Una persona con trastorno bipolar experimentará cambios de humor, energía y niveles de actividad que pueden dificultar la vida diaria.

El trastorno bipolar puede causar graves disturbios en la vida de una persona, pero el impacto varía dependiendo de la persona. Con el tratamiento y apoyo apropiados, muchas personas con esta afección viven una vida plena y productiva.

De acuerdo con la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI, en inglés) el trastorno bipolar afecta a más de 10 millones de personas en Estados Unidos, aproximadamente al 2.8% de la población.

En promedio, una persona recibirá un diagnóstico alrededor de los 25 años de edad, pero los síntomas pueden aparecer durante los años de adolescencia o más tarde en su vida. Afecta a los hombres y mujeres por igual.

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Una persona con trastorno bipolar puede experimentar “altos” y “bajos” en sucesión rápida.

El Instituto Nacional de Salud Mental describe los síntomas principales del trastorno bipolar como episodios alternos de ánimo alto y bajo. Los cambios en los niveles de energía, patrones de sueño, capacidad de enfocarse y otras funciones pueden afectar dramáticamente el comportamiento de una persona, el trabajo, las relaciones y otros aspectos de la vida.

La mayoría de las personas experimentan cambios de ánimo en algún momento, pero los que se relacionan con el trastorno bipolar son más intensos que los cambios de ánimo regulares y pueden aparecer otros síntomas. Algunas personas experimentan psicosis, lo que puede incluir delirios, alucinaciones y paranoia.

Entre cada episodio, el ánimo de la persona puede ser estable durante meses o años, especialmente si sigue un plan de tratamiento.

El tratamiento permite que muchas personas con trastorno bipolar trabajen, estudien y vivan una vida plena y productiva. Sin embargo, cuando el tratamiento ayuda a una persona a sentirse mejor, puede dejar de tomar su medicamento. Entonces, los síntomas pueden regresar.

Algunos aspectos del trastorno bipolar pueden hacer que una persona se sienta bien. Durante un estado de ánimo elevado, puede sentirse más sociable, conversadora y creativa.

Sin embargo, es improbable que persista un estado un ánimo elevado. Incluso si es así, puede ser difícil mantener la atención o continuar con los planes. Esto puede dificultar el seguir un proyecto hasta el final.

Según la Asociación Internacional de Trastorno Bipolar, los síntomas varían de una persona a otra. Para algunas personas, un episodio puede durar varios meses o años. Otras pueden experimentar “altos” y “bajos” al mismo tiempo o en sucesión rápida.

En un trastorno bipolar de “ciclo rápido”, la persona tendrá cuatro o más episodios durante un año.

Manía o hipomanía

La hipomanía y la manía son estados de ánimo elevados. La manía es más intensa que la hipomanía.

Los síntomas pueden incluir:

  • falta de sentido común
  • sensación de confusión
  • dormir poco, pero no sentirse cansado
  • una sensación de distracción o aburrimiento
  • faltar al trabajo o la escuela
  • bajo rendimiento en el trabajo o la escuela
  • sentirse capaz de hacer cualquier cosa
  • ser sociable y extrovertido, algunas veces de manera agresiva
  • participar en comportamientos arriesgados
  • incremento de la libido
  • sentirse animado o eufórico
  • tener altos niveles de confianza, autoestima y prepotencia
  • hablar mucho y rápidamente
  • ir de un tema a otro en una conversación
  • tener pensamientos “acelerados” que vienen y van rápidamente, e ideas raras que hacen actuar a la persona
  • negar o no darse cuenta de que todo está mal

Algunas personas con trastorno bipolar pueden gastar mucho dinero, usar drogas recreativas, consumir alcohol y participar en actividades peligrosas e inapropiadas.

Para conocer más sobre las diferencias entre la manía e hipomanía, haz clic aquí.

¿Cuáles son las señales tempranas del trastorno bipolar en niños y adolescentes?

Síntomas depresivos

Durante un episodio de depresión bipolar, es posible que una persona experimente:

  • una sensación de pesimismo, desolación y desesperanza
  • extrema tristeza
  • insomnio y problemas del sueño
  • ansiedad sobre asuntos sin importancia
  • dolor y problemas físicos que no responden al tratamiento
  • una sensación de culpa, que puede estar fuera de lugar
  • comer más o comer menos
  • pérdida de peso o aumento de peso
  • cansancio extremo, fatiga y languidez
  • incapacidad de disfrutar actividades o intereses que usualmente le daban placer
  • dificultad para enfocarse y recordar
  • irritabilidad
  • sensibilidad a los ruidos, olores y otras cosas que otros no pueden notar
  • incapacidad de enfrentar ir al trabajo o la escuela, lo que posiblemente lleve a un rendimiento deficiente

En casos graves, la persona puede pensar en terminar con su vida y puede actuar con esos pensamientos.

