La neumonía es una infección de los pulmones con una variedad de posibles causas. Puede ser una enfermedad grave que podría llegar a poner en riesgo la vida.

Por lo general, comienza con una infección bacteriana, viral o micótica.

Los pulmones se inflaman, y los pequeños sacos de aire, o alvéolos, dentro de los pulmones se llenan de líquido.

La neumonía puede presentarse en personas jóvenes y sanas, pero es más peligrosa para los adultos mayores, los bebés, las personas con otras enfermedades y las que tienen sistemas inmunitarios dañados.

En Estados Unidos, alrededor de 1 millón de personas son tratadas en el hospital por neumonía cada año, y alrededor de 50,000 mueren a causa de la enfermedad.

Datos básicos sobre la neumonía

A continuación, encontrarás puntos clave sobre la neumonía.

  • La neumonía es una infección de los pulmones que puede causar una enfermedad de leve a grave en personas de todas las edades.
  • Es la causa número uno de muerte por infección en niños menores de 5 años a nivel mundial.
  • La neumonía y la gripe juntas están clasificadas como la octava causa principal de muerte en Estados Unidos.
  • Las personas con alto riesgo de desarrollar neumonía incluyen adultos mayores, los más jóvenes, y personas con problemas de salud subyacentes.
Pneumonia is a serious lung infection with a number of possible causes.Share on Pinterest
La neumonía es una infección pulmonar grave con varias causas posibles.

Los primeros síntomas de neumonía suelen parecerse a los de un resfriado o gripe. Posteriormente, la persona desarrolla fiebre alta, escalofríos y tos con esputo.

Los síntomas comunes incluyen:

  • tos
  • flema rojiza o verde, o esputo, que se expulsa de los pulmones al toser
  • fiebre
  • respiración rápida y dificultad para respirar
  • escalofríos
  • dolor en el pecho que generalmente empeora al respirar profundamente, conocido como dolor pleurítico
  • ritmo cardíaco rápido
  • fatiga y debilidad
  • náusea y vómitos
  • diarrea
  • sudoración
  • dolor de cabeza
  • dolor muscular
  • confusión o delirio, especialmente en adultos mayores
  • color de la piel oscuro o púrpura, o cianosis, debido a sangre mal oxigenada

Los síntomas pueden variar dependiendo de otras afecciones subyacentes, y del tipo de neumonía.

El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la neumonía.

  • Los tipos bacterianos de neumonía generalmente se tratan con antibióticos.
  • Los tipos virales de neumonía generalmente se tratan con reposo y abundante líquido. Los medicamentos antivirales se pueden utilizar para tratar la gripe.
  • Los tipos micóticos de neumonía generalmente se tratan con medicamentos antifúngicos.

Los médicos suelen recetar medicamentos de venta libre (OTC, en inglés) para ayudar a controlar los síntomas de la neumonía. Estos incluyen tratamientos para reducir la fiebre, los dolores y molestias, y suprimir la tos.

Además, es importantísimo descansar y beber mucho líquido. Mantenerse hidratado ayuda a diluir la flema espesa y la mucosidad, lo que hace que se suavice la tos.

Se puede necesitar ser internado por neumonía si los síntomas son especialmente malos o si una persona tiene un sistema inmunitario debilitado u otras enfermedades graves.

En el hospital, los pacientes son tratados generalmente con antibióticos y líquidos intravenosos. Es posible que necesiten un suministro de oxígeno suplementario.

En la mayoría de los niños, el sistema inmunitario puede protegerlos de la neumonía. Si un niño desarrolla neumonía, por lo general, se debe a un virus.

Los síntomas incluyen:

  • dificultad para respirar
  • dejar de comer adecuadamente
  • tos
  • fiebre
  • irritabilidad
  • deshidratación

Los niños pequeños pueden quejarse de dolor en el pecho, y pueden vomitar después de toser.

El tratamiento incluye mucho descanso y beber líquidos de forma regular. El médico puede sugerir medicamentos OTC para problemas abdominales, pero los medicamentos para la tos no ayudarán. Los adultos no deben fumar cerca de los niños, especialmente si tienen neumonía.

Las bacterias y los virus son las principales causas de neumonía. Los gérmenes que causan neumonía pueden asentarse en los alvéolos y multiplicarse después de que una persona los inhala.

La neumonía puede ser contagiosa. Las bacterias y los virus que causan la neumonía generalmente se inhalan.

Pueden transmitirse a través de la tos y los estornudos, o propagarse por medio de objetos compartidos a través del tacto.

El cuerpo envía glóbulos blancos para atacar la infección. Por eso los sacos de aire se inflaman. Las bacterias y los virus llenan los sacos pulmonares de líquido y pus, causando neumonía.

