Las personas que se inyectan drogas corren el riesgo de contraer y transmitir infecciones que se transmiten por sangre como el VIH, que puede ocurrir al compartir agujas. Los programas de intercambio de agujas (NEP, en inglés) son programas de salud comunitarios cuyo fin es prevenir y frenar esta propagación.

Los NEP, también llamados programas de intercambio de jeringas (SEP, en inglés) o programas de agujas y jeringas (NSP, en inglés), dan a las personas que usan drogas inyectables acceso a jeringas y agujas limpias. También desechan de manera segura los productos usados.

El programa también sirve como una vía para llegar a las personas que actualmente usan drogas, y para brindarles acceso a servicios y programas relevantes, incluida la detección del VIH.

En 2020, 37.7 millones de personas vivían con VIH en todo el mundo, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas (ONU) sobre el VIH y el SIDA (ONUSIDA). De ellos, 6.1 millones no sabían que tenían VIH. A pesar de esto, ha habido una reducción del 52 por ciento en los casos desde el pico de la enfermedad en 1997.

Una disminución similar de las infecciones por VIH se produjo en Estados Unidos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados (CDC, por sus siglas en inglés) calcularon que hubo 34,800 nuevas infecciones por VIH en Estados Unidos en 2019, lo que refleja una disminución del 8 por ciento en los casos de 2015 a 2019. La tasa de infecciones anuales por VIH en Estados Unidos también se ha reducido en más de dos tercios desde su apogeo a mediados de la década de 1980.

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Luis Alvarez/Getty Images

Los NEP buscan mejorar el acceso a jeringas, agujas y otros equipos de inyección estériles para quienes usan drogas inyectables. Se diseñaron para eliminar la necesidad de compartir agujas sucias, previniendo así los brotes de enfermedades y reduciendo el riesgo de que las personas adquieran y transmitan enfermedades.

Además, los NEP proporcionan a las personas una variedad de servicios. Estos suelen incluir:

  • capacitación sobre cómo manejar una sobredosis
  • detección de infecciones de transmisión sexual (ITS) y otras enfermedades
  • atención y tratamiento de enfermedades infecciosas, como la hepatitis viral y el VIH
  • conectar a las personas con programas de tratamiento de la adicción para ayudar a detener el uso de drogas
  • acceso a intervenciones de prevención del VIH, incluida la profilaxis previa a la exposición (PrEP) y preservativos gratuitos
  • referencias para otros servicios, como asesoramiento y apoyo psicosocial

Aunque existe cierto debate sobre si los NEP podrían fomentar el consumo de drogas, las investigaciones sugieren que no aumentan el consumo de drogas ilegales ni los delitos relacionados. Por otra parte, los programas de servicios de jeringas (SSP, en inglés) han demostrado llegar a los consumidores de drogas inyectables que suelen ocultarse, y por lo general son marginalizados. De hecho, un estudio encontró que las personas que usan los SSP por primera vez son más propensos a dejar de consumir drogas, y cinco veces más propensos a recibir tratamiento farmacológico que aquellos que nunca los usan.

Los SSP ayudan a reducir el número de muertes por sobredosis de drogas al enseñar a las personas que se inyectan drogas a reconocer una sobredosis y administrar naloxona, un fármaco que revierte la sobredosis de opioides. La mayoría de los SSP también proporcionan a las personas kits de prevención de sobredosis.

Es importante señalar que un estudio de 2020 encontró que muchas personas que usan opioides no aceptan ni quieren llevar naloxona. Sin embargo, en otro estudio de 2020, las personas que habían recibido tratamiento por abuso de sustancias eran más propensas a portar naloxona.

Los SSP también proporcionan atención a las personas que tienen heridas y abscesos como resultado de la reutilización de jeringas, pero son reacias a buscar atención médica o ir al hospital. Desechar adecuadamente las agujas también protege a los socorristas y al público en general al reducir la presencia de estas agujas en las comunidades.

En la última década, la epidemia de opioides en los Estados Unidos, específicamente el uso indebido de analgésicos opioides como el fentanilo y la heroína, ha seguido aumentando. Solo en 2019, alrededor de 1 millón de personas en Estados Unidos reportaron usar drogas inyectables.

A nivel mundial, las estimaciones basadas en el Informe Mundial sobre Drogas 2021 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito sugieren que más de 11 millones de personas se inyectan drogas, y la mitad de ellas también tienen hepatitis C.

