La flema es un tipo de mucosidad que se produce en los pulmones y en las vías respiratorias del tracto inferior próximas. Este tipo de mucosidad es de suma importancia porque evita que gérmenes y materiales entren en las vías respiratorias y los pulmones, y puedan causar infecciones.

Otras áreas del cuerpo, incluyendo el tracto respiratorio superior (nariz, boca y garganta) y el tracto gastrointestinal (intestinos) también segregan mucosidad.

Por lo general, la mucosidad es clara y delgada y no se nota en absoluto. Cuando alguien se enferma de resfriado o una infección, la mucosidad se puede espesar y cambiar de color.

En este artículo, describimos los distintos colores que pueden tener la mucosidad o la flema, y qué significan para la salud. También examinamos diferentes texturas de flema y explicamos lo que una persona puede hacer si su flema cambia.

Sick woman using tissue to blow her nose.Share on Pinterest
El color de la flema puede indicar si el sistema respiratorio está o no sano.

El color de la flema puede dar mucha información sobre lo que podría estar pasando con los pulmones y otros órganos del sistema respiratorio.

Transparente

La mucosidad transparente es normal. Se compone de agua, sales, anticuerpos y otras células del sistema inmunitario. Después de producirse en el tracto respiratorio, la mayor parte baja por la garganta y se ingiere.

Café

La flema marrón puede indicar posible sangrado, y si es así, es probable que haya sucedido hace algún tiempo. La flema de color rojo brillante o rosa significa que el sangrado ocurrió más recientemente.

La mucosidad negra puede indicar la presencia de una infección micótica. Alguien que tenga flema negra debe contactar a su médico inmediatamente, especialmente si tiene un sistema inmunitario debilitado.

Blanco

La mucosidad blanca es señal de congestión nasal. Cuando la cavidad nasal se congestiona, los tejidos se hinchan e inflaman, lo que ralentiza el paso del moco a través de las vías respiratorias. Cuando esto sucede, el moco se vuelve más grueso y turbio o blanco.

Amarilla

La mucosidad amarilla sugiere que las células inmunitarias están empezando a funcionar en el sitio de la infección u otro tipo de agresión inflamatoria.

Los glóbulos blancos son las células del sistema inmunitario responsables de combatir los gérmenes. A medida que combaten las infecciones, estos quedan atrapados en la mucosidad, dándole un tinte amarillento.

Verde

La flema verde indica una respuesta inmune amplia y contundente. Los glóbulos blancos, los gérmenes y otras células, y las proteínas producidas durante la respuesta inmunitaria son los que dan a la flema su color verde.

Si bien la flema de este color puede apuntar a una infección, no siempre es necesario el uso de antibióticos. La mayoría de las infecciones que ocasionan flema verde son virales, y generalmente se resuelven sin tratamiento en unas pocas semanas.

Usar antibióticos cuando no son necesarios puede ser perjudicial, ya que las bacterias pueden desarrollar resistencia. Si la flema verde va acompañada de dificultades respiratorias, dolor en el pecho o tos con sangre, es necesario acudir al médico con urgencia.

Rojo

La flema roja indica la presencia de sangre. Hay muchas razones para la presencia de sangre en la flema. Una tos muy fuerte, por ejemplo por una infección respiratoria, a veces puede causar que se rompan y sangren pequeños vasos sanguíneos en los pulmones o las vías respiratorias.

En otras situaciones, la sangre en el moco puede indicar la presencia de una enfermedad grave.

La flema también puede tener diferentes texturas, que van desde acuosas a gruesas y pegajosas. La mucosidad delgada y acuosa suele ser normal e indica que el tracto respiratorio está sano.

Durante una infección, las células inmunitarias, los gérmenes y los desechos se acumulan en la flema, haciéndola más espesa, pegajosa y turbia.

Toser y estornudar ayuda al cuerpo a eliminar el exceso de mucosidad o flema, y cualquier otra cosa que no pertenezca al tracto respiratorio.

