El término médico para una hemorragia nasal es epistaxis. Debido a la posición de la nariz, justo en el medio de la cara, y su alta densidad de vasos sanguíneos, la mayoría de nosotros habrá tenido al menos una hemorragia nasal en algún momento de nuestra vida.

Aunque rara vez es motivo de alarma, las hemorragias nasales pueden poner en riesgo la vida en casos excepcionales.

Las hemorragias nasales son causadas con mayor frecuencia por un traumatismo local, pero también pueden ser causadas por cuerpos extraños, infecciones nasales o de los senos nasales, e inhalación prolongada de aire seco.

Los tumores y las malformaciones vasculares también son causas potenciales de hemorragia nasal, pero es infrecuente.

Las hemorragias nasales espontáneas son bastante comunes, especialmente en los niños. Cuando la membrana mucosa (un tejido que secreta mucosidad dentro de la nariz) se seca, forma costras o se agrieta y luego se altera al hurgarse la nariz, es probable que sangre.

Dado que la nariz está llena de vasos sanguíneos, cualquier lesión menor en la cara puede hacer que la nariz sangre profusamente.

Las hemorragias nasales también son comunes en personas que toman anticoagulantes (que hacen la sangre menos densa, como la aspirina), así como en personas mayores cuya sangre puede tardar más en coagularse. Si la persona que toma anticoagulantes tiene hipertensión (presión arterial alta) o un trastorno de la coagulación de la sangre, el sangrado puede ser más difícil de detener y puede durar más de 20 minutos.

Datos básicos sobre la hemorragia nasal

  • las hemorragias nasales rara vez son motivo de preocupación
  • la mayoría de las personas experimentan al menos una hemorragia nasal durante su vida
  • se categorizan como hemorragias nasales anteriores o posteriores
  • el clima y la altitud pueden causar hemorragias nasales
  • ciertos medicamentos pueden hacer que las hemorragias nasales duren más
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Con mayor frecuencia, las hemorragias nasales son hemorragias nasales anteriores.

Las hemorragias nasales se pueden clasificar como anteriores o posteriores.

En hemorragias nasales anteriores, el sangrado proviene de la pared entre las dos fosas nasales. Esta parte de la nariz contiene muchos vasos sanguíneos delicados. Las hemorragias nasales anteriores se tratan fácilmente en casa; es probable que sea el tipo de hemorragia nasal que se observa en un niño.

En hemorragias nasales posteriores, el sangrado se origina más atrás y más arriba de la nariz en un área donde las ramas de las arterias suministran sangre a la nariz; por eso el sangrado es más intenso. Las hemorragias nasales posteriores suelen ser más graves que las anteriores y pueden requerir atención médica. Son más comunes en adultos.

Causas de hemorragias nasales anteriores

A veces, se desconoce la causa de las hemorragias nasales anteriores. Sin embargo, otras causas comunes incluyen:

  • Pellizcarse el interior de la nariz, especialmente si se hace con frecuencia, si las uñas son largas y si el interior de la nariz ya está irritado o sensible.
  • Golpearse o sonarse la nariz podría dañar los delicados vasos sanguíneos de la membrana mucosa.
  • Sinusitis, que es una inflamación de los senos nasales (cavidades llenas de aire del hueso y el cráneo que rodean la nariz).
  • Un resfriado, gripe o una alergia nasal pueden provocar una hemorragia nasal por varias razones. Las personas con estas afecciones se suenan la nariz con más frecuencia. Además, el interior de la nariz puede estar irritado y sensible durante una infección viral, haciéndola más susceptible a sangrar.
  • Tabique desviado, cuando la pared que separa las dos fosas nasales está descentrada o desviada.
  • Los climas cálidos con poca humedad o los cambios de un clima muy frío a uno cálido y seco pueden causar sequedad y fisura dentro de la nariz, lo que puede provocar una hemorragia nasal.
  • Altitud elevada, a medida que aumenta la altitud, la disponibilidad de oxígeno disminuye, lo que hace que el aire sea menos denso y seco. La sequedad puede hacer que sangre la nariz.
  • Uso excesivo de ciertos tipos de medicamentos, como anticoagulantes o antiinflamatorios no esteroides (AINE) como ibuprofeno.
  • La enfermedad hepática puede interferir con la coagulación de la sangre y provocar hemorragias nasales frecuentes y/o graves.
  • Uso excesivo de drogas ilegales, como la cocaína.

Causas de hemorragia nasal posterior

  • presión arterial alta
  • cirugía nasal
  • deficiencia de calcio
  • exposición a sustancias químicas que pueden irritar la membrana mucosa
  • enfermedades de la sangre, como linfoma o leucemia
  • algunos tumores

Otras causas de hemorragia nasal

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Otras causas de hemorragia nasal incluyen un cuerpo extraño, como un juguete muy pequeño, atascado en la fosa nasal.

Nariz fracturada. Una fisura o rotura en el hueso o cartílago de la nariz.

Cuerpo extraño en la nariz. Esto ocurre con más frecuencia en niños, por ejemplo con juguetes y bloquecitos de construcción tipo Lego.

Recuento bajo de plaquetas (trombocitopenia). Estas personas son más propensas a sangrar.

