El VIH puede afectar a cualquiera y algunos síntomas pueden ser diferentes en las mujeres.

A finales de 2014, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), estimaron que más de 250,000 mujeres en Estados Unidos vivían con VIH.

A continuación, describimos los síntomas del VIH en mujeres, cómo los médicos diagnostican la afección y qué opciones de tratamiento están disponibles.

Pocas semanas después de contraer el VIH, el cuerpo pasa por la seroconversión, un período en el que el virus se multiplica rápidamente.

Durante la seroconversión, el virus puede causar una enfermedad parecida a la gripe llamada infección aguda de VIH.

Después de este período inicial, se pueden desarrollar otros síntomas, especialmente si una persona no recibe tratamiento.

Los síntomas del VIH en mujeres pueden incluir:

Síntomas similares a la gripe

Después de contraer el VIH, el sistema inmunitario genera una respuesta contra el virus.

Los síntomas pueden incluir:

  • fatiga
  • dolores de cabeza
  • fiebre baja
  • tos
  • estornudos
  • secreción nasal o congestión

Los síntomas anteriores usualmente aparecen 2 a 6 semanas después de contraer el VIH y pueden durar desde una semana hasta un mes.

Estos síntomas pueden parecerse a los de un resfriado o gripe, así que es posible que una persona no los asocie inicialmente con el VIH.

Muchos síntomas de una infección aguda de VIH son comunes en hombres y mujeres. Sin embargo, algunas mujeres pueden experimentar otros síntomas, incluyendo:

Ganglios linfáticos inflamados

Ganglios linfáticos inflamados puede ser uno de los primeros síntomas del VIH, después de los de una infección aguda.

Después de una infección aguda de VIH, el virus continúa multiplicándose, pero a una velocidad más lenta. Es posible que una persona tenga o no síntomas.

El tratamiento puede reducir o detener el progreso del virus. Incluso sin tratamiento, algunas personas no experimentan síntomas adicionales hasta una década después de la infección inicial.

El cuello puede sentirse inflamado justo debajo de la mandíbula y detrás de las orejas. La inflamación puede causar problemas para tragar y puede durar desde unos cuantos días hasta meses.

Infección vaginal por hongos

El VIH puede incrementar el riesgo de desarrollar infecciones vaginales por hongos. Los síntomas de estas infecciones incluyen:

  • ardor en y alrededor de la vagina y vulva
  • dolor durante las relaciones sexuales
  • dolor al orinar
  • secreción vaginal espesa y blanca

Aunque casi todas las mujeres tienen infecciones por hongos eventualmente, el VIH puede causar que estas infecciones ocurran con más frecuencia.

Cuando una persona tiene VIH, su sistema inmunitario dedica mucha de su energía a contrarrestar el virus. Como resultado, su cuerpo no está preparado para combatir otras infecciones.

Pérdida rápida de peso

Si una persona no recibe el tratamiento para el VIH, el virus puede causar náusea, diarrea, mala absorción de los alimentos y pérdida de apetito.

Cada uno de estos problemas puede causar que una persona pierda peso rápidamente.

Cambios de temperamento.

Algunas veces, la progresión del VIH puede causar cambios de humor y trastornos neurológicos en las mujeres.

Esto puede incluir depresión, que puede causar sensación de desesperanza y tristeza profunda. Es posible que las personas también experimenten estrés y pérdida de la memoria.

Cambios en la piel

El VIH puede hacer que se formen manchas inusuales en la piel. Pueden ser rojas, rosadas, café o moradas. Estas manchas pueden aparecer dentro de la boca, párpados o nariz.

Las llagas también se pueden desarrollar en la boca, genitales o ano.

Cambios menstruales

Algunas mujeres con VIH notan períodos más leves o más fuertes. Además, si una persona experimenta pérdida rápida de peso, es posible que empiece a perder sus períodos.

Además, las fluctuaciones hormonales pueden causar que los síntomas menstruales, como que los cólicos, la sensibilidad en los senos y la fatiga cambien o empeoren.

Doctor taking blood test for HIV test
Los médicos recomiendan hacer prueba de VIH a todas las personas de 13 a 64 años como parte de un cuidado de rutina.

Los CDC recomiendan que cualquier persona de 13 a 64 años se realice una prueba para VIH al menos una vez como parte del cuidado de rutina. También aconsejan que toda mujer embarazada se realice una prueba de VIH.

Algunas mujeres tienen un mayor riesgo de contraer VIH. Los factores de riesgo incluyen:

  • tener relaciones sexuales vaginales o anales con una persona que no conoce su condición de VIH o que tiene VIH y no toma medicamentos antirretrovirales
  • inyectarse drogas y compartir agujas o jeringas
  • tener infecciones de transmisión sexual, como sífilis
  • tener tuberculosis o hepatitis

Si una persona tiene cualquiera de los factores de riesgo anteriores, deberá hablar con su médico acerca de la prueba de VIH. El médico deberá también aconsejarle sobre con qué frecuencia realizarse la prueba.

Los CDC estiman que, de todas las mujeres con VIH en EE. UU. en el 2014, 88% recibieron un diagnóstico.

El diagnóstico temprano es determinante y muchas terapias pueden ayudar a una persona a controlar el VIH sin complicaciones.

Diferentes tipos de pruebas pueden ayudar al médico a diagnosticar el VIH. Algunas pruebas no pueden detectar el virus en las etapas tempranas.

Las pruebas de VIH incluyen:

  • Pruebas de anticuerpos: Estas detectan la presencia de anticuerpos de VIH, o proteínas del sistema inmunitario, en muestras de sangre o saliva. Las pruebas rápidas y caseras usualmente son pruebas de anticuerpos. No pueden detectar el VIH en una etapa temprana.
  • Pruebas de antígenos/anticuerpos: Estas detectan los anticuerpos y antígenos del VIH, o componentes virales en la sangre. Las pruebas de antígenos/anticuerpos tampoco pueden detectar el VIH en una etapa temprana.
  • Pruebas de ácido nucleico: Estas buscan la presencia del material genético del VIH en la sangre y pueden detectar el VIH en una etapa temprana.

Es posible que cualquiera que haya contraído el virus y tenga síntomas tempranos desee hablar con un médico sobre una prueba de ácido nucleico.

Si bien actualmente no existe cura para el VIH, los médicos pueden recetar medicamentos que detienen la replicación del virus o reducen la velocidad a la que el virus se multiplica.

Estos medicamentos son llamados terapias antirretrovirales y existen de diversos tipos.

Es posible que una persona necesite tomar entre uno y tres medicamentos al día, dependiendo de sus necesidades.

Idealmente, si una persona toma terapias antirretrovirales como se le indica, el virus dejará de replicarse y el sistema inmunitario puede combatir los que quedan.

Los niveles del virus pueden disminuir hasta que ya no sean detectables. Sin embargo, el VIH permanece en el cuerpo, y si una persona dejó de tomar sus medicamentos, el virus podría empezar a replicarse de nuevo.

Los síntomas del VIH pueden parecerse a los de otras enfermedades. Los síntomas iniciales pueden ser similares a los de la gripe, por ejemplo.

Las mujeres también pueden experimentar otros síntomas posteriormente, como infecciones vaginales por hongos frecuentes.

Cualquier persona que sospeche que puede tener VIH debería consultar con un médico acerca de las pruebas.

Gracias a las innovaciones en el tratamiento, las personas pueden controlar el VIH como cualquier otra afección crónica. Esto puede ayudar a evitar los síntomas de las etapas posteriores.

Leer el artículo en inglés