La hipertensión renal, a la que los expertos en salud se refieren más comúnmente como hipertensión renovascular, es un tipo de presión arterial alta que comienza en los riñones. Se produce debido a una obstrucción en las arterias que llevan la sangre a los riñones.

Sin tratamiento, el aumento de la presión arterial puede causar daños en los riñones y otras complicaciones.

En este artículo se analiza qué es la hipertensión renovascular. También se examina cómo afecta la hipertensión arterial a los riñones y se describen las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento de esta enfermedad.

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pepifoto/Getty Images

La hipertensión renovascular se produce cuando los vasos sanguíneos de los riñones se han estrechado u obstruido. Por lo general, esto ocurre debido a una obstrucción en las arterias renales, que son las que suministran gran parte de la sangre a los riñones.

La hipertensión renovascular es una de las causas más comunes de la hipertensión secundaria, que es la presión arterial alta que se deriva de una afección médica diferente. Además, puede provocar una hipertensión arterial resistente al tratamiento.

¿Qué es la hipertensión arterial y cómo afecta a los riñones?

El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) define la presión arterial como un aumento de la cantidad de fuerza que la sangre ejerce sobre los vasos al desplazarse por el cuerpo.

Con el tiempo, la presión arterial puede dañar y debilitar los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, incluyendo los de los riñones. Cuando los vasos sanguíneos de los riñones se dañan, puede afectar su funcionamiento.

Cuando los riñones no funcionan correctamente, puede llevar a un exceso de líquido y una acumulación de residuos en el torrente sanguíneo. Esto, a su vez, puede causar presión arterial alta, lo que provoca un mayor daño a los riñones.

Con el tiempo, una persona puede desarrollar insuficiencia renal.

El NIDDK señala que, en la mayoría de los casos, una persona con hipertensión arterial no presenta ningún síntoma. Sin embargo, a veces una persona puede experimentar dolores de cabeza inexplicables.

Del mismo modo, las primeras etapas de la enfermedad o el daño renal pueden no causar ningún síntoma. Sin embargo, a medida que el daño renal progresa, la persona puede desarrollar un edema. Se trata de una hinchazón que puede producirse en varias partes del cuerpo, incluidos los pies y las manos.

Si la enfermedad renal progresa hasta una fase avanzada, la persona puede desarrollar síntomas como:

  • calambres musculares
  • pérdida de peso inexplicable
  • dolor en el pecho o dificultad para respirar
  • problemas de sueño, somnolencia o cansancio
  • náuseas, vómitos o pérdida de apetito
  • problemas para concentrarse
  • dolores de cabeza
  • cambios en el volumen de orina
  • entumecimiento o picazón generalizada o piel oscurecida o seca

Si una persona está tomando varios medicamentos para controlar su presión arterial y estos no surten efecto, los médicos pueden sospechar que la causa podría ser la hipertensión renovascular.

Cualquier enfermedad que afecte al flujo sanguíneo hacia los riñones puede provocar hipertensión renovascular.

Las causas más comunes de la hipertensión renovascular son las formas de estenosis de la arteria renal. La aterosclerosis, que es la acumulación de placa en las arterias, está detrás del 90 por ciento de los casos. La displasia fibromuscular, una enfermedad que provoca el estrechamiento de las arterias, está detrás del 9 por ciento de los casos.

Otras causas potenciales son:

  • inflamación de las arterias que puede deberse a las siguientes afecciones:
    • arteritis de Takayasu
    • síndrome de anticuerpos antifosfolípidos
    • síndrome de la aorta media
  • fibrosis por radiación, que es un efecto secundario de la radioterapia
  • compresión de las arterias renales
  • disección de la arteria renal, que puede producirse tras una lesión del vaso sanguíneo
  • obstrucción derivada de una intervención quirúrgica en las arterias

¿Se hereda?

Las investigaciones indican que las personas con parientes cercanos que han desarrollado hipertensión renovascular tienen más probabilidades de padecerla que las que no tienen antecedentes familiares de esta enfermedad. La causa probable es una variación o mutación genética.

Otras investigaciones sugieren que los genes pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la enfermedad renal debida a la hipertensión. Los científicos señalan que, comprender las variantes puede ayudar a conseguir tratamientos mejor dirigidos en el futuro.

La dieta puede contribuir a aumentar o disminuir el riesgo de que una persona desarrolle hipertensión renovascular.

La Fundación Nacional del Riñón (NKF, por sus siglas en inglés) recomienda que una persona siga la dieta DASH (cuyas siglas en inglés significan enfoques dietéticos para detener la hipertensión) para ayudar a mejorar su hipertensión.

La dieta DASH recomienda alimentos como:

  • productos lácteos con bajo contenido de grasa
  • frutas
  • pescado
  • vegetales
  • semillas
  • granos integrales
  • aves de corral
  • frijoles
  • nueces

También limita o elimina el consumo de:

  • dulces
  • sal y sodio
  • grasas saturadas
  • azúcar añadida
  • carne roja

El objetivo principal del tratamiento de la hipertensión renovascular es reducir la presión arterial. Reducir la presión arterial puede ayudar a prevenir el daño renal, y tener un efecto positivo en otros aspectos de la salud.

Medicamentos

Las personas con hipertensión renovascular suelen necesitar varios medicamentos para tratar la enfermedad.

Según el NIDDK, hay dos tipos de medicamentos para la presión arterial que pueden ayudar a frenar la expansión de la enfermedad renal. Se trata de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y de los antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA).

Además de estos, un médico puede recetar otros medicamentos para ayudar con los riñones o la presión arterial alta. Un tipo de medicación que puede recetar un profesional de salud son los diuréticos, que ayudan a los riñones a procesar y eliminar más líquido.

