La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica que afecta al sistema nervioso central, especialmente el cerebro, la médula espinal y los nervios ópticos. Esto puede provocar una amplia gama de síntomas en todo el cuerpo.

No es posible predecir cómo avanzará la esclerosis múltiple en cualquier individuo.

Algunas personas tienen síntomas leves, como visión borrosa y entumecimiento y hormigueo en las extremidades. En casos graves, una persona puede experimentar parálisis, pérdida de la vista y problemas de movilidad. Sin embargo, esto es poco común.

Es difícil saber con precisión cuántas personas padecen esclerosis múltiple. Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés), entre 250,000 y 350,000 personas viven con esclerosis múltiple en Estados Unidos.

La Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple (NMSS, por sus siglas en inglés) estima que el número podría estar más cerca de 1 millón.

Sin embargo, los tratamientos modernos están demostrando ser eficaces para frenar la enfermedad.

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El dolor, la debilidad y el hormigueo son síntomas comunes de la esclerosis múltiple.

Los científicos no saben exactamente qué causa la esclerosis múltiple, pero creen que es un trastorno autoinmune que afecta el sistema nervioso central. Cuando se tiene una enfermedad autoinmune, el sistema inmunitario ataca el tejido sano, del mismo modo que podría atacar a un virus o a una bacteria.

En el caso de la esclerosis múltiple, el sistema inmunitario ataca la vaina de mielina que rodea y protege las fibras nerviosas, provocando inflamación. La mielina también ayuda a los nervios a conducir señales eléctricas de manera rápida y eficiente.

El término esclerosis múltiple significa “tejido cicatricial en múltiples áreas”.

Cuando la vaina de mielina desaparece o sufre daños en múltiples áreas, deja una cicatriz o esclerosis. Los médicos también denominan a estas áreas placas o lesiones. Afectan principalmente:

  • el tronco encefálico
  • el cerebelo, que coordina el movimiento y controla el equilibrio
  • la medula espinal
  • los nervios ópticos
  • materia blanca en algunas regiones del cerebro

A medida que se desarrollan más lesiones, las fibras nerviosas pueden romperse o dañarse. Como resultado, los impulsos eléctricos del cerebro no fluyen suavemente hacia el nervio que apuntan. Esto significa que el cuerpo no puede realizar determinadas funciones.

Existen cuatro tipos de esclerosis múltiple:

Síndrome clínicamente aislado (SCA). Este es un primer episodio único, con síntomas que duran al menos 24 horas. Si ocurre otro episodio en una fecha posterior, un médico diagnosticará esclerosis múltiple remitente recurrente.

Esclerosis múltiple remitente recurrente (EMRR). Esta es la forma más común y afecta a alrededor del 85 por ciento de las personas con esclerosis múltiple. La EMRR implica episodios de síntomas nuevos o en aumento, seguidos de períodos de remisión, durante los cuales los síntomas desaparecen parcial o totalmente.

Esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP). Los síntomas empeoran progresivamente, sin recaídas ni remisiones tempranas. Algunas personas pueden experimentar momentos de estabilidad y períodos en los que los síntomas empeoran y luego mejoran. Cerca del 15 por ciento de las personas con esclerosis múltiple tienen EMPP.

Esclerosis múltiple progresiva secundaria (EMPS). Al principio, las personas experimentan episodios de recaída y remisión, pero luego la enfermedad comenzará a avanzar de manera constante.

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Los cambios en la vista pueden ser una señal temprana de esclerosis múltiple.

Debido a que la esclerosis múltiple afecta el sistema nervioso central, que controla todas las acciones del cuerpo, los síntomas pueden afectar cualquier parte del cuerpo.

Los síntomas más comunes de la esclerosis múltiple son:

Debilidad muscular. Las personas pueden desarrollar músculos débiles debido a la falta de uso o estimulación, debido al daño de los nervios.

Entumecimiento y hormigueo. Una sensación de pinchazos es uno de los primeros síntomas de la esclerosis múltiple que puede afectar la cara, el cuerpo, o los brazos y las piernas.

Signo de Lhermitte. Una persona puede experimentar una sensación como de descarga eléctrica cuando mueve el cuello, conocida como signo de Lhermitte.

Problemas de vejiga. Una persona podría tener dificultad para vaciar la vejiga o necesitar orinar con frecuencia o de forma repentina (incontinencia imperiosa). La pérdida del control de la vejiga es una señal temprana de esclerosis múltiple.

Problemas intestinales. La constipación puede causar retención fecal, lo que puede provocar incontinencia intestinal.

Fatiga. Esto puede socavar la capacidad de una persona para funcionar en el trabajo o en casa. La fatiga es uno de los síntomas más comunes de la esclerosis múltiple.

Mareos y vértigo. Estos son problemas comunes, al igual que los problemas de equilibrio y coordinación.