Las personas con un mayor riesgo incluyen aquellas que:

  • tienen menos de 5 años o más de 65
  • fuman tabaco, consumen grandes cantidades de alcohol, o ambos
  • tienen afecciones subyacentes como fibrosis quística, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma o afecciones que afectan los riñones, el corazón o el hígado
  • tienen un sistema inmunitario debilitado o dañado, debido, por ejemplo, al SIDA, el VIH o el cáncer
  • toman medicamentos para la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)
  • se han recuperado recientemente de un resfriado o infección por influenza
  • sufren de desnutrición
  • han sido hospitalizadas recientemente en una unidad de cuidados intensivos
  • han estado expuestas a determinados químicos o contaminantes

Algunos grupos son más propensos que otros a la neumonía, incluidos los nativos de Alaska o ciertas etnias nativas americanas.

Hay diferentes tipos de neumonía, dependiendo de su causa.

  • Neumonía bacterial. La causa más común es la bacteria Streptococcus pneumoniae (S. pneumoniae), pero muchas bacterias diferentes pueden causar neumonía.
  • Neumonía viral. Esto puede deberse al virus sincitial respiratorio (VSR) y a los tipos de influenza A y B, conocidos como gripe.
  • Neumonía por aspiración. Esto puede ocurrir cuando una persona respira alimentos, líquidos o contenido del estómago que pasa a los pulmones. Este tipo no es contagioso.
  • Neumonía fúngica. Esta puede ser el resultado de una afección como la fiebre del valle, causada por el hongo Coccidioides.
  • Neumonía adquirida en el hospital. Esto puede ocurrir en pacientes que están bajo tratamiento por otras afecciones, por ejemplo, los que están conectados a un respirador, o un máquina para respirar.

Independientemente de la causa, las señales y síntomas serán similares.

Hay dos vacunas diferentes para prevenir la enfermedad neumocócica, la causa bacteriana más común de la neumonía.

Esta cubren una amplia variedad de infecciones neumocócicas y se recomiendan tanto para niños como para adultos, dependiendo de su estado de salud.

  • vacuna antineumocócica conjugada, o Prevnar
  • vacuna neumocócica polisacárida, o Pneumovax
Share on Pinterest
Mantener un programa de vacunación puede ayudar a prevenir la infección.

Prevnar (PCV13) normalmente se incluye como parte de las vacunas de rutina de un bebé.

Se recomienda para niños menores de 2 años, adultos mayores de 65 años, y personas entre los 2 y 64 años con ciertas afecciones médicas.

Pneumovax (PPSV23) se recomienda para niños y adultos que están en mayor riesgo de desarrollar infecciones neumocócicas.

Estos incluyen:

  • adultos de 65 años o más
  • personas con diabetes
  • personas con enfermedad crónica del corazón, pulmón o riñón
  • personas que consumen grandes cantidades de alcohol o que fuman
  • personas sin bazo

A las personas de entre 2 y 64 años con otras afecciones médicas se les puede recomendar que se pongan esta vacuna.

Es posible que la vacuna no proteja completamente a los adultos mayores de la neumonía, pero puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar neumonía y otras infecciones causadas por S. pneumoniae, incluyendo infecciones de sangre y en el cerebro.

Junto con las vacunas, los médicos recomiendan:

  • lavarse las manos frecuentemente
  • cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar
  • evitar fumar
  • comer sano
  • hacer ejercicio 5 días a la semana
  • no entrar en contacto con esputo o partículas de tos de otras personas con neumonía

La mayoría de las personas se recuperan de la neumonía en una a 3 semanas. Las personas con riesgo de síntomas graves deben asegurarse de mantener al día sus vacunas.

Un médico preguntará acerca de los síntomas y la historia clínica, y realizará un examen físico.

Share on Pinterest
Una radiografía puede mostrar si hay algún daño en los pulmones.

Puede sospechar neumonía si escucha respiración áspera, sibilancias, crujidos o disminución del sonido respiratorio al auscultar el pecho con un estetoscopio.

El médico también puede revisar los niveles de oxígeno en la sangre con un monitor en el dedo llamado oxímetro de pulso, que no causa dolor.

La radiografía de tórax puede confirmar un diagnóstico de neumonía y mostrar qué áreas de los pulmones están afectadas.

Una tomografía computarizada del tórax puede proporcionar información más detallada.

Los análisis de sangre miden el recuento de glóbulos blancos.

Esto ayuda a determinar la gravedad de la infección y si la causa probable es una bacteria, un virus o un hongo.

Los cultivos de sangre pueden revelar si el microorganismo de los pulmones se ha diseminado al torrente sanguíneo.

Una prueba de gases en sangre arterial puede proporcionar una lectura más precisa de los niveles de oxígeno y dióxido de carbono del cuerpo, así como otros factores.

Un análisis de esputo puede determinar qué organismo está causando la neumonía.

Una broncoscopía a veces se usa para otras investigaciones.

Se introduce un tubo delgado, flexible e iluminado llamado broncoscopio hasta llegar a los pulmones. Esto permite al médico examinar directamente las partes infectadas de las vías respiratorias y los pulmones mientras el paciente está bajo anestesia.

Lee el artículo en inglés.

Última revisión médica realizada el 27 de noviembre de 2017.