El síndrome metabólico se refiere a un conjunto de factores de riesgo de enfermedades que parecen aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. También se conoce como síndrome de resistencia a la insulina.

El síndrome no es una afección específica, pero agrupa un conjunto de factores de riesgo que se han vinculado a una mayor probabilidad de desarrollar enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.

La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) describe el síndrome metabólico como un “cúmulo de trastornos metabólicos”, que incluyen presión arterial alta, niveles altos de glucosa en ayunas y obesidad abdominal, que, combinados, aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca.

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Los médicos considerarán una serie de factores antes de diagnosticar el síndrome metabólico.

Según la AHA, un médico a menudo considerará el síndrome metabólico si una persona tiene al menos tres de los siguientes cinco síntomas:

  1. obesidad abdominal central, visceral, específicamente, tamaño de la cintura de más de 40 pulgadas en hombres y más de 35 pulgadas en mujeres
  2. niveles de glucosa en sangre en ayunas de 100 mg/dL o más
  3. presión arterial de 130/85 mm/Hg o más
  4. niveles de triglicéridos en sangre de 150 mg/dL o más
  5. niveles de colesterol de lipoproteína de alta densidad (HDL) de 40 mg/dL o menos para los hombres y 50 mg/dL o menos para las mujeres

Tener tres o más de estos factores implica un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como ataque cardíaco o cerebral, y diabetes tipo 2.

El diagnóstico inicialmente tiene como objetivo identificar a aquellas personas que podrían estar en riesgo de síndrome metabólico, pero que podrían beneficiarse de cambios en el estilo de vida en lugar de tratamientos farmacológicos.

Los niveles altos de glucosa en sangre, la presión arterial alta y las anormalidades de lípidos y colesterol a menudo pueden abordarse de forma temprana con medidas referentes al estilo de vida.

Sin embargo, es posible que algunas personas ya estén usando medicamentos para algún aspecto del síndrome metabólico, como la presión arterial alta, cuando reciben su diagnóstico.

Perder peso, especialmente en la parte superior del cuerpo, puede ser un tratamiento eficaz.

Las medidas sugeridas para prevenir y tratar el colesterol anormal y otros aspectos del síndrome metabólico incluyen:

  • seguir una “dieta saludable para el corazón” que sea baja en azúcar, grasa y sodio
  • hacer ejercicio regular
  • evitar fumar y reducir el consumo de alcohol

La AHA sugiere hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado cada semana. Esto puede dividirse en sesiones de 10 minutos. Caminar a paso ligero es una buena manera de empezar.

Tratamiento con fármacos

Si se recomienda el tratamiento farmacológico, suele hacerse con metformina.

Esto puede ayudar a ciertos grupos de alto riesgo, especialmente las personas con niveles altos de glucosa en sangre y aquellos en el espectro de la obesidad que no es manejable con cambios en la dieta y el estilo de vida.

La metformina se vende bajo las siguientes marcas en Estados Unidos:

  • Fortamet
  • Glucophage
  • Glumetza
  • Riomet

El fármaco no está oficialmente autorizado para uso preventivo en personas que tienen un alto riesgo de diabetes debido al síndrome metabólico.

Sin embargo, algunos médicos recetan metformina para “uso no indicado en la etiqueta” para prevenir la diabetes en personas con niveles elevados de glucosa y obesidad abdominal. Los especialistas en diabetes y la evidencia de ensayos clínicos apoyan este uso.

Un estudio publicado en 2013 concluyó que la metformina es eficaz para reducir el riesgo de diabetes en adultos con factores de riesgo, pero que los cambios en la dieta y el ejercicio son “aproximadamente dos veces más efectivos”.

Otros medicamentos también se pueden utilizar en el tratamiento del síndrome metabólico en personas con niveles altos de colesterol lipoproteico de baja densidad (LDL), como las estatinas.

Los fármacos antihipertensivos se utilizan para tratar la presión arterial alta.

De nuevo, las medidas de estilo de vida son las primeras en probarse o en grupos de bajo riesgo.

RETIRO DE METFORMINA DE LIBERACIÓN PROLONGADA

En mayo de 2020, la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) recomendó que algunos fabricantes de metformina de liberación prolongada retiraran algunas de sus tabletas del mercado de Estados Unidos. Esto se debe a que se encontró un nivel inaceptable de un posible carcinógeno (agente que causa cáncer) en algunas tabletas de metformina de liberación prolongada. Si actualmente tomas este medicamento, llama a tu médico. Te aconsejará si debes continuar tomando tu medicamento o si necesitas una nueva receta.