Disfunción sexual. Tanto los hombres como las mujeres pueden perder interés en el sexo.

Espasticidad y espasmos musculares. Esto es una señal temprana de esclerosis múltiple. Las fibras nerviosas dañadas en la médula espinal y el cerebro pueden causar espasmos musculares dolorosos, particularmente en las piernas.

Temblores. Algunas personas con esclerosis múltiple pueden experimentar temblores involuntarios.

Problemas de la vista. Algunas personas pueden experimentar visión doble o borrosa, pérdida total o parcial de la vista o distorsión del color rojo-verde. Esto suele afectar un ojo a la vez. La inflamación del nervio óptico puede provocar dolor al mover el ojo. Los problemas de la vista son una señal temprana de esclerosis múltiple.

Cambios en la marcha y la movilidad. La esclerosis múltiple puede cambiar la forma en que las personas caminan debido a la debilidad muscular y problemas de equilibrio, mareos y fatiga.

Cambios emocionales y depresión. La desmielización y el daño de las fibras nerviosas en el cerebro pueden desencadenar cambios emocionales.

Problemas de aprendizaje y memoria. Esto puede hacer que sea difícil concentrarse, planificar, aprender, priorizar y realizar varias tareas a la vez.

Dolor. El dolor es un síntoma común de la esclerosis múltiple. El dolor neuropático se debe directamente a la esclerosis múltiple. Otros tipos de dolor ocurren debido a la debilidad o rigidez de los músculos.

Los síntomas menos comunes incluyen:

  • dolor de cabeza
  • pérdida auditiva
  • picazón
  • problemas respiratorios
  • convulsiones
  • trastornos del habla
  • problemas para tragar

También existe un mayor riesgo de:

  • infecciones del tracto urinario
  • actividad reducida y pérdida de movilidad

Todo esto puede afectar el trabajo y la vida social de una persona.

En las últimas etapas, las personas pueden experimentar cambios en la percepción y el pensamiento, así como en la sensibilidad al calor.

La esclerosis múltiple afecta a las personas de diferentes maneras. Para algunos, comienza con una sensación sutil y los síntomas no progresan durante meses o años. A veces, los síntomas empeoran rápidamente, en semanas o meses.

Algunas personas solo tendrán síntomas leves y otras experimentarán cambios significativos que conducen a discapacidad. Sin embargo, la mayoría de las personas experimentarán momentos en los que los síntomas empeoran, y luego mejoran.

El signo de Lhermitte es un síntoma común de la esclerosis múltiple que ocurre cuando una persona mueve la cabeza. Encuentra más aquí.

Los científicos no saben realmente qué causa la esclerosis múltiple, pero los factores de riesgo incluyen:

Edad. La mayoría de las personas reciben un diagnóstico entre los 20 y 40 años.

Sexo. La mayoría de las formas de esclerosis múltiple tienen el doble de probabilidades de afectar a las mujeres que a los hombres.

Factores genéticos. La susceptibilidad puede transmitirse a través de los genes, pero los científicos creen que también se necesita un desencadenante ambiental para que se desarrolle la esclerosis múltiple, incluso en personas con características genéticas específicas.

Fumar. Los fumadores parecen tener más probabilidades de desarrollar esclerosis múltiple. Suelen tener más lesiones y encogimiento cerebral que los no fumadores.

Infecciones. La exposición a virus, como el virus de Epstein-Barr (VEB) o la mononucleosis, puede aumentar el riesgo de que una persona desarrolle esclerosis múltiple, pero no hay investigaciones que hayan demostrado un vínculo definitivo. Otros virus que pueden desempeñar un papel incluyen el virus del herpes humano tipo 6 (HHV6) y la neumonía por micoplasma.

Deficiencia de vitamina D. La esclerosis múltiple es más común entre las personas que tienen menos exposición a la luz solar brillante, que es necesaria para que el cuerpo produzca vitamina D. Algunos expertos creen que los niveles bajos de vitamina D pueden afectar la forma en que funciona el sistema inmunitario.

Deficiencia de vitamina B12. El cuerpo usa vitamina B cuando produce mielina. La falta de esta vitamina puede aumentar el riesgo de enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple.

Teorías previas han incluido la exposición al moquillo canino, trauma físico, o aspartamo, un edulcorante artificial, pero no hay evidencia que las apoyen.

Probablemente no exista un desencadenante único para la esclerosis múltiple, pero pueden contribuir múltiples factores.

El médico realizará un examen físico y neurológico, hará preguntas sobre los síntomas y considerará el historial médico de la persona.

No hay una única prueba que pueda confirmar un diagnóstico, por lo que un médico utilizará varias estrategias al decidir si una persona cumple con los criterios para un diagnóstico.

