Agosto es el mes de concientización sobre la psoriasis. Teniendo esto en cuenta, analizamos los malentendidos relacionados con la psoriasis. Entre otros temas, trataremos la dieta, la higiene, los tratamientos y mucho más.

La psoriasis es una enfermedad cutánea inmunomediada relativamente común. Provoca la aparición de manchas costrosas y escamosas en la piel, comúnmente en las rodillas, el cuero cabelludo, los codos y la espalda. Estas manchas se presentan como rojas en la piel clara, y pueden aparecer de color violeta o púrpura en la piel oscura.

La prevalencia exacta de la psoriasis en el mundo es difícil de determinar. Sin embargo, un estudio realizado en 2020 descubrió que la prevalencia varía entre el 0.14 por ciento de la población en Asia Oriental y el 1.99 por ciento en Australasia.

Otros estudios han identificado tasas mucho más altas, con un estudio que mide una tasa de prevalencia del 11.4 por ciento en Noruega.

Aparte de los aspectos físicos de la psoriasis, la enfermedad puede afectar el bienestar y la calidad de vida de las personas.

Del mismo modo, algunas personas con psoriasis enfrentan el estigma. Como escriben los autores de un estudio:

“Las opiniones estigmatizantes sobre las personas con psoriasis son frecuentes entre la población de Estados Unidos. Las campañas educativas para el público y los estudiantes de medicina pueden reducir el estigma hacia las personas con psoriasis”.

Teniendo esto en cuenta, abordaremos algunos mitos persistentes que rodean a la psoriasis. Hemos recurrido a la ayuda de dos expertos.

El primero es David Chandler, director ejecutivo de Psoriasis and Psoriatic Arthritis Alliance del Reino Unido. El segundo es Dominic Urmston, director de comunicación y defensa del paciente en la Psoriasis Association, también en el Reino Unido.

Aunque este mito está muy extendido, sigue siendo un mito. Como explicó Chandler: No te puedes contagiar de psoriasis. Es una afección autoinmune en la que el sistema inmunitario responde de forma inadecuada y produce demasiadas células de la piel”.

Para subrayar aún más el punto, Urmston dijo a Medical News Today:

“No puedes contagiarte por contacto de persona a persona ni por compartir fluidos corporales, por ejemplo, al besar o compartir alimentos o bebidas. Tampoco pueden contagiarse otras personas en zonas públicas de contacto estrecho, como en las piscinas o en los saunas”.

No, es mucho más que eso”, nos dijo Chandler. “La estructura de la piel cambia mucho más rápido; la renovación habitual de la piel es de unos 28 días, [pero] en la psoriasis, puede ser de tan solo 4 a 5 días.

Debido a este corto período de tiempo, las células de la piel aún no han madurado, lo que hace que se acumulen en escamas gruesas, que el cuerpo no puede desprender como lo hace habitualmente.

Además, explicó Chandler, “los vasos sanguíneos también cambian y se acercan a la superficie, lo que hace que las zonas, si se rascan, sangren y se vuelvan muy rojas y causen dolor”.

“En los casos más graves, la psoriasis puede hacer que la piel se agriete y sangre, lo que puede ser debilitante”, afirma Urmston. “La psoriasis en las manos o los pies puede dificultar las actividades cotidianas, y la psoriasis en zonas como la ingle o los glúteos puede hacer que incluso sentarse o ir al baño sea doloroso”.

Existe la idea errónea de que la psoriasis es la psoriasis y no hay ninguna variación. Sin embargo, no es así. “El tipo más común”, explicó Chandler, “es la psoriasis en placas grandes con las típicas escamas gruesas y plateadas”. Otros tipos incluyen:

  • Psoriasis guttata. A veces se describe esta erupción generalizada como “psoriasis en forma de gota de lluvia”, porque las manchas escamosas tienen forma de lágrima.
  • Psoriasis inversa. Este tipo solo se forma en regiones que están en contacto con otras partes del cuerpo, como las axilas, la ingle o la zona bajo los senos.
  • Psoriasis eritrodérmica. Este tipo poco común de psoriasis consiste en una erupción cutánea que aparece de color rojo sobre la piel blanca y que cubre gran parte del cuerpo.
  • Psoriasis pustular. En este tipo, se desarrollan protuberancias llenas de pus, más comúnmente en las manos y los pies.

La presencia de psoriasis no significa que la higiene de una persona sea deficiente”, confirma Urmston.

“No, definitivamente no”, coincidió Chandler. “De hecho, las personas con psoriasis tienden a tener que ser escrupulosas con el autocuidado, ya que la piel duele tanto y permanece escamosa que necesita un cuidado constante”.

También explicó que las personas que padecen psoriasis suelen tener que utilizar sus tratamientos dos veces al día, lo que significa que “la gente pasa mucho tiempo controlándola, sobre todo en zonas como el cuero cabelludo, porque si se deja, se volverá muy difícil de controlar muy rápidamente”.

Este es otro mito, ya que actualmente no existe una cura para la psoriasis. Sin embargo, los científicos siguen desarrollando su comprensión de la enfermedad y, como señaló Chandler, esta nueva comprensión “puede conducir a una cura en algún momento en el futuro”.

