El paro cardíaco repentino ocurre cuando un mal funcionamiento eléctrico hace que el corazón deje de latir. Esto evita que la sangre fluya hacia los órganos, y puede ser fatal sin tratamiento inmediato.

A continuación, definimos qué sucede durante un paro cardíaco repentino, incluyendo las señales y síntomas y qué hacer después. También exploramos tratamientos, tasas de supervivencia y factores de riesgo.

Si alguien muestra señales de paro cardíaco, como pérdida de conciencia o pulso detectable, llama al 911 o comunícate de inmediato con el departamento de emergencias del hospital local.

A red and black defibrillator machine, which someone might use to help someone experiencing cardiac arrest.Share on Pinterest
Vladimir Nenov/EyeEm/Getty Images

El corazón recibe señales eléctricas que controlan la frecuencia con la que bombea y a qué ritmo. Cada latido empuja sangre a través de una red compleja de vasos hacia los órganos y células a través de todo el cuerpo.

Las interrupciones a estas señales eléctricas causan latidos irregulares, conocidos como arritmias. Existen muchos tipos de arritmias. Algunas no causan síntomas, mientras que otras pueden causar paro cardíaco.

El paro cardíaco hace que el corazón deje de latir repentinamente, lo que evita que la sangre se mueva alrededor del cuerpo.

Esto es diferente a un ataque cardíaco, que ocurre cuando un vaso sanguíneo bloqueado evita que la sangre llegue al corazón, dañando sus tejidos.

La primera señal de un paro cardíaco suele ser la pérdida del conocimiento, o desmayo. Una persona que experimenta paro cardíaco tampoco tiene un ritmo cardíaco o pulso detectables.

Antes de perder la conciencia, algunas personas experimentan otros síntomas como:

  • mareos
  • ritmo cardíaco acelerado
  • dolor en el pecho
  • dificultad para respirar
  • náusea, con o sin vómitos

Contrario a un ataque cardíaco, el paro cardíaco con frecuencia ocurre repentinamente, sin ninguna advertencia. Aunque los dos problemas son diferentes, las personas que han tenido uno o más ataques cardíacos tienen un mayor riesgo de paro repentino.

El tratamiento dentro de los primeros minutos de un paro cardíaco puede salvar la vida de la persona. Es determinante actuar rápidamente.

Si alguien muestra señales de paro cardíaco:

  1. Comunícate al 911 y pide los servicios médicos de emergencia. Si es posible, pide a un transeúnte que haga la llamada.
  2. Verifica si la persona inconsciente está respirando. Si no es así, busca un desfibrilador externo automático, si cuentas con alguno cerca.
  3. Si no hay nadie alrededor, administra reanimación cardiopulmonar con las manos. Coloca ambas manos sobre el centro del pecho de la persona y empuja hacia abajo firmemente 100 a 120 veces por minuto.
  4. Continúa administrando reanimación cardiopulmonar hasta que llegue la ayuda de emergencia.

Un desfibrilador externo automático administra una descarga eléctrica controlada a las personas con arritmias cardíacas peligrosas. Este no liberan esta descarga a menos que exista un ritmo cardíaco anormal. Por eso, es adecuados para que cualquier persona los use, con o sin entrenamiento.

Los desfibriladores externos automáticos están ampliamente disponibles en espacios públicos. Usar uno lo más pronto posible aumenta las posibilidades de supervivencia.

Si no tienes un desfibrilador externo automático a mano, realizar reanimación cardiopulmonar de manera continua mantiene la sangre y el oxígeno fluyendo hacia los órganos y cerebro hasta que un médico pueda usar un desfibrilador para reiniciar el corazón.

Después de recibir tratamiento de emergencia, una persona que ha experimentado paro cardíaco necesita tratamiento hospitalario.

En el hospital, los médicos controlan estrechamente cualquier síntoma y pueden usar medicamentos para reducir el riesgo de otro paro cardíaco. Pueden realizar pruebas para determinar la causa del paro. Los resultados de las pruebas ayudan a los médicos a desarrollar un plan de tratamiento a largo plazo.

Por ejemplo, una persona con enfermedad cardíaca puede necesitar cirugía para restablecer el flujo sanguíneo al corazón. Los médicos también pueden recomendar un desfibrilador cardioversor implantable.