Este aumento en el uso de drogas inyectables está asociado con un aumento de las muertes relacionadas con sobredosis de drogas en más de 166,000 muertes cada año. Solo en Estados Unidos, la sobredosis de drogas causó 70,630 muertes en 2019, según los CDC.

El uso indebido de drogas inyectables también está relacionado con prácticas inseguras para inyectarse, ya que las personas que se inyectan drogas tienen un riesgo 22 veces mayor de contraer el VIH. En 2016, el 20 por ciento de los casos de VIH en hombres y el 21 por ciento en mujeres se asociaron con el uso de drogas inyectables.

Cerca de 416 centros de SSP en diferentes estados de Estados Unidos están tratando de reducir la propagación de estas infecciones. Una persona puede encontrar el más cercano usando el directorio de North American Syringe Exchange Network. Además, otros 86 países están albergando actualmente centros de SEP, según el informe Global State of Harm Reduction 2020.

Varios estudios han demostrado la eficacia de los NEP en la prevención de la transmisión del VIH y otras enfermedades. Una revisión sistemática de 2013 encontró que los NSP disminuyen la prevalencia de infecciones por el virus de la hepatitis C y el VIH. También reducen el número de nuevos casos de VIH.

Un estudio de Cochrane de 2017 encontró que la combinación de los NSP con terapia de sustitución de opiáceos reducía la transmisión de la hepatitis C. Un estudio similar de 2017 concluyó que el uso de los NEP, ya sea solo o en combinación con otros tratamientos, podría ser potencialmente un método rentable para prevenir el VIH entre las personas que usan drogas inyectables en Estados Unidos.

Un estudio de 2018 encontró que tener NSP en las cárceles prevenía la transmisión del VIH y la hepatitis viral. Otra investigación encontró que los NSP son eficaces para reducir los comportamientos de riesgo al usar inyecciones y la transmisión del VIH. Mientras tanto, otro estudio encontró que las ciudades sin NSP tienen ocho veces más jeringas desechadas incorrectamente que las ciudades con estos programas.

Sin embargo, según un estudio de 2021, el éxito de los SSP depende en gran medida de diversos factores. Estos incluyen:

  • tamaño del programa
  • alcance
  • si el centro es fijo o móvil
  • amplitud del programa
  • legalidad
  • aceptación de la comunidad

Un estudio anterior de 2008 que midió la eficacia de un programa de NSE con sede en Nueva York encontró que el programa ahorró US$325,000 por cada caso de VIH evitado, y previno entre cuatro y siete infecciones por cada 1,000 personas.

El único programa de servicio de jeringas de Florida, IDEA Exchange, intercambia entre 3,000 y 5,000 jeringas semanalmente, y ha inscrito a más de 800 participantes, realizando más de 1,100 pruebas de VIH y VHC combinadas desde 2018.

Un programa de intervención de 2005 que inició la red de NEP de Baltimore encontró que proporcionar intervención de manejo de casos a los consumidores de drogas inyectables efectivamente aumentaba el registro de las personas en programas de tratamiento de drogadicción.

El enfoque de reducción de daños también ha tenido éxito en otros países. Un estudio atribuyó las bajas tasas de infección por VIH de Nueva Zelandia a sus planes nacionales de recuperación, que comenzaron hace 30 años, mucho antes que en otros países.

Los NSP en Australia generaron un ahorro de entre 70 millones y 220 millones de dólares australianos en costos de salud entre 2000 y 2010. También redujeron la prevalencia del VIH a menos del 1 por ciento en las personas que se inyectan drogas, y redujeron el uso compartido de jeringas de 70-90 por ciento a 17 por ciento.

Al reducir el uso compartido de agujas, los programas de intercambio de agujas ayudan a reducir la propagación del VIH y otras enfermedades infecciosas. Estos programas también reducen la prevalencia del consumo de sustancias al proporcionar a las personas que se inyectan drogas acceso a tratamientos útiles y a otros servicios.

Muchos estudios a largo plazo han demostrado la efectividad de los programas. Sin embargo, las políticas y la aceptación de la comunidad, entre otros factores, siguen afectando la sostenibilidad y eficacia de los NEP.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Suan Pineda el 12 de enero de 2022.

Versión original escrita el 28 de octubre de 2021.

Última revisión médica realizada el 28 de octubre de 2021.