Es importante destacar que, como señaló Urmston, “la psoriasis puede tratarse y controlarse con éxito, y los médicos y dermatólogos pueden ofrecer una amplia gama de opciones de tratamiento”.

Los efectos de la afección en la piel son los más notables, pero la psoriasis no se limita a la piel. Como dijo Urmston a MNT:

“La psoriasis puede afectar algo más que a la piel”.

Se calcula que entre el 6 por ciento y el 42 por ciento de las personas con psoriasis desarrollan también artritis psoriásica, que Urmston describe como “una artritis inflamatoria que afecta las articulaciones”.

Suele afectar las rodillas o las articulaciones de las manos y los pies, así como las zonas donde los tendones se unen al hueso, como el talón y la parte baja de la espalda”.

Más allá de sus efectos físicos, la psoriasis también puede tener un impacto psicológico.

“Las personas con psoriasis son también más propensas a experimentar ansiedad, depresión y baja confianza y autoestima”, explicó Urmston, “todo lo cual puede tener un impacto significativo en la vida cotidiana”.

Aunque no hay cura, es un mito que no haya opciones de tratamiento. “Existen numerosos tratamientos que pueden ayudar a aliviar los síntomas de la psoriasis, dependiendo de qué tan gravemente se vea afectado el individuo”, afirma Chandler.

“Estos van desde cremas tópicas (aplicadas) hasta pomadas, espumas y geles. También se utiliza la fototerapia, así como los fármacos modificadores de la enfermedad, tanto en forma de pastillas como de inyecciones, todos ellos con distintos beneficios y riesgos asociados”.

Dado que la psoriasis es una afección crónica que dura toda la vida, es posible que la persona tenga que colaborar con su médico para modificar su plan de tratamiento a lo largo del tiempo.

“La mayoría de las personas con psoriasis comienzan su tratamiento bajo la dirección de un médico que puede recetar tratamientos tópicos (aplicados sobre la piel) en diferentes formulaciones (cremas, pomadas y geles)”.

“Si la psoriasis es más grave, o si los distintos tipos de tratamientos tópicos no son eficaces, el médico debe remitir a un dermatólogo, que puede ofrecer otras opciones de tratamiento, como la terapia con luz ultravioleta y los tratamientos con pastillas e inyecciones”.

– Dominic Urmston

“Aunque es más frecuente en los adultos — la psoriasis suele empezar en la adolescencia y durar toda la vida — puede observarse en los niños y también, en raras ocasiones, en los bebés”, explica Chandler.

Urmston dijo a MNT que “parece haber dos ‘picos’ de aparición: desde el final de la adolescencia hasta el principio de los 30 años, y entre los 50 y los 60 años”.

Aunque los síntomas primarios del eczema y la psoriasis son ambos dermatológicos, las afecciones son totalmente diferentes.

Como explicó Chandler, “el eczema suele basarse en una reacción alérgica, cosa que no sucede con la psoriasis”. Además, el eczema es “más común en los niños pequeños y puede desaparecer con el tiempo”. Por el contrario, la psoriasis es menos común en los niños y tiende a ser una afección de por vida.

“También tienden a afectar a diferentes zonas del cuerpo”, escribió Urmston, “el eczema tiende a aparecer en la parte interior de los codos y las rodillas (donde se doblan), mientras que la psoriasis aparece con más frecuencia en la parte exterior de los codos y las rodillas, así como en el cuero cabelludo”.

En general, los mecanismos subyacentes que impulsan el eczema y la psoriasis también son diferentes. La psoriasis es una afección autoinmune, mientras que en el eczema pueden intervenir factores genéticos, ambientales y otros. Sin embargo, hay algunas pruebas que sugieren que el eczema también puede ser una afección autoinmune.

Es importante destacar que, según Urmston, “en ambas afecciones, el diagnóstico de un profesional de salud capacitado es vital para iniciar la vía de tratamiento más pertinente lo antes posible en el curso de la afección”.

“No hay pruebas que sugieran que una dieta concreta pueda curar la psoriasis”, dijo Chandler a MNT. “Muchas personas pueden asociar los cambios en la dieta con una mejora, pero como la naturaleza de la psoriasis es de ‘aumentar y disminuir’, esto podría ser una casualidad”.

Sin embargo, también escribió que “seguir una dieta sana y equilibrada, mantener el peso bajo y hacer ejercicio con regularidad son generalmente buenos consejos que seguir para el bienestar general”.

Coincidiendo, Urmston nos dijo: “En este momento, faltan investigaciones sólidas que relacionen cualquier cambio específico en la dieta con una mejora de los síntomas de la psoriasis. Sabemos que factores como la obesidad, el alcohol y el tabaquismo pueden aumentar la gravedad de los síntomas de la psoriasis, por lo que un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio regular, y una dieta sana y equilibrada, puede ser beneficioso para controlar la psoriasis”.

La psoriasis no es curable, pero es tratable. Cualquier persona que crea que puede tener psoriasis debería hablar con su médico para poder empezar el tratamiento lo antes posible.

Al igual que ocurre con todas las afecciones, los investigadores siguen estudiando formas de controlar los síntomas de forma más eficaz. Algún día, los científicos también podrán desarrollar una cura.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 13 de junio de 2022.

Versión original escrita el 15 de agosto de 2021.

Última revisión médica de datos realizada el 15 de agosto de 2021.