El shock cardiogénico ocurre cuando el corazón no puede bombear sangre al cerebro y a otros órganos importantes. Es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato.

El shock cardiogénico puede resultar de un ataque cardíaco u otros problemas del corazón. El tratamiento rápido es necesario para evitar complicaciones o la muerte. Tomar acción para mejorar la salud cardíaca puede ayudar a reducir el riesgo de shock cardiogénico.

Sigue leyendo para conocer más sobre el shock cardiogénico, incluyendo las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento.

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Mutlu Kurtbas/Getty Images

El shock cardiogénico es un estado que ocurre repentinamente cuando el corazón no puede suministrar sangre fresca —y, por lo tanto, oxígeno— al cerebro y otros órganos.

Si la sangre y el oxígeno nuevos no llegan a los órganos y al cerebro, el cuerpo entra en estado de shock. El shock cardiogénico es una emergencia médica. Sin un tratamiento oportuno, la afección puede ser mortal.

Incluso con el tratamiento adecuado, el shock cardiogénico es potencialmente mortal. Una investigación en Open Heart indica que del 25 al 50 por ciento de las personas que presentan shock cardiogénico fallecen.

Parte de la razón para esta tasa alta de mortalidad es que el estado de shock puede actuar como una especie de ciclo. El daño inicial que causa el shock hace que el cuerpo entre en este estado, lo que después puede desencadenar más daño y shocks adicionales.

Es necesario cambiar el tratamiento para evitar este ciclo, y ayudar a darles a las personas la mejor probabilidad de recuperación.

El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés) indica que un ataque cardíaco es la causa más común de un shock cardiogénico, pero no es la única. Indican que otras posibles causas incluyen:

  • insuficiencia cardíaca
  • lesiones en el pecho
  • ciertos medicamentos, como bloqueadores del canal de calcio, aunque esto es raro
  • coágulos de sangre
  • acumulación de líquido en el pecho
  • sangrado interno
  • pérdida de sangre
  • embolia pulmonar
  • complicaciones raras de procedimientos en el corazón

Algunas personas pueden tener un mayor riesgo de shock cardiogénico, incluyendo aquellas que:

  • tienen 75 años o más
  • tienen una enfermedad cardiovascular subyacente, como aterosclerosis, insuficiencia cardíaca o enfermedad valvular isquémica
  • tienen sobrepeso u obesidad
  • tienen diabetes o prediabetes
  • tienen trastornos pulmonares, como neumotórax

El shock cardiogénico es más común en hombres que en mujeres. Además, las personas asiáticas americanas y de las Islas del Pacífico tienen mayor riesgo de un shock cardiogénico que las de otros grupos étnicos.

Los síntomas del shock cardiogénico ocurren como una reacción a la pérdida de sangre rica en oxígeno en el cuerpo.

Los síntomas que una persona experimenta pueden depender de la rapidez con la que la presión sanguínea disminuye o cuánto se reduce su velocidad. Algunas personas pueden experimentar síntomas leves al principio, mientras que otras pueden no tenerlos y perder la consciencia inmediatamente.

Las posibles señales y síntomas incluyen:

  • una caída repentina de la presión arterial
  • ritmo cardíaco lento
  • venas protuberantes en el cuello
  • pies hinchados
  • piel azulada o pálida
  • manos y pies fríos
  • piel sudorosa
  • confusión
  • pérdida de conciencia
  • respiración acelerada

Si una persona no recibe tratamiento, el shock cardiogénico puede causar complicaciones fatales, como daño a los órganos y falla orgánica completa. También puede ser fatal en algunos casos.

Los médicos trabajarán rápidamente para hacer un diagnóstico en base a las señales y síntomas de una persona mientras le administran cualquier tratamiento que pueda necesitar.

El proceso de diagnóstico incluirá un electrocardiograma que muestra la actividad del corazón. Una investigación en el Journal of the American Heart Association indica que los médicos deben pedir un electrocardiograma durante los primeros 10 minutos desde que la persona se presenta. Esta prueba puede revelar irregularidades en el ritmo cardíaco, lo cual podría ayudar a los médicos a diagnosticar la causa.

