Puede ser difícil diferenciar entre dolor óseo y muscular, porque afectan partes similares del cuerpo. El dolor también puede ser similar en intensidad. Sin embargo, en general, el dolor óseo se siente más agudo, más profundo y más debilitante que el dolor muscular.

El dolor óseo también puede durar más que el dolor muscular y requerir una mayor atención médica. En contraste, el dolor muscular se siente más “generalizado”, y su ubicación exacta es difícil de identificar.

Las personas deben visitar a un especialista si el dolor es insoportable, o si dura más de 48 horas. Los médicos que se especializan en el sistema musculoesquelético se llaman ortopedistas o cirujanos ortopédicos.

Sigue leyendo para obtener más información sobre las diversas causas del dolor óseo y muscular.

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Luis Alvarez/Getty Images

Las siguientes son algunas posibles causas de dolor óseo.

La osteoporosis, como su nombre lo indica, es una enfermedad de “huesos porosos”. Es más común en adultos mayores, como resultado de una deficiencia de calcio y vitamina D. Otras causas incluyen hipertiroidismo, menopausia y antecedentes familiares de osteoporosis.

Sin embargo, es importante señalar que la osteoporosis no causa dolor hasta que se produce un colapso de las vértebras o una fractura.

La osteoporosis hace que los huesos se adelgacen, debiliten y se vuelvan frágiles. Esto aumenta tu riesgo de lesiones óseas.

La Fundación Internacional de Osteoporosis establece que 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 5 hombres mayores de 50 años experimentarán una fractura de hueso debido a la osteoporosis.

La mayoría de las personas no muestran síntomas, haciendo de la osteoporosis una “enfermedad silenciosa”.

Ten cuidado con las señales tempranas como:

  • dolor grave de la espalda
  • pérdida de altura
  • una postura encorvada o jorobada
  • una lesión ósea causada por caídas menores o moretones

La osteoporosis es tratable si el médico la diagnostica a tiempo. El tratamiento incluye medicamentos que ralentizan la pérdida ósea y apoyan el crecimiento de los huesos. Esto puede ir acompañado de suplementos nutricionales, ejercicio y una dieta equilibrada.

Una lesión ósea puede resultar en una ruptura parcial o completa del hueso. Esto se llama fractura. Dependiendo del tipo y la fuerza de la lesión, los huesos pueden fracturarse de varias maneras, de manera longitudinal, transversal o en dos o más partes.

Según la Academia Americana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS, por sus siglas en inglés), las tres causas más comunes de una fractura son:

  • trauma que resulta de un accidente automovilístico, una caída fuerte o una lesión deportiva
  • osteoporosis
  • esfuerzo óseo causado por el uso excesivo de músculos (llamado fractura por esfuerzo)

Los síntomas de una fractura incluyen:

  • dolor agudo intenso en el sitio de la lesión
  • incapacidad para mover el área lesionada
  • hematomas
  • deformidad (una extremidad que se ve fuera de lugar o que sobresale de la piel)

El médico hará una radiografía para confirmar si un hueso está roto. El tratamiento para una fractura incluye inmovilización con yeso, en la que el sitio lesionado se envuelve con yeso o yeso de fibra de vidrio. Esto ayuda a que el hueso sane, lo que podría tomar varias semanas. Algunas personas pueden requerir cirugía invasiva para ajustar internamente los fragmentos de los huesos.

Numerosos tipos de cáncer comienzan en los tejidos o las células del hueso o alrededor del hueso. Los tipos de cáncer de hueso incluyen:

  • osteosarcoma
  • linfoma no Hodgkin
  • mieloma múltiple
  • condrosarcoma
  • tumor de células gigantes del hueso

El cáncer de hueso rara vez se observa en adultos. Según la Sociedad Americana Contra el Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés), el osteosarcoma es más común en personas más jóvenes entre 10 y 30 años. Poco más del 10 por ciento de los casos se observa en personas de entre 60 y 70 años.

Algunas personas desarrollan cáncer de hueso debido a afecciones hereditarias. Otras causas incluyen el tratamiento previo del cáncer con medicamentos contra el cáncer o radioterapia, y la enfermedad ósea de Paget.

Los síntomas de los cánceres óseos incluyen:

  • dolor sordo y profundo en un hueso o región ósea (brazos, piernas, espalda, costillas o pelvis)
  • hinchazón o inflamación, como si hubiera una masa o bulto
  • pérdida de peso repentina e inexplicable
  • fatiga, especialmente cuando el cáncer comienza a diseminarse

La cirugía es el tratamiento habitual de elección para el cáncer de hueso, en la que el médico extirpa todo el tumor. Otros tipos de cáncer de hueso pueden requerir una combinación de tratamientos que incluyen quimioterapia, radiación y terapia dirigida (o enfocada).