Estas incluyen:

  • imágenes por resonancia magnética del cerebro y la médula espinal, que pueden revelar lesiones
  • análisis de líquido cefalorraquídeo, que puede identificar anticuerpos que sugieren una infección previa
  • una prueba de potenciales evocados, que mide la actividad eléctrica en respuesta a estímulos

Otras enfermedades tienen síntomas similares a los de la esclerosis múltiple, por lo que un médico puede sugerir otras pruebas para evaluar otras posibles causas.

Si el médico diagnostica esclerosis múltiple, deberá identificar de qué tipo es y si está activa o no. Es posible que la persona necesite más pruebas en el futuro para evaluar si hay más cambios.

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Un médico puede ayudar a la persona a encontrar el tratamiento adecuado.

No hay cura para la esclerosis múltiple, pero hay un tratamiento disponible que puede:

  • retardar la progresión y reducir el número y la gravedad de las reincidencias
  • aliviar los síntomas

Algunas personas también utilizan terapias complementarias y alternativas, pero las investigaciones no siempre confirman su utilidad.

Medicamentos para retrasar el avance

Varias terapias modificadoras de la enfermedad (TME) cuentan con la aprobación de la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para las formas recurrentes de esclerosis múltiple. Actúan cambiando la forma en que funciona el sistema inmunitario.

Un médico puede administrarlas por vía oral, a través de una inyección y otras mediante infusión (inyectadas lentamente). La frecuencia con la que la persona debe tomarlas y si puede o no hacerlo en casa dependerá del medicamento.

Las siguientes TME están actualmente aprobadas:

Medicamentos inyectados

  • interferón beta 1-a (Avonex y Rebif)
  • interferón beta-1b (Betaseron y Extavia)
  • acetato de glatiramer: (Copaxone y Glatopa)
  • peginterferón beta-1a) (Plegridy)

Medicamentos orales

  • teriflunomida (Aubagio)
  • fingolimod (Gilenya)
  • dimetilfumarato (Tecfidera)
  • mavenclad (Cladribine)
  • mayzent (Siponimod)

Medicamentos de infusión

  • alemtuzumab (Lemtrada)
  • mitoxantrona (Novantrone)
  • ocrelizumab (Ocrevus)
  • natalizumab (Tysabri)

Los lineamientos actuales recomiendan el uso de estos medicamentos desde las primeras etapas, ya que existe una buena posibilidad de que puedan retardar la progresión de la esclerosis múltiple, especialmente si la persona los toma cuando los síntomas aún no son graves.

Algunos medicamentos son más útiles en etapas específicas. Por ejemplo, un médico puede recetar mitoxantrona en una etapa posterior y más grave de la esclerosis múltiple.

Un médico controlará qué tan bien está funcionando un medicamento, ya que puede haber efectos adversos y los mismos medicamentos no son adecuados para todos. Las nuevas opciones de medicamentos que se comercializan están demostrando ser más seguras y efectivas que algunas de las existentes.

Los efectos adversos de los medicamentos inmunosupresores incluyen un mayor riesgo de desarrollar infecciones. Algunos medicamentos también pueden dañar el hígado.

Si una persona experimenta efectos adversos o si sus síntomas empeoran, debe buscar consejo médico.

Medicamentos para aliviar los síntomas durante un brote

Otros medicamentos son útiles cuando empeoran los síntomas durante un brote. No se necesitarán estos medicamentos todo el tiempo.

Corticosteroides: reducen la inflamación e inhiben el sistema inmunitario. Pueden tratar un brote agudo de síntomas en ciertos tipos de esclerosis múltiple. Algunos ejemplos incluyen Solu-Medrol (metilprednisolona) y Deltasone (prednisona). Los esteroides pueden tener efectos adversos si una persona los usa con demasiada frecuencia, y es probable que no proporcionen ningún beneficio a largo plazo.

Cambios de comportamiento: si se presentan problemas de vista, un médico puede recomendar descansar los ojos de vez en cuando o limitar el tiempo frente a una pantalla. Una persona con esclerosis múltiple puede necesitar aprender a descansar cuando la fatiga aparece, y a no forzar su ritmo, para poder completar las actividades.

Problemas de movilidad y equilibrio: la fisioterapia y los dispositivos para caminar, como un bastón, pueden ayudar. El medicamento dalfampridina (Ampyra) también puede resultar útil.

Temblores: una persona puede usar dispositivos de asistencia o colocar pesas en las extremidades para reducir los temblores. Los medicamentos también pueden ayudar con los temblores.

Fatiga: descansar lo suficiente y evitar el calor puede ayudar. La fisioterapia y la terapia ocupacional pueden ayudar a enseñar a las personas formas más cómodas para realizar sus actividades. Los dispositivos de asistencia, como un scooter de movilidad, pueden ayudar a conservar la energía. Medicamentos o consejería pueden ayudar a aumentar la energía al mejorar el sueño.