De forma similar, un ecocardiograma puede mostrar una imagen del corazón para ayudar a los médicos a detectar cualquier área de daño debido a un ataque cardíaco.

Otras herramientas de diagnóstico ayudarán una vez que la persona esté estable. Los médicos pueden recomendar distintas pruebas de sangre dentro del primer día, o incluso, las primeras horas, después de medicar a una persona. Los resultados de estas pruebas pueden ayudar a confirmar su diagnóstico o cambiar el curso del tratamiento.

El shock cardiogénico es una emergencia médica y requiere tratamiento inmediato. El objetivo del tratamiento es restablecer el flujo sanguíneo hacia el cerebro y a otros órganos lo más rápido posible para protegerlos de daños.

Los tratamientos pueden incluir procedimientos cardíacos u otras cirugías, dependiendo de la afección de la persona cuando empieza el tratamiento.

Los tratamientos pueden incluir:

  • fluidos intravenosos
  • cateterización cardíaca para angiografía coronaria
  • suministro de oxígeno
  • ventilación mecánica
  • dispositivos para soporte mecánico circulatorio
  • medicamentos, como vasopresores, para contraer los vasos sanguíneos y elevar la presión sanguínea

Otros tratamientos pueden necesitar enfocarse en evitar o tratar el daño a otros órganos.

Por ejemplo, investigaciones sugieren que la lesión renal aguda ocurre en el 13 a 28 por ciento de las personas con shock cardiogénico. Estas personas pueden necesitar tratamientos adicionales, como diálisis o reemplazo de fluidos.

Incluso con los avances modernos, el tratamiento todavía es un desafío.

No existen pruebas de detección garantizadas para el shock cardiogénico. Ya que la causa principal del shock cardiogénico es un ataque cardíaco, cualquier persona que experimente señales de un ataque cardíaco debe buscar atención médica de emergencia.

Adicionalmente, reducir el riesgo de ataque cardíaco y enfermedad cardíaca puede ayudar a reducir la posibilidad de un shock cardiogénico.

El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre recomienda los siguientes pasos que las personas deben considerar para que su estilo de vida sea más sano para su corazón y reducir su riesgo de enfermedad cardíaca. Estos incluyen:

  • dejar de fumar, si eres fumador, y evitar el humo de segunda mano
  • limitar el consumo de alcohol
  • alcanzar o mantener un peso moderado
  • mantener una presión sanguínea y niveles de colesterol saludables
  • encontrar formas de controlar el estrés, como la conciencia plena, la meditación o respiración profunda
  • hacer ejercicio físico regular
  • dormir al menos 7 a 9 horas cada noche
  • limitar ciertos alimentos, como aquellos con alto contenido de sodio, grasas saturadas y azúcares

No existe garantía de que estos factores prevengan todos los casos de shock cardiogénico. Otros problemas, como lesiones o complicaciones debido a una cirugía, podrían causar problemas. Sin embargo, controlar los factores relacionados con las dietas y estilo de vida que afectan el corazón, puede reducir el riesgo lo más posible.

El shock cardiogénico es una emergencia médica que ocurre cuando el corazón no puede proporcionar sangre rica en oxígeno al cerebro y otros órganos. Esto ocurre más comúnmente debido a un ataque cardíaco o a insuficiencia cardíaca, pero también puede deberse a una complicación por otras afecciones o procedimientos.

El tratamiento inmediato del shock cardiogénico es determinante para darle a una persona una mejor posibilidad de sobrevivir y evitar daños o insuficiencia en los órganos. Incluso con el tratamiento adecuado, el riesgo de mortalidad es alto.

Cualquier persona que note síntomas repentinos de shock cardiogénico o ataque cardíaco debe comunicarse de inmediato con los servicios médicos de emergencia.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Stella Miranda el 11 de septiembre de 2021.

Versión original en inglés actualizada el 14 de enero de 2021.

Última revisión médica en inglés realizada el 14 de enero de 2021.