Las mamografías son imágenes de rayos X del seno que pueden revelar las primeras señales de cáncer de seno.

Hay dos técnicas para crear una mamografía. La mamografía convencional crea una película fotográfica, mientras que la mamografía digital crea imágenes digitales.

Ambos métodos usan el mismo procedimiento para tomar la imagen. La persona que se hace la mamografía colocará el seno entre dos placas transparentes, que lo apretarán entre ellas para mantenerlo en su lugar. Esto aplana el seno para obtener una mejor imagen y evita que la imagen se vuelva borrosa.

La máquina toma una fotografía del seno desde dos ángulos. Luego, un especialista revisa la mamografía para detectar algo inusual que pueda ser una señal de cáncer.

La prueba dura unos 20 minutos. En algunos casos se puede sentir un leve dolor o malestar.

La imagen del seno se conoce como mamografía. El fondo de la imagen será negro y el seno se verá gris y blanco.

El tejido que es más denso, incluyendo el tejido conectivo y las glándulas, aparece de color blanco.

Hay quienes tienen tejido más denso en los senos. Esto puede dificultar la detección de anomalías en una mamografía, ya que un tumor está formado por tejido denso y también aparecerá de color blanco.

Los senos tienden a volverse menos densos con la edad. En una mamografía, el tejido menos denso, como la grasa, aparece gris.

Una mamografía estándar generalmente será mayormente gris, con algunas áreas blancas que muestran tejido denso sano. Más blanco en la imagen no siempre indica un problema de salud.

Todos los senos son diferentes, por lo que no hay dos imágenes de mamografías iguales. Incluso las mamografías saludables pueden variar en apariencia.

Los profesionales médicos que controlan las pruebas de diagnóstico por imágenes, como radiografías o resonancias magnéticas, se llaman radiólogos. El radiólogo observará atentamente la mamografía para interpretar los resultados.

Cualquier área que no parezca tejido normal puede ser motivo de preocupación. El radiólogo buscará áreas de tejido blanco de alta densidad y observará su tamaño, forma y bordes.

En una mamografía, un bulto o tumor se mostrará como un área blanca concentrada. Los tumores pueden ser cancerosos o benignos.

Si un tumor es benigno, no es un riesgo para la salud y es poco probable que crezca o cambie de forma. La mayoría de los tumores que se encuentran en los senos no son cancerosos.

Las pequeñas manchas blancas suelen ser inofensivas. El radiólogo comprobará su forma y patrón, ya que a veces pueden ser una señal de cáncer.

Además de tejido del seno denso y posibles tumores, un radiólogo buscará cualquier cosa inusual en una mamografía.

Otras anomalías incluyen:

  • Quistes, que son pequeños sacos llenos de líquido. La mayoría son quistes simples, que tienen una pared delgada y no son cancerosos. Si un médico no puede clasificar un quiste como un quiste simple, puede hacer más pruebas para asegurarse de que no sea canceroso.
  • Calcificaciones, que son depósitos de calcio. Los depósitos más grandes de calcio se denominan macrocalcificaciones y generalmente ocurren como resultado de la vejez. Los depósitos más pequeños se llaman microcalcificaciones. Dependiendo de la apariencia de las microcalcificaciones, un médico puede examinarlas para detectar posibles señales de cáncer.
  • Fibroadenomas, que son tumores benignos en el seno. Son redondos y se pueden sentir como una canica. Las mujeres entre 20 y 30 años tienen más probabilidades de tener un fibroadenoma, pero pueden ocurrir a cualquier edad.
  • Tejido cicatricial, tejido que a menudo aparece blanco en una mamografía. Es mejor informar al médico de antemano sobre cualquier cicatriz en los senos.

Una masa se puede referir a un tumor, quiste o fibroadenoma, ya sea canceroso o no.

Una mamografía también puede dar información sobre la densidad de los senos. Las personas con senos densos tienen un riesgo ligeramente mayor de cáncer de seno. Los senos densos pueden hacer que sea más difícil encontrar anomalías en una mamografía.

Las mamografías aún son posibles si alguien ha tenido implantes o cirugía de cáncer de seno. Sin embargo, es posible que sea necesario tomar más imágenes de cada seno y que se demore más en revisarlas.

Un radiólogo a menudo comparará una mamografía con imágenes anteriores. Esto puede ayudarlo a detectar cualquier cambio y decidir si un área inusual podría ser una señal de cáncer.

Las mujeres se deben examinar los senos con regularidad y consultar a un médico si tienen alguna inquietud.

Al ser conscientes de cómo se ven y se sienten normalmente los senos, es más probable que noten cualquier cambio.

Prueba de detección de rutina

Una mamografía que detecta el cáncer de seno en sus primeras etapas se llama prueba de detección.

Si alguien ya ha notado un síntoma sospechoso de cáncer de seno, puede optar por hacerse una mamografía para confirmarlo. A esto se le llama mamografía de diagnóstico.

Los lineamientos del American College of Physicians recomiendan hablar con un médico sobre las pruebas de detección periódicas a partir de los 40 años.

Los lineamientos recomiendan que las mujeres con un riesgo promedio de cáncer de seno asistan a las pruebas de detección de rutina de la siguiente manera:

  • de los 40 a 49 años si un médico lo recomienda
  • cada 2 años de los 50 a 74 años

Aquellas con los siguientes factores de riesgo pueden tener que someterse a pruebas de detección más frecuentes:

  • antecedentes de cáncer de seno o lesiones del seno de alto riesgo
  • factores genéticos, como cambios en el gen BRCA 1 o BRCA 2
  • antecedentes de exposición a la radiación en el pecho en la infancia

La Sociedad Americana del Cáncer tiene sus propias recomendaciones diferentes. Lo más importante es preguntarle al médico cómo proceder en cada caso.

Existe un sistema estándar para reportar los resultados de una mamografía, que se denomina Sistema de datos e informes de imágenes de seno, o BI-RADS.

BI-RADS usa categorías con los números del 0 al 6. Esto es para asegurarse de que todos los médicos en los Estados Unidos usen los mismos términos.

CategoríaSignificado
0Un resultado poco claro con la necesidad de más pruebas o comparación con mamografías anteriores
1Sin anomalías
2No hay señales de cáncer, pero se presentan algunas anomalías, como calcificaciones benignas
3Algunas anomalías que es muy probable que sean benignas, pero que necesitan seguimiento
4Anomalías que podrían ser cancerosas, posiblemente se necesite una biopsia
5Anomalías con mucha probabilidad de ser cancerosas, que requieren una biopsia
6El cáncer está presente, lo que requiere mamografías para seguir el progreso

Un profesional médico debe explicar los resultados con claridad. Pueden recomendar más pruebas para verificar cualquier cosa que parezca sospechosa.

Es común que se necesiten más pruebas después de una mamografía, ya que los médicos querrán observar más de cerca cualquier anomalía en las imágenes. Tener que regresar al médico no significa necesariamente que haya cáncer.

Las mamografías son actualmente el mejor método disponible para detectar el cáncer de seno o comprobar cómo responde el cáncer de seno al tratamiento. Sin embargo, las mamografías no son perfectas y puede ser difícil detectar anomalías en personas con senos densos.

Una mamografía se verá diferente para cada persona y no existe una imagen estándar normal o anormal.

Las áreas que aparecen en blanco en una mamografía pueden necesitar pruebas de seguimiento, pero no suelen ser el resultado de cáncer de seno.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Stella Miranda el 7 de octubre de 2021.

Versión original en inglés actualizada el 8 de junio de 2018.

Última revisión médica en inglés realizada el 8 de junio de 2018.