenta las vivencias de todos”, dijo Egede.

Si estás interesado en participar en las investigaciones, puedes encontrar estudios que actualmente están reclutando pacientes en el sitio web ClinicalTrials.gov de los Institutos Nacionales de Salud, o hablar con tu médico u otro profesional de salud.

Como nota esperanzadora, los doctores Egede y Campbell creen que hoy en día existe la oportunidad de aprovechar el impulso social para abordar el racismo sistémico en Estados Unidos con el fin de combatir las disparidades de salud, incluido el riesgo de diabetes tipo 2.

“Aunque las disparidades de salud en la diabetes son antiguas y de varios niveles, soy muy optimista sobre el futuro”, dijo Egede.

Las poblaciones negra, asiática e hispana de Estados Unidos experimentan mayores tasas de diabetes tipo 2 que las personas de raza blanca. Esto se debe a una larga historia de racismo estructural que ha limitado el acceso a los recursos que promueven la buena salud.

La buena noticia es que los expertos tienen la esperanza de que haya una dinámica positiva para que estos factores cambien en el futuro.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 15 de mayo de 2022.

Versión original escrita el 15 de marzo de 2021.

Última revisión médica realizada el 15 de marzo de 2021.