La enfermedad o la infección no son las únicas cosas que pueden hacer que la mucosidad se vuelva más espesa. Estar deshidratado o incluso dormir puede hacer que la mucosidad se mueva más lento y se vuelva más espesa de lo normal.

El esputo espumoso es mucosidad con espuma y burbujas. La mucosidad gris blanquecina y espumosa puede ser una señal de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y debe consultarse con el médico, especialmente si se trata de un síntoma nuevo.

La flema rosada y espumosa puede significar que se está experimentando insuficiencia cardíaca severa del lado izquierdo, especialmente cuando está acompañada de cualquiera de los siguientes síntomas:

  • falta de aliento
  • sudoración
  • dolor en el pecho

Cualquier persona que experimente estos síntomas debe acudir a su sala de emergencias local inmediatamente.

Es importante darse cuenta de que los médicos no pueden diagnosticar una enfermedad o afección en particular en función del color de la flema de una persona.

Tener flema verde, amarilla o espesa no siempre indica que haya una infección. Además, si una infección está presente, el color de la flema no determina si un virus, una bacteria u otro patógeno la ha causado. Las alergias simples también pueden causar cambios en el color de la mucosidad.

Los antibióticos no siempre resuelven las causas de la mucosidad verde.

Las personas que tienen mucosidad blanca, amarilla o verde durante más de unos días, o que experimentan otros síntomas, como fiebre, escalofríos, tos o dolor sinusal, deben visitar a su médico. Sin embargo, probablemente esté bien esperar unos días para tratar los síntomas en casa antes de hacer una cita.

Alguien que desarrolle esputo rojo, marrón, negro o espumoso nuevo o en mayor cantidad debe llamar a su médico para hacer una cita de inmediato. Estos síntomas pueden ser señales de una afección médica más grave que requiera de tratamiento oportuno.

Las causas de la flema blanca, amarilla o verde generalmente se pueden tratar en casa.

Es necesario descansar mucho y mantenerse hidratado. La deshidratación puede empeorar la flema espesa, haciendo que sea más difícil expulsarla al toser.

Algunas personas pueden encontrar que una caminata suave puede ayudarles a expulsar el exceso de flema.

Algunas otras medidas que puedes intentar en casa incluyen las siguientes:

Humidificador

Utilizar un humidificador puede ayudar a humedecer el aire, lo que facilita la respiración, y hace que la flema que está atascada en el pecho se afloje y sea expulsada al toser.

Aceite de eucalipto o de menta

Los aceites esenciales de eucalipto o menta son los ingredientes activos que se encuentran en muchos ungüentos para frotar en el pecho de venta libre.

Cuando se frotan en el pecho, estos aceites pueden ayudar a la relajación, mejorar la respiración y hacer que la tos sea más productiva para poder expulsar la flema.

Si usas aceite esencial directamente, dilúyelo en un poco de aceite de coco o de almendras antes de aplicarlo en el pecho. Los aceites sin diluir a veces pueden ser un poco fuertes o causar dolor si se aplican directamente en la piel.

Algunas personas encuentran que frotar los aceites en las plantas de los pies y ponerse calcetines gruesos inmediatamente después también puede ser eficaz.

Expectorantes

Los expectorantes de venta libre, como la guaifenesina, ayudan a diluir el moco, lo que facilita eliminarlo al toser.

Los expectorantes están disponibles tanto para niños como para adultos, y puedes comprarlos en la farmacia local. Es importante leer las instrucciones y tomar el medicamento exactamente como te lo indicaron.

En la mayoría de los casos, las medidas de cuidado en casa son formas seguras y efectivas de tratar la flema anormal.

Es importante llamar al médico si, después de unos días, sigues produciendo flema. Es posible que necesites un antibiótico para tratar una infección bacteriana subyacente.

Si tienes mucosidad rosada, roja, marrón, negra o espumosa debes contactar a tu médico o ir a la sala de emergencias local para una evaluación.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Suan Pineda el 21 de enero de 2022.

Versión original escrita el 22 de enero de 2020.

Última revisión médica realizada el 22 de enero de 2020.