La médula ósea es un tejido esponjoso que se encuentra en el interior de algunos de los huesos, incluyendo los de las caderas y los muslos. Las personas que sufren de algunas afecciones relacionadas con la sangre pueden beneficiarse de un trasplante que reemplaza las células dañadas por células sanas, posiblemente las de un donante.

Los trasplantes de médula ósea pueden salvar la vida de personas con enfermedades como linfoma o leucemia, o cuando el tratamiento intensivo del cáncer ha dañado las células sanguíneas.

Este tipo de trasplante puede ser un procedimiento intensivo y el periodo de recuperación puede ser muy largo.

Aquí te ofrecemos una descripción general de los trasplantes de médula ósea, incluyendo sus usos, riesgos y recuperación.

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En muchos casos, un familiar cercano es el donante.

La médula ósea contiene células madre. En personas sanas, las células madre de la médula ósea ayudan a crear:

  • glóbulos rojos, que transportan oxígeno a todo el cuerpo
  • glóbulos blancos, que ayudan a combatir las infecciones
  • plaquetas, que crean coágulos para prevenir el sangrado excesivo

Si una enfermedad, por ejemplo, una que daña la sangre o el sistema inmunitario, impide que el cuerpo cree células sanguíneas sanas, puede ser necesario un trasplante de médula ósea.

Una persona con cualquiera de las siguientes afecciones puede ser candidata para un trasplante de médula ósea:

  • cánceres de sangre, como linfoma o leucemia
  • enfermedades inmunes o genéticas, como la anemia de células falciformes o la talasemia
  • enfermedades de la médula ósea, como anemia aplásica
  • daño de la médula ósea debido a quimioterapia o radioterapia para el tratamiento de cáncer

Tipos

Hay tres tipos de trasplante de médula ósea, que se basan en el origen de las células sanas de la médula ósea.

En muchos casos, el donante es un familiar cercano, como un hermano o uno de los padres. El nombre médico para esto es un trasplante alogénico (alotrasplante).

Es más probable que los trasplantes sean efectivos si las células madre donadas tienen una composición genética similar a la de las propias células madre de la persona.

Si no es posible que un familiar cercano sea el donante, el médico buscará el más compatible en un registro de donantes. Si bien lo mejor es una compatibilidad exacta, los avances en los trasplantes están haciendo posible el uso de donantes que no son exactamente compatibles.

En un procedimiento llamado trasplante autógeno (autotrasplante), el médico extrae células madre sanguíneas sanas de la persona que está siendo tratada y las devuelve al paciente más tarde, después de remover las células dañadas de la muestra.

En un trasplante de cordón umbilical, también llamado trasplante de cordón, los médicos usan células madre inmaduras del cordón umbilical después del nacimiento de un bebé. A diferencia de las células de un donante adulto, las células de un cordón umbilical no necesitan una compatibilidad genética cercana.

Antes de un trasplante de médula ósea, el médico realizará pruebas para determinar el mejor tipo de procedimiento. Luego, localizará un donante apropiado, si es necesario.

Si pueden usar las propias células de la persona, las recolectarán con anticipación y las guardarán de manera segura en un congelador hasta el momento del trasplante.

Luego, la persona se someterá a otro tratamiento, que podría incluir quimioterapia, radiación o una combinación de los dos.

Estos procedimientos generalmente destruyen las células de la médula ósea y las células cancerosas. La quimioterapia y la radiación también inhiben el sistema inmunitario, lo que ayuda a evitar que el cuerpo rechace un trasplante de médula ósea.

Es posible que la persona tenga que permanecer en el hospital durante 1 a 2 semanas mientras se prepara para el trasplante. Durante este tiempo, un profesional médico insertará un pequeño tubo en una de las venas más grandes de la persona.

A través de este tubo, la persona recibirá medicamentos que destruyen las células madre anormales y debilitan el sistema inmune para evitar que rechace las células trasplantadas sanas.

Antes de ingresar al hospital, es una buena idea coordinar lo siguiente:

  • licencia médica del trabajo o la escuela
  • cuidado de hijos o mascotas
  • transporte hacia y desde el hospital
  • cosas necesarias, como ropa
  • alojamiento cerca del hospital para miembros de la familia, si es necesario

Un trasplante de médula ósea no es una cirugía. Es similar a una transfusión de sangre.