Cirugía

Para tratar directamente la arteriopatía renal, el médico puede recomendar someterse a uno de dos procedimientos diferentes: angioplastia o cirugía de derivación renal.

La angioplastia consiste en utilizar un globo que se introduce a través de la ingle para ayudar a ensanchar las arterias de los riñones que se han cerrado o estrechado.

La cirugía de derivación renal consiste en la colocación de stents para sortear las arterias obstruidas.

Ambos son procedimientos de bajo riesgo, y una persona puede someterse a cualquiera de ellos como paciente hospitalizado o ambulatorio. Una cirugía para pacientes hospitalizados requerirá que la persona pase una sola noche en el hospital.

Medicamentos vs. cirugía

Los medicamentos y los cambios en el estilo de vida suelen ser la primera línea de tratamiento. Las investigaciones recientes no sugieren que la cirugía sea más beneficiosa que los medicamentos.

El médico puede recomendar un procedimiento como la colocación de stents para mejorar el flujo sanguíneo si los medicamentos, la dieta y el ejercicio no ayudan a mejorar la hipertensión renovascular.

Los médicos también pueden considerar la posibilidad de una cirugía si la persona está experimentando:

  • empeoramiento progresivo de la función renal
  • insuficiencia cardíaca aguda
  • edema pulmonar agudo recurrente
  • necesidad de un aumento rápido de la medicación para la hipertensión arterial previamente controlada

Además de los medicamentos y los posibles procedimientos, hay algunas medidas que una persona puede tomar para ayudar a prevenir o reducir su presión arterial alta.

Algunos de los posibles cambios que puede hacer una persona son:

  • alcanzar o mantener un peso corporal moderado
  • practicar más actividad física
  • seguir una dieta sana y baja en sodio
  • dejar de fumar
  • tomar medidas para controlar el estrés

El diagnóstico temprano puede marcar la diferencia a la hora de controlar la presión arterial y prevenir daños en los riñones.

Para diagnosticar hipertensión arterial, un profesional de salud utilizará un manguito para medir la presión arterial de una persona. Puede diagnosticar hipertensión arterial si la lectura de la presión arterial es superior a 130/80.

Para ayudar a diagnosticar la enfermedad renal, un profesional de salud puede realizar un análisis de sangre para comprobar el funcionamiento de los riñones. También puede solicitar análisis de orina para comprobar la presencia de albúmina, que es una proteína presente en la orina como resultado del daño en los riñones.

Un médico puede utilizar pruebas de imágenes para ayudar a determinar si las arterias renales de la persona se han visto afectadas.

Las pruebas que pueden usar para ayudar a diagnosticar hipertensión renovascular incluyen:

  • ultrasonido dúplex
  • angiografía por TC
  • angiografía por RM

La hipertensión renovascular puede provocar varias complicaciones graves, como:

  • accidente cerebrovascular
  • ataque cardíaco
  • insuficiencia cardíaca
  • aneurisma
  • hipertrofia ventricular izquierda, que es el engrosamiento de la cámara de bombeo izquierda del corazón
  • edema pulmonar, el exceso de líquido en los pulmones
  • retinopatía, una enfermedad que afecta a la retina
  • demencia vascular, un tipo de demencia que resulta de la reducción del flujo sanguíneo al cerebro

La hipertensión, independientemente de la causa, puede provocar una enfermedad o insuficiencia renal. El NIDDK explica que esto se debe a que la presión arterial alta puede suponer un esfuerzo adicional para los riñones, lo que puede hacer que trabajen de forma ineficiente.

Cuando los riñones empiezan a funcionar con menos eficacia, puede producirse un aumento de la presión arterial que, con el tiempo, puede dañar los riñones y provocar su eventual fallo.

Si una persona recibe un diagnóstico de hipertensión renovascular, es importante que siga las recomendaciones de tratamiento del médico. Esto puede incluir cambios en la dieta, así como más ejercicio y tomar los medicamentos según lo recetado. Esto puede ayudar a frenar la progresión de la enfermedad renal.

Si no se trata o no se trata lo suficiente, la enfermedad puede provocar insuficiencia renal, que puede poner en peligro la vida de la persona y disminuir su calidad de vida.

Una gran parte del tratamiento de la hipertensión renovascular consiste en evitar que se produzcan daños, o más daños, en los riñones.

Una persona puede cambiar su estilo de vida para ayudar a prevenir la hipertensión. Algunas medidas que se pueden probar son:

  • evitar fumar
  • hacer ejercicio regularmente
  • controlar los niveles de estrés
  • llevar una dieta equilibrada baja en sal y grasas saturadas
  • alcanzar o mantener un peso corporal moderado

La hipertensión renovascular podría no causar síntomas. Un médico puede descubrir que una persona tiene presión arterial alta durante un examen de rutina.

Una persona con hipertensión arterial que note que sus cifras aumentan debe consultar a su médico.

Además, las personas que padecen hipertensión renovascular deben informar al médico si experimentan algún síntoma nuevo o que empeora.

La hipertensión renovascular se produce cuando las arterias de los riñones se obstruyen o estrechan, provocando la aparición de la hipertensión arterial.

Sin tratamiento, la hipertensión puede provocar varias complicaciones, entre ellas la insuficiencia renal.

El tratamiento suele consistir en el uso de medicamentos para reducir la presión arterial, diuréticos y cambios en el estilo de vida, como hacer más ejercicio y seguir una dieta equilibrada.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 12 de marzo de 2022.

Versión original escrita el 19 de noviembre de 2021.

Última revisión médica realizada el 19 de noviembre de 2021.