Enfermedad de Osler-Weber-Rendu. Una enfermedad poco frecuente que afecta a 1 de cada 5,000 personas; es un trastorno genético de los vasos sanguíneos que provoca un sangrado excesivo.

Deficiencia de factor X (deficiencia de factor Stuart-Prower). Una afección cuya causa es una deficiencia de proteínas.

Coartación aórtica. Un estrechamiento congénito de la aorta.

Glomerulonefritis (nefritis). Inflamación aguda del riñón, comúnmente causada por una reacción inmunitaria.

Ébola. Uno de los síntomas tardíos del Ébola es un sarpullido sangrante en todo el cuerpo.

Enfermedad de von Willebrand. Un trastorno hemorrágico debido a una deficiencia del factor von Willebrand.

Púrpura trombocitopénica idiopática. Una afección en la que la sangre no se coagula correctamente. Las personas experimentan sangrado excesivo y hematomas.

Deficiencia de factor II, V o VII. Estas condiciones poco frecuentes afectan la coagulación de la sangre y aumentan las posibilidades de hemorragia nasal.

Fiebre reumática. Una complicación de la faringitis estreptocócica.

Cirrosis hepática. Después de una exposición prolongada a toxinas.

Enfermedad celíaca. Una alergia al gluten.

Leishmaniasis. Una enfermedad parasitaria transmitida por la mosca de la arena.

El síntoma principal de una hemorragia nasal es la sangre que sale de la nariz, que puede variar de leve a abundante. La sangre sale de cualquiera de las fosas nasales (por lo general, solo una de las fosas nasales se ve afectada).

Si la hemorragia nasal ocurre mientras estás acostado, es común sentir líquido en la parte posterior de la garganta antes de que la sangre salga por la nariz. Es mejor no tragar la sangre, ya que podría provocar náusea y vómitos. Las hemorragias nasales graves requieren atención médica inmediata. Las cosas a las que debes prestar atención incluyen:

  • sangrado abundante
  • palpitaciones (ritmo cardíaco irregular)
  • tragar grandes cantidades de sangre que provoca vómitos
  • dificultad para respirar
  • ponerse pálido
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Las hemorragias nasales no graves se pueden tratar eficazmente en casa.

El primer paso es detener el sangrado:

  • Siéntate y aprieta las partes blandas de la nariz firmemente, respira por la boca.
  • Inclínate hacia adelante (no hacia atrás) para evitar que la sangre drene hacia los senos nasales y la garganta, lo que puede provocar la inhalación de sangre o arcadas.
  • Siéntate erguido de modo que la cabeza quede en una posición más alta que el corazón; esto reduce la presión arterial y retrasa el sangrado adicional.
  • Continúa ejerciendo presión sobre la nariz, inclinándote hacia adelante, y siéntate derecho durante un mínimo de 5 minutos y hasta 20 minutos, para que la sangre coagule. Si el sangrado persiste durante más de 20 minutos, necesitarás atención médica.
  • Aplica una compresa de hielo en la nariz y la mejilla para calmar el área y evita la actividad intensa durante los próximos días.

Se recomienda que las personas busquen atención médica si sufren hemorragias nasales frecuentes (podría ser un indicio de un problema subyacente), si sufrieron una lesión en la cabeza o tomaron anticoagulantes (diluyentes sanguíneos) y el sangrado no se detiene.

Si un médico sospecha que existe una causa subyacente, como hipertensión (presión arterial alta), anemia o una fractura nasal, puede realizar más pruebas, como controlar la presión arterial y el pulso; también puede solicitar una radiografía antes de recomendar una opción de tratamiento adecuada.

Existe una variedad de opciones de tratamiento que los médicos tienen para ofrecer; estos incluyen:

Bloqueo nasal. Rellenar la nariz con gasa o esponjas nasales especiales tan adentro como sea posible, ejerciendo presión sobre la fuente del sangrado.

Cauterización. Un procedimiento menor que cauteriza (quema) el área de donde proviene el sangrado para sellarlo; se utiliza si se puede identificar el vaso sanguíneo específico. Sin embargo, el área alrededor de la cauterización a veces comienza a sangrar.

Cirugía septal. Un procedimiento quirúrgico para enderezar un tabique torcido (la pared entre los dos canales de la nariz), ya sea que se nació así o debido a una lesión. Esto puede reducir la aparición de hemorragias nasales.

Ligadura. Considerada un “último recurso”, la ligadura es un procedimiento quirúrgico que implica atar los extremos de los vasos sanguíneos identificados que causan el sangrado. A veces, incluso la arteria de la que se desprenden los vasos sanguíneos. Si la fuente del sangrado está más atrás, es posible que se requiera una cirugía mayor.

  • Evita meterte el dedo en la nariz.
  • Aplica un ungüento lubricante, como vaselina, dentro de la nariz; especialmente en niños cuyas hemorragias nasales se atribuyen más comúnmente a la formación de costras dentro de las fosas nasales.
  • Evita sonarte la nariz con demasiada fuerza o con demasiada frecuencia.
  • Utiliza un humidificador en altitudes elevadas o en climas secos.
  • Para evitar hemorragias nasales recurrentes, evita el esfuerzo o la actividad extenuante durante un mínimo de una semana después de la última hemorragia nasal.

Lee el artículo en inglés.

Última revisión médica realizada el 24 de marzo de 2017.