La dieta DASH se recomienda para prevenir y tratar el síndrome metabólico. La dieta tiene como objetivo prevenir la hipertensión. DASH son las siglas en inglés para dietary approaches to stop Hypertension o enfoques alimentarios para detener la hipertensión.

Bajo esta dieta, se recomienda:

  • elegir alimentos de fuentes saludables
  • limitar la ingesta de carnes rojas, sodio, grasas saturadas y grasas totales, así como alimentos y bebidas endulzadas
  • consumir muchas frutas y vegetales, cereales integrales, pescado y nueces

La dieta DASH se centra en lo que las personas comen en lugar de cómo reducir las calorías, pero aquellos que desean perder peso pueden seguir la dieta reduciendo el consumo de calorías.

No todas las directrices médicas coinciden en los umbrales exactos a utilizar para un diagnóstico de síndrome metabólico.

Todavía hay controversia, por ejemplo, sobre la mejor manera de medir y definir la obesidad. Las opciones incluyen el índice de masa corporal (IMC), la relación altura-cintura u otras medidas. Una persona también podría tener presión arterial alta o niveles altos de glucosa, por ejemplo, que no se relacionan con la obesidad.

Los criterios anteriores se crearon en un intento de armonizar los diagnósticos. Sin embargo, los médicos también considerarán las circunstancias de un individuo.

Síndrome metabólico y obesidad infantil

El síndrome metabólico, a veces abreviado como MetS, puede comenzar en la infancia, junto con la obesidad temprana, la dislipidemia y la presión arterial alta.

Debido a la preocupación por el aumento de la obesidad entre los jóvenes en los últimos años, algunos han instado a una detección temprana para identificar a las personas con un mayor riesgo cardiovascular.

Esto podría hacer posible adoptar cambios hacia un estilo de vida más saludable y reducir la posibilidad de problemas de salud más adelante en la vida.

Sin embargo, sigue habiendo controversia sobre cómo y cuándo detectar y diagnosticar el síndrome metabólico y la obesidad en los niños. Una razón es que los niños en crecimiento muestran una amplia variación en estos factores.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos en general, casi 1 de cada 5 jóvenes de 6 a 19 años vive ahora con obesidad, tres veces más que en la década de 1970. Estos jóvenes podrían estar en riesgo de desarrollar problemas de salud al entrar en la adultez.

El síndrome metabólico es un conjunto de factores de riesgo, por lo que no hay una sola causa.

Tener obesidad central o sobrepeso es un factor importante, pero los niveles anormales de lípidos y colesterol en la sangre, la presión arterial alta y la prediabetes también contribuyen al riesgo cardiometabólico.

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Las cinturas grandes indican obesidad central alta, un factor de riesgo cardiometabólico significativo.

Los factores de riesgo inevitables, como los antecedentes familiares y étnicos, pueden aumentar las posibilidades de desarrollar algunos de los componentes.

Sin embargo, las opciones de estilo de vida pueden tener un impacto en todos los factores.

Una dieta rica en grasas y azúcar, junto con la falta de ejercicio, se ha asociado con el desarrollo de la obesidad y afecciones relacionadas.

Sin embargo, los síntomas como la resistencia a la insulina no necesariamente se deben a la obesidad o indican síndrome metabólico.

La resistencia a la insulina es una característica del síndrome metabólico y la obesidad, y puede conducir a enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, pero también puede ser una señal de otras afecciones. Los ejemplos incluyen la enfermedad de Cushing, síndrome de ovario poliquístico (SOP), enfermedad del hígado graso no alcohólico y enfermedad renal crónica.

Otros problemas que a veces se asocian con el síndrome metabólico, la resistencia a la insulina y los niveles altos de azúcar en sangre incluyen la inflamación leve y defectos en la coagulación de la sangre. Estos también pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Los siguientes factores incrementan el riesgo de desarrollar síndrome metabólico:

  • una cintura grande
  • antecedentes familiares de síndrome metabólico
  • falta de ejercicio combinado con una dieta alta en calorías
  • resistencia a la insulina
  • el uso de algunos medicamentos

Algunos medicamentos que se usan para tratar la inflamación, el VIH, las alergias y la depresión pueden aumentar el riesgo de aumentar de peso o experimentar cambios en la presión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español por Suan Pineda el 3 de junio de 2021.

Versión original actualizada el 17 de junio de 2020.

Última revisión médica realizada el 17 de mayo de 2018.