Dolor: un médico puede recetar medicamentos anticonvulsivos o antiespasmódicos o inyecciones de alcohol para aliviar la neuralgia del trigémino, un dolor agudo que afecta la cara. Los analgésicos, como la gabapentina, pueden ayudar a controlar el dolor corporal. También hay medicamentos para aliviar el dolor muscular y los calambres en la esclerosis múltiple.

Problemas de vejiga e intestinales: algunos medicamentos y cambios en la dieta pueden ayudar a resolverlos.

Depresión: un médico puede recetar un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS), ya que es menos probable que cause fatiga que otros medicamentos antidepresivos.

Cambios cognitivos: el Donepezil, un medicamento para el Alzheimer, puede ayudar a algunas personas.

Terapias complementarias y alternativas

Lo siguiente puede ayudar con diferentes aspectos de la esclerosis múltiple:

  • tratamiento de calor y masaje para controlar el dolor
  • acupuntura para el dolor y la marcha
  • manejo del estrés para mejorar el estado de ánimo
  • ejercicio para mantener la fuerza y la flexibilidad, reducir la rigidez y mejorar el estado de ánimo
  • una dieta saludable con muchas frutas, y vegetales frescos y fibra
  • dejar o evitar fumar

Marihuana medicinal

Estudios han sugerido que el cannabis puede ayudar a aliviar el dolor, la rigidez muscular y el insomnio. Sin embargo, no hay pruebas suficientes para confirmarlo.

Las personas también deberían tener en cuenta lo siguiente:

  • Existe una diferencia entre consumir cannabis de la calle y cannabis medicinal.
  • No todas las formas de cannabis son legales en todos los estados de Estados Unidos, ni en otras regiones.

Una persona debe pedirle consejo a su médico antes de consumir cannabis, ya que algunas formas pueden tener efectos adversos. Es poco probable que fumar cannabis sea beneficioso, y puede empeorar los síntomas.

Rehabilitación y terapia física

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La terapia física puede ayudar con la fuerza y la flexibilidad.

La rehabilitación puede ayudar a mejorar o mantener la capacidad de una persona para desempeñarse eficazmente en el hogar y el trabajo.

Los programas generalmente incluyen:

Terapia física: su objetivo es proporcionar las habilidades para mantener y restaurar el movimiento máximo y la capacidad funcional.

Terapia ocupacional: el uso terapéutico del trabajo, el cuidado personal y el juego pueden ayudar a mantener la función física y mental.

Terapia del habla y la deglución: un terapeuta del habla y el lenguaje realizará un entrenamiento especializado para quienes lo necesiten.

Rehabilitación cognitiva: esto ayuda a las personas a manejar problemas específicos de pensamiento y percepción.

Rehabilitación vocacional: esto ayuda a una persona cuya vida ha cambiado con la esclerosis múltiple a hacer planes profesionales, aprender habilidades laborales, conseguir y mantener un trabajo.

Intercambio de plasma

El intercambio de plasma implica extraer sangre del individuo, separar el plasma, reemplazarlo con plasma nuevo y transfundirlo nuevamente a la persona.

Este proceso elimina los anticuerpos de la sangre que atacan partes del cuerpo, pero no está claro si puede ayudar a las personas con esclerosis múltiple. Los estudios han producido resultados mixtos.

Generalmente, el intercambio de plasma solo es adecuado para los ataques graves de esclerosis múltiple.

Terapia de células madre

Los científicos investigan actualmente el uso de la terapia con células madre para regenerar varias células del cuerpo y restaurar la función de aquellas que la han perdido debido a una enfermedad.

Los investigadores esperan que algún día, las técnicas de terapia con células madre puedan revertir el daño causado por la esclerosis múltiple y restaurar la funcionalidad en el sistema nervioso.

La esclerosis múltiple es una afección de salud potencialmente grave que afecta al sistema nervioso. El avance de la esclerosis múltiple es diferente para cada persona, por lo que es difícil predecir lo que sucederá, pero la mayoría de las personas no experimentarán una discapacidad grave.

En los últimos años, los científicos han avanzado rápidamente en el desarrollo de medicamentos y tratamientos para la esclerosis múltiple. Los medicamentos más recientes son más seguros y eficaces, y ofrecen una gran esperanza de retrasar la progresión de la enfermedad.

A medida que los investigadores aprendan más sobre las características genéticas y los cambios que ocurren con la esclerosis múltiple, también existe la esperanza de que puedan predecir más fácilmente qué tipo de esclerosis múltiple tendrá una persona y establecer el tratamiento más eficaz desde la etapa más temprana.

Una persona que recibe el tratamiento adecuado y sigue un estilo de vida saludable puede esperar vivir la misma cantidad de años que una persona sin esclerosis múltiple.

Última revisión médica realizada el 29 de mayo de 2019.