Una infección mamaria ocurre cuando las bacterias invaden el seno y provocan inflamación. La inflamación en el seno se denomina mastitis.
Si bien muchas personas asocian esta afección con la lactancia, las mujeres que no están amamantando también pueden contraer infecciones mamarias.
En este artículo, exploraremos las infecciones mamarias con más detalle, incluyendo sus síntomas, factores de riesgo y opciones de tratamiento.
Los síntomas de una infección mamaria pueden incluir fiebre, síntomas similares a los de la gripe y náusea.
En algunos casos, en una infección mamaria puede notarse una lesión infectada en la superficie del seno. Otras veces, un dolor extremo en el seno puede indicar una infección.
Los síntomas de una infección mamaria pueden incluir:
- el seno se siente caliente al tacto
- pezones agrietados o dañados
- fiebre
- síntomas similares a los de la gripe, que incluyen dolores corporales y sensación de cansancio
- náusea
- dolor en el seno
- estrías rojas en el seno
- llagas en el seno que no sanan
Algunas personas pueden desarrollar úlceras en la piel, que pueden supurar pus o sangre.
Existen varios tipos de infección mamaria, que incluyen:
- Infección central o subareolar, que ocurre cuando los conductos lácteos se infectan o se inflaman debido a un absceso. Es más probable que esta infección se desarrolle en personas que fuman tabaco. Además de experimentar síntomas en ambos senos, es común notar cambios en el pezón, como retracción del pezón o secreción inusual.
- Mastitis lobulillar granulomatosa, que puede causar el desarrollo de una masa dolorosa, pero no cancerosa, en el seno. Para las personas con esta afección mamaria, podría ser difícil tratar la infección con antibióticos.
- Infección periférica no lactante, que ocurre con mayor frecuencia en personas con afecciones médicas existentes, como diabetes o artritis reumatoide. Las personas con antecedentes de traumatismo mamario o que toman esteroides también corren un mayor riesgo. Este tipo de infección suele provocar inflamación o un absceso visible en el seno.
- Infección cutánea, como celulitis. Las posibles causas de infección cutánea incluyen quistes sebáceos, que son quistes que crecen en las glándulas productoras de sebo. Las mujeres con senos grandes o aquellas con antecedentes de cirugía mamaria o radioterapia tienen un mayor riesgo de contraer esta infección.
La mastitis es más común durante la lactancia porque una mujer puede experimentar grietas en los pezones, a través de las cuales pueden ingresar bacterias en el seno.
Además, un conducto de leche puede obstruirse debido a un vaciado incompleto de los senos o al exceso de presión sobre el seno. Los conductos lácteos obstruidos permiten que las bacterias se multipliquen, lo que puede provocar una infección.
Un médico hará preguntas sobre los síntomas de una persona y si está amamantando, si tiene antecedentes de traumatismo en los senos o si alguna vez se ha sometido a una cirugía o tratamiento en el seno.
El médico también preguntará sobre síntomas adicionales, como fiebre, escalofríos o fatiga. Es posible que realice un examen físico del seno y el pezón.
En algunos casos, puede tomar un cultivo o un hisopo de secreción mamaria para determinar el tipo de bacteria que está creciendo en el seno. Conocer el tipo de bacteria puede ayudar al médico a recetar el medicamento adecuado.
Un médico puede recetar antibióticos si la infección fue causada por bacterias.
El tratamiento de una infección mamaria depende generalmente de la causa subyacente y la gravedad de los síntomas que se presenten.
Si una persona tiene un absceso mamario, un médico puede recomendar drenar el absceso.
Por lo general, recetará antibióticos si la infección se debe a bacterias. Generalmente, los síntomas comenzarán a mejorar entre 1 y 2 días de tratamiento.
Las personas siempre deben tomar el ciclo completo de antibióticos, aun si comienzan a sentirse mejor antes de completar el tratamiento.
En raras ocasiones, es posible que se necesite cirugía para extirpar un conducto dañado y evitar que la infección vuelva a aparecer.
Sin embargo, la cirugía es el último recurso cuando los antibióticos y el drenaje del quiste son ineficaces.
Una persona puede usar una variedad de remedios caseros para minimizar el dolor y la incomodidad de la infección.
Los remedios caseros incluyen:
- Tomar analgésicos de venta libre (OTC), como acetaminofeno o ibuprofeno.
- Beber muchos líquidos y descansar siempre que sea posible.
- Usar ropa holgada y evitar sujetadores ajustados.
Si la infección en los senos se debe a la lactancia, se recomiendan los siguientes pasos para reducir el malestar y minimizar la probabilidad de que la infección vuelva a aparecer:
- Continuar amamantando a menos que un médico indique lo contrario. Una mujer no transmitirá la infección a un bebé.
- Usar primero el seno infectado al amamantar para asegurarse de que se vacíe. Sin embargo, si causa demasiado dolor, la mujer puede comenzar con el seno opuesto. Luego, puede cambiar al seno afectado, cuando el movimiento de succión del bebé puede ser más suave.
- Aplicar compresas tibias y húmedas en el seno que duele.
- Intentar adoptar diferentes posiciones durante la lactancia para que el seno se pueda vaciar. Un consejero de lactancia a veces puede ayudar a identificar posiciones corporales alternativas u otras formas de facilitar la lactancia.
- Masajear las áreas del seno que se sienten duras con una presión suave durante la lactancia. Este masaje puede ayudar a evitar que el conducto se obstruya.
Si los síntomas de una persona no mejoran con antibióticos y tratamientos de venta libre, debe hablar con un médico.
También es necesario consultar a un médico si aparecen estrías rojas que se originan en el seno y se extienden hasta la axila o si hay sangre o pus en la leche materna.
Una infección mamaria puede ocurrir debido a la lactancia o puede ser el resultado de lesiones o daños en el seno.
Si sospechas que tienes una infección, debes consultar a un médico que puede administrar antibióticos o drenar un absceso.