Los desfibriladores cardioversores implantables son pequeños dispositivos que administran descargas eléctricas al corazón para controlar las arritmias. Esto mantiene al corazón bombeando a un ritmo normal. Un cardiólogo especializado coloca este dispositivo debajo de la piel del pecho o del abdomen.

Durante su permanencia en el hospital, la persona necesita descansar para permitir que su cuerpo se recupere.

Los médicos pueden recomendar que adopte una dieta y estilo de vida que apoyen la salud cardíaca. También pueden recomendar la rehabilitación cardíaca; un programa corto que proporciona información y apoyo.

Las personas pueden sobrevivir al paro cardíaco repentino. Las posibilidades de sobrevivir usualmente dependen de cuán rápido y efectivamente reciben reanimación cardiopulmonar o desfibrilación.

Una revisión de 2020 en BMC Critical Care comparó 141 estudios de tasas de supervivencia entre las personas que habían recibido reanimación cardiopulmonar por un paro cardíaco. Los investigadores determinaron que la circulación de la sangre regresó en aproximadamente 30 por ciento de las personas que habían recibido esta intervención, mientras que 22 por ciento vivieron suficiente tiempo como para llegar al hospital, y 9 por ciento sobrevivieron hasta que les dieron de alta en el hospital.

Otros factores, como la edad y la salud general, también influyen en la posibilidad de sobrevivir a un paro cardíaco.

La mayoría de los paros cardíacos ocurren debido a la fibrilación ventricular, un tipo de arritmia. La fibrilación ventricular causa que las cámaras bajas del corazón latan anormalmente, evitando que el corazón bombee sangre hacia el resto del cuerpo.

Algunas afecciones médicas también aumentan el riesgo de un problema eléctrico que pudiera causar un paro cardíaco. Estas incluyen:

  • enfermedad cardíaca isquémica, que ocurre cuando se acumula placa en las arterias, restringiendo o bloqueando el flujo de sangre
  • niveles anormales de potasio o magnesio
  • pérdida severa de sangre o falta de oxígeno
  • ejercicio intenso, que puede desencadenar un paro cardíaco en las personas con afecciones cardíacas existentes
  • problemas estructurales, como agrandamiento del corazón
  • afecciones cardíacas hereditarias, como síndrome del QT largo
  • uso de drogas estimulantes, como anfetaminas

Otros factores de riesgo para el paro cardíaco incluyen la edad avanzada, ser hombre y tener un trastorno por abuso de sustancias.

Cualquier persona puede reducir el riesgo de un paro cardíaco al adoptar un estilo de vida que apoye la salud del corazón. Esto incluye tener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y no fumar. También es importante tener un peso moderado.

Las personas con un riesgo mayor de paro cardíaco, como las que tienen una enfermedad cardíaca, también pueden necesitar medicamentos para evitar o reducir su riesgo. Un médico puede recetar medicamentos que reduzcan la presión sanguínea o estatinas para reducir el colesterol.

Las personas que han experimentado un paro cardíaco con anterioridad, pueden reducir el riesgo si se les implanta un desfibrilador externo automático y siguen de cerca su plan de tratamiento.

El paro cardíaco ocurre cuando las señales eléctricas que controlan el mal funcionamiento de los movimientos del corazón hacen que este deje de latir. Como resultado, la persona se desmaya y su pulso es indetectable.

El tratamiento inmediato con reanimación cardiopulmonar y desfibrilación es vital para las personas que experimentan un paro cardíaco. Las personas pueden encontrar desfibriladores, llamados desfibriladores externos automáticos, en lugares públicos. Si no hay disponibles, realiza reanimación cardiopulmonar hasta que llegue la ayuda de emergencia y administra desfibrilación.

Después de recibir tratamiento de emergencia para un paro cardíaco, la persona necesita cuidado constante. Un médico puede recomendar cirugía, medicamentos, dieta o cambios en el estilo de vida, o una combinación de estos. Se requerirá crear un plan de tratamiento a largo plazo.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Stella Miranda el 12 de septiembre de 2021.

Versión original en inglés actualizada el 4 de enero de 2021.

Última revisión médica en inglés realizada el 4 de enero de 2021.