Prevención del suicidio

Si conoces a alguien en riesgo inmediato de autolesión, suicidio o daño a otra persona:

  • Haz las preguntas difíciles: “¿Estás considerando el suicidio?”
  • Escucha a la persona sin juzgarla.
  • Llama al 911 o al número de emergencia local o envía un mensaje de texto con la palabra TALK (CONVERSAR) al 741741 para comunicarte con un consejero de crisis capacitado.
  • Quédate con la persona hasta que llegue la ayuda profesional.
  • Intenta eliminar cualquier arma, medicamento u otros objetos potencialmente dañinos.

Si tú o alguien que conoces tiene pensamientos suicidas, una línea directa de prevención puede ayudar. La Línea Nacional de Prevención del Suicidio está disponible las 24 horas del día llamando al 800-273-8255, en inglés y español. Durante una crisis, las personas que tienen dificultad auditiva pueden llamar al 800-799-4889.

Haga clic aquí para obtener más enlaces y recursos locales.

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Psicosis

Si un episodio “alto” o “bajo” es muy intenso, la persona puede experimentar psicosis. Puede tener problema para diferenciar entre fantasía y realidad.

Según la Fundación Internacional de Trastorno Bipolar, los síntomas de psicosis durante un estado de euforia incluyen alucinaciones, que involucran escuchar o ver cosas que no existen y delirios, que son creencias falsas, pero que se sienten muy fuertes. Una persona que experimenta delirios puede creer que es famosa, que tiene conexiones sociales de alto perfil o poderes especiales.

Durante un período de depresión o “bajo”, puede creer que ha cometido un crimen o que está arruinado y sin dinero.

Es posible manejar todos estos síntomas con el tratamiento adecuado.

Una persona puede recibir un diagnóstico de uno de los tres tipos amplios de trastorno bipolar. De acuerdo con NAMI, los síntomas ocurren según un espectro y la distinción entre los tipos no siempre es determinante.

Trastorno bipolar I

Para un diagnóstico de trastorno bipolar I:

  • La persona debe haber experimentado al menos un episodio maníaco.
  • La persona pudo haber tenido un episodio depresivo fuerte previo.
  • El médico debe descartar otros trastornos, como esquizofrenia y trastorno delirante.

Trastorno bipolar II

El trastorno bipolar II incluye períodos de hipomanía, pero la depresión con frecuencia es el estado dominante.

Para un diagnóstico de trastorno bipolar II, una persona debe haber tenido:

  • uno o más episodios de depresión
  • al menos un episodio hipomaníaco
  • ningún otro diagnóstico que explique los cambios de ánimo

Una persona con hipomanía puede sentirse bien y funcionar bien, pero su estado de ánimo no será estable y existe el riesgo de que la depresión aparezca después.

Algunas veces, las personas piensan que el trastorno bipolar II es una versión más leve. Sin embargo, para muchos, es simplemente diferente. Como lo indica NAMI, las personas con trastorno bipolar II pueden experimentar episodios más frecuentes de depresión que otras personas con trastorno bipolar I.

Ciclotimia

El Servicio Nacional de Salud (NHS, en inglés) en el Reino Unido indica que la ciclotimia tiene características similares al trastorno bipolar, pero el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 5ta edición (DSM-5) la clasifica por separado. Esta involucra hipomanía y depresión, pero los cambios son menos intensos.

Sin embargo, la ciclotimia puede afectar la vida diaria de una persona y un médico puede proporcionar el tratamiento.

Un profesional médico diagnosticará el trastorno bipolar con los criterios determinados en DSM-5.

El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, en inglés) explica que para recibir un diagnóstico de trastorno bipolar I, una persona debe haber tenido síntomas por lo menos durante 7 días, o menos si los síntomas fueron suficientemente graves como para necesitar hospitalización. También puede haber tenido un episodio depresivo que dure al menos 2 semanas.

Para recibir un diagnóstico de trastorno bipolar II, una persona debió haber experimentado al menos un ciclo de hipomanía y depresión.

Un médico puede realizar un examen físico y algunas pruebas de diagnóstico, incluyendo pruebas de sangre y orina, para ayudar a descartar otras causas.

Para un médico puede ser un desafío diagnosticar el trastorno bipolar, ya que es más probable que las personas busquen ayuda con un estado de ánimo bajo que con un estado de ánimo alto. Como resultado, puede ser difícil que lo diferencien de la depresión.

Si la persona tiene psicosis, un médico puede diagnosticar erróneamente su afección como esquizofrenia.

Otras complicaciones que pueden ocurrir con el trastorno bipolar son:

  • usar drogas o alcohol para enfrentar los síntomas
  • trastorno de estrés postraumático (TEPT)
  • trastorno de ansiedad
  • trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)

NIMH insta a los médicos que a que observen las señales de manía en el historial de la persona para evitar diagnósticos equivocados. Algunos antidepresivos pueden activar la manía en las personas susceptibles.