El dolor muscular es más común que el dolor óseo, pero su causa podría no estar siempre clara. También llamado mialgia, el dolor muscular puede afectar las articulaciones, los ligamentos, los tendones y los tejidos blandos que los conectan con los huesos y los órganos.

Las lesiones musculares son comunes en atletas y personas que practican deportes de alta demanda. La investigación muestra que las lesiones musculares constituyen del 10 por ciento al 55 por ciento de todas las lesiones deportivas agudas.

Un músculo puede lesionarse como resultado del impacto de una caída, o de una fuerza externa como una atajada o tackle deportivo, o un accidente automovilístico. Los músculos también se pueden estirar, lo que la mayoría de las personas llaman una distensión muscular. La lesión puede ser leve, moderada o grave, dependiendo de la fuerza del impacto y del tipo de lesión muscular.

Los síntomas de una lesión muscular incluyen:

  • dolor punzante en el sitio de la lesión, que puede volverse más sordo con el tiempo
  • dolor
  • inflamación o hinchazón
  • enrojecimiento
  • menor movimiento de la zona afectada

Una lesión muscular se diagnostica mediante un examen físico, y puede requerir pruebas de diagnóstico por imágenes, como un ultrasonido o una resonancia magnética (RMI). El tratamiento para las lesiones musculares implica terapia de calor o frío para calmar el músculo afectado, estiramientos ligeros si el dolor es tolerable, analgésicos de venta libre y descanso.

La fibromialgia es un tipo cada vez más común de dolor muscular que causa un dolor intenso generalizado en todo el cuerpo. También afecta los hábitos de sueño de una persona, y se sabe que causa angustia mental y emocional.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), la fibromialgia afecta a más de 4 millones de adultos en Estados Unidos, que es aproximadamente el 2 por ciento de la población adulta. La mayoría de las personas son diagnosticadas durante la edad madura.

Las personas con artritis reumatoide y lupus tienen un mayor riesgo de desarrollar fibromialgia. Otros factores que aumentan el riesgo de una persona son la obesidad, los antecedentes familiares de fibromialgia y ciertas infecciones virales.

Los síntomas comunes incluyen:

La fibromialgia se trata con una combinación de medicamentos recetados y analgésicos, ejercicios de fortalecimiento muscular y actividades de control del estrés como yoga, masajes y meditación.

Se trata de un grupo de enfermedades que provocan inflamación, debilidad y dolor muscular a largo plazo. Hasta ahora, los investigadores han identificado cuatro miopatías: polimiositis, dermatomiositis, miositis por cuerpos de inclusión y miopatía autoinmune necrotizante.

Aunque sus nombres pueden parecer confusos, todas las miopatías inflamatorias son una especie de enfermedad autoinmune. Una enfermedad autoinmune se produce cuando las células inmunitarias de una persona (que se supone que combaten las infecciones) comienzan a atacar los propios tejidos del cuerpo, las fibras musculares y los vasos sanguíneos.

Esto provoca síntomas como:

  • debilidad muscular
  • fatiga o cansancio después de pararse o caminar
  • músculos que se sienten sensibles al tacto
  • dolor muscular

Actualmente no existe una cura conocida para las miopatías inflamatorias, pero algunos tratamientos pueden ayudar a reducir los síntomas. El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares recomienda terapia física, ejercicio, medicación, terapia de calor y descanso, para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

Es mejor consultar con un médico si el dolor dura más de 48 horas, o si interfiere con la vida cotidiana.

Visita al médico inmediatamente si el dolor es insoportable, si una extremidad se ve extraña o fuera de lugar, o si la fiebre acompaña el dolor.

Varias afecciones crónicas y a corto plazo pueden causar dolor muscular y dolor óseo.

Muchas de estas afecciones se pueden tratar con medicamentos simples de venta libre, terapia de calor y reposo.

Sin embargo, algunas pueden requerir atención médica urgente. Es importante observar de cerca los síntomas durante un período de 24 a 48 horas. Si el dolor persiste, visita a tu médico.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Suan Pineda el 5 de octubre de 2021.

Versión original escrita el 2 de marzo de 2021.

Última revisión médica realizada el 2 de marzo de 2021.