Si participa un donante, proporcionará las células madre con mucha antelación. Si el trasplante se hace con las propias células de la persona, el centro de atención médica mantendrá las células almacenadas.

El trasplante generalmente se realiza en varias sesiones durante varios días. Introducir las células de esta manera les da la mejor oportunidad de integrarse con el cuerpo.

El equipo médico también puede usar el tubo para introducir líquidos como sangre, nutrientes y medicamentos para ayudar a combatir infecciones o estimular el crecimiento de la médula ósea. La combinación dependerá de la respuesta del organismo al tratamiento.

El procedimiento comprometerá temporalmente el sistema inmunitario de la persona, haciéndola muy susceptible a desarrollar infecciones. La mayoría de los hospitales cuentan con un espacio aislado para las personas que se someten a trasplantes de médula ósea para ayudar a reducir el riesgo de infección.

Después de la última sesión, el médico seguirá controlando la sangre todos los días para determinar qué tan bien ha funcionado el trasplante. Harán pruebas para verificar si están creciendo nuevas células en la médula ósea.

Si el recuento de glóbulos blancos de una persona comienza a aumentar, esto indica que el cuerpo está comenzando a crear su propia sangre, y que el trasplante ha sido exitoso.

El tiempo que tarda el cuerpo en recuperarse depende de:

  • el tipo de trasplante
  • qué tan bien se recupera el sistema inmunitario
  • qué tan bien acepta el cuerpo las células nuevas y saludables

Muchos otros factores pueden influir en la recuperación, entre ellos:

  • enfermedades subyacentes
  • el uso de quimioterapia, radiación o ambos
  • donde se realizó el trasplante
  • qué tan cercano es el donante

Algunas personas pueden salir del hospital poco después del trasplante, mientras que otras necesitan quedarse varias semanas o meses.

El equipo médico continuará monitorizando la recuperación de la persona por hasta un año. Algunas personas descubren que los efectos del trasplante permanecen de por vida.

Un trasplante de médula ósea es un procedimiento médico importante. Existe un alto riesgo de complicaciones durante y después de este procedimiento.

La probabilidad de desarrollar complicaciones depende de varios factores, que incluyen:

  • edad de la persona
  • su salud en general
  • el tipo del trasplante
  • el motivo de su trasplante

Estas son algunas de las complicaciones más comunes que experimentan las personas que reciben trasplantes de médula ósea:

  • infecciones
  • náusea, vómitos o ambos
  • diarrea
  • mucositis, que implica inflamación y dolor en la garganta, la boca y el estómago
  • fallo del injerto, en el que las células trasplantadas no producen nuevas células sanguíneas
  • anemia
  • menopausia precoz
  • infertilidad
  • cataratas
  • daño a órganos
  • enfermedad de injerto contra huésped, en la que las células del donante atacan el cuerpo de la persona
  • sangrado en el cerebro, los pulmones u otros órganos

Algunas personas mueren como resultado de complicaciones de los trasplantes de médula ósea.

Una persona que recibe un trasplante de médula ósea también puede experimentar reacciones que pueden seguir a cualquier procedimiento médico, incluyendo:

  • dificultad para respirar
  • un descenso de la presión sanguínea
  • dolores de cabeza
  • dolor
  • fiebre
  • escalofríos

La respuesta del cuerpo a un trasplante de médula ósea varía mucho de una persona a otra. Factores como la edad, la salud general y el motivo del trasplante pueden afectar el pronóstico a largo plazo de una persona.

Si una persona recibe un trasplante de médula ósea para tratar el cáncer, su pronóstico depende, en parte, de la extensión del cáncer. El cáncer que se ha extendido lejos de su origen, por ejemplo, responde menos al tratamiento.

Según el Programa Nacional de Donantes de Médula (NMDP, por sus siglas en inglés), la tasa de supervivencia a 1 año entre las personas que han recibido trasplantes de donantes sin relación familiar aumentó del 42 por ciento al 60 por ciento en los últimos 5 años.

Un trasplante de médula ósea es un procedimiento médico importante que requiere preparación. Esto implica determinar el mejor tipo de trasplante, encontrar un donante, si es necesario, y prepararse para una estadía prolongada en el hospital.

El tiempo que tarda el cuerpo en recuperarse de un trasplante varía, según factores como la edad y la salud general de una persona y el motivo del trasplante.

Lee el artículo en inglés.