Una persona que recibe un diagnóstico de trastorno bipolar tiene un diagnóstico permanente. Puede disfrutar períodos prolongados de estabilidad, pero siempre vive con la afección.

El tratamiento se enfoca en estabilizar el estado de ánimo de la persona y reducir la gravedad de los síntomas. El objetivo es ayudar a la persona a funcionar de manera efectiva en la vida diaria.

El tratamiento involucra una combinación de terapias, incluyendo:

  • medicamentos
  • asesoría
  • intervención física
  • estilo de vida

Puede tomar tiempo obtener un diagnóstico correcto y encontrar un tratamiento adecuado, ya que las personas reaccionan de diferente manera y los síntomas varían ampliamente.

Controlar el trastorno bipolar durante la pandemia de COVID-19 puede ser desafiante. Aquí encontrarás unos consejos sobre cómo enfrentarlo.

Tratamiento con medicamentos

Los tratamientos con medicamentos pueden ayudar a estabilizar el ánimo y controlar los síntomas. Un médico con frecuencia recetará una combinación de:

  • estabilizadores del estado de ánimo, como litio
  • antidepresivos
  • antipsicóticos de segunda generación (SGA, en inglés)
  • anticonvulsivos, para aliviar la manía
  • medicamentos para ayudar a dormir y ansiolíticos

Es posible que el médico necesite ajustar el medicamento con el tiempo. Algunos medicamentos tienen efectos secundarios, y pueden afectar a las personas de diferente manera. Si una persona tiene problemas con la medicación, deberá hablar con su médico.

Una persona deberá:

  • informarle al médico sobre cualquier otro medicamentos que esté usando para reducir el riesgo de interacciones y efectos secundarios
  • seguir las indicaciones del médico con relación al medicamento y tratamiento
  • discutir cualquier inquietud sobre los efectos secundarios y si siente que el tratamiento está funcionando
  • continuar tomando la medicación, a menos que el médico indique que es seguro suspenderla
  • tener presente que es posible que los medicamentos tarden en hacer efecto

Si la persona suspende su tratamiento, los síntomas pueden empeorar.

Psicoterapia y asesoría

La psicoterapia puede ayudar a aliviar los síntomas y preparar a una persona a controlar el trastorno bipolar.

A través de la terapia cognitiva conductual (TCC) y otros enfoques, la persona puede aprender a:

  • reconocer y tomar medidas para controlar sus desencadenantes clave, como el estrés
  • identificar los síntomas tempranos de un episodio y tomar medidas para controlarlo
  • trabajar en factores que ayudan a mantener un estado de ánimo estable mientras sea posible
  • involucrar la ayuda de miembros de la familia, maestros y colegas

Estos pasos pueden ayudar a una persona a mantener relaciones positivas en casa y el trabajo. Para los niños y adolescentes con trastorno bipolar, un médico puede recomendar terapia familiar.

Tratamiento hospitalario

Es posible que algunas personas necesiten pasar un tiempo en el hospital si existe el riesgo de que se lastimen a sí mismas o a otras personas.

Si otros tratamientos no han ayudado, un médico puede recetar terapia electroconvulsiva (TEC).

Estilo de vida

Algunas opciones de estilo de vida pueden ayudar a mantener un estado de ánimo estable y a controlar los síntomas. Estas incluyen:

  • mantener una rutina regular
  • seguir una dieta saludable y variada
  • establecer un patrón de sueño regular y tomar las acciones para evitar las alteraciones del sueño
  • hacer ejercicio regular

Algunas personas usan suplementos, pero es esencial discutirlo con un médico primero. Algunos remedios alternativos pueden interactuar con los medicamentos que se usan para el trastorno bipolar. Pueden empeorar los síntomas.

El trastorno bipolar parece ser el resultado de una combinación de factores.

Factores genéticos: El trastorno bipolar es más común en aquellos que tienen un miembro de la familia con la afección. Puede implicar varias características genéticas.

Rasgos biológicos: Las investigaciones sugieren que los desequilibrios en los neurotransmisores o las hormonas que afectan el cerebro pueden jugar un papel importante.

Factores ambientales: Eventos cotidianos como el abuso, estrés mental, una “pérdida significativa” u otro evento traumático, pueden activar un episodio inicial en una persona susceptible.

El trastorno bipolar es una afección de salud mental relativamente común, pero grave que involucra cambios en el estado de ánimo, los niveles de energía y la atención, junto con otros síntomas.

Puede afectar gravemente la vida de una persona, pero el tratamiento puede mejorar drásticamente el pronóstico.

El tratamiento no puede eliminar los cambios de ánimo por completo, pero trabajar estrechamente con el médico puede hacer que los síntomas se puedan controlar mejor y maximizar la calidad de vida.

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