La taquicardia se define como la frecuencia cardíaca más rápida de lo normal cuando estamos en reposo, normalmente superior a las 100 pulsaciones por minuto. Puede ser peligrosa dependiendo de la causa subyacente y del nivel de esfuerzo que necesite el corazón para trabajar.

Es posible que algunas personas con taquicardia no presenten síntomas o complicaciones. Sin embargo, esta enfermedad incrementa de forma significativa el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, un paro cardíaco repentino e incluso la muerte.

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El corazón se compone de dos ventrículos y dos arterias. La taquicardia aparece cuando los latidos son demasiado rápidos.

La taquicardia alude a la frecuencia cardíaca más rápida de lo normal cuando estamos en reposo.

En general, un corazón adulto en reposo late entre 60 y 100 veces por minuto. Cuando un individuo padece taquicardia, las cavidades superiores o inferiores del corazón laten mucho más rápido.

Cuando el corazón late muy rápido, bombea de forma menos eficiente y se reduce el flujo sanguíneo del resto del cuerpo, incluyendo el corazón.

Como consecuencia, los músculos del corazón o el miocardio necesitan más oxígeno. Si esto persiste, las células miocárdicas privadas de oxígeno pueden morir, ya que necesitan oxígeno, y esto deriva en un ataque cardíaco.

Aurículas, ventrículos y circuitos eléctricos del corazón

El corazón humano se compone de cuatro cavidades:

  • Aurículas: Son las dos cavidades superiores.
  • Ventrículos: Son las dos cavidades inferiores.

Podemos distinguir entre aurícula derecha e izquierda, así como ventrículo derecho e izquierdo.

El corazón tiene un marcapasos natural llamado nodo sinoauricular, se localiza en la aurícula derecha y produce impulsos eléctricos. Cada una de ellas desencadena un latido del corazón individual.

Los impulsos eléctricos continúan hacia el nodo sinoauricular (SA), un grupo de células. El nodo SA disminuye las señales eléctricas y luego los envía hacia los ventrículos.

Al retrasar las señales eléctricas, el NSA puede dejar tiempo a los ventrículos para que se llenen de sangre. Cuando los músculos de los ventrículos reciben las señales eléctricas, se contraen y bombean sangre a los pulmones o a resto del cuerpo.

Cuando hay un problema con las señales eléctricas, se produce una latido más rápido de lo normal, por lo que el individuo sufrirá taquicardia.

Generalmente, la taquicardia se causa por la alteración en los impulsos eléctricos y normales que controlan el bombeo del corazón (la velocidad a la que bombea nuestro corazón). Las situaciones o enfermedades que aparecen a continuación son posibles causas:

  • Una reacción a ciertos medicamentos
  • Anormalidades congénitas del corazón
  • El consumo excesivo del alcohol
  • El consumo de cocaína y otras drogas recreativas
  • El desequilibrio de los electrolitos
  • Una enfermedad cardíaca, lo que provoca un mal suministro sanguíneo y daña los tejidos cardíacos, como por ejemplo, la cardiopatía isquémica, la valvulopatía cardíaca, la insuficiencia cardíaca, la miocardiopatía, los tumores o las infecciones
  • La hipertensión
  • Una glándula tiroidea hiperactiva
  • El consumo del tabaco
  • Algunas enfermedades pulmonares

Algunas veces, el médico no puede identificar la causa exacta de la taquicardia.

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Existen diferentes maneras para tratar la taquicardia.

Las opciones de tratamientos varían dependiendo de la causa que ha provocado la enfermedad, la edad y la salud general de la persona que sufre taquicardia, además de otros factores.

El objetivo del tratamiento es identificar la causa de la taquicardia. Cuando se pueda diagnosticar un tratamiento, el médico puede intentar reducir la velocidad, prevenir episodios posteriores de taquicardia y reducir el riesgo de complicaciones.

En algunos casos, todo lo que se necesita es tratar la causa. En otras ocasiones, no se encuentran causan subyacentes, por lo que el médico tiene que buscar terapias diferentes.

Maneras de ralentizar el latido del corazón acelerado

Maniobras vagales

El nervio vagal ayuda a regular el latido de nuestro corazón. Las maniobras que afectan a este nervio incluyen la tos, la hinchazón (como si defecara) y la aplicación de una compresa fría en la cara del paciente.

Medicación

Los fármacos antiarrítmicos pueden administrarse de forma oral o por inyección. Restablecen el latido normal del corazón y se llevan a cabo en el hospital.

Los fármacos disponibles restablecen el ritmo normal del corazón o controlan la velocidad del mismo. A veces, el individuo necesitará tomar más de un medicamento de este tipo.

Cardioversión

Los electrodos se utilizan para administrar una descarga eléctrica en el corazón. Esto afecta a los impulsos eléctricos del corazón y restablece el ritmo normal. Este procedimiento se lleva a cabo en un hospital.

Existen ciertas medidas para evitar que el latido del corazón se vuelva demasiado rápido o que se convierta en un problema de salud.

Ablación con catéter por radiofrecuencia

Los catéteres se introducen en el corazón por los vasos sanguíneos. Los electrodos en los extremos del catéter se calientan para poder extirpar o dañar las pequeñas zonas del corazón responsables del latido anómalo.

Medicamentos

Cuando se toman con regularidad, los medicamentos antiarrítmicos pueden evitar la taquicardia. El doctor puede recetar otros fármacos en combinación con estos, por ejemplo, bloqueadores de los canales, como diltiazem (Cardizem) y verapamilo (Calan), o bloqueadores beta, como propranolol (Inderal) y esmolol (Brevibloc).

Desfibrilador cardioversor implantable (DCI)

Es un dispositivo que monitoriza de forma continua el latido del corazón y se implanta a través de una operación en el pecho. El DCI detecta cualquier anomalía en los latidos y envía impulsos eléctricos para restablecer el ritmo normal del corazón.

Cirugía

Algunas veces, se necesita la cirugía para eliminar una parte del tejido. El cirujano puede crear un patrón de tejido cicatrizante, ya que es un mal conductor de la electricidad. Generalmente, este procedimiento solo se utiliza cuando se han recetado otras terapias y no han sido efectivas, o si la persona sufre otro tipo de enfermedad cardíaca.

Warfarina

La warfarina dificulta que la sangre se coagule. Se le administra a las personas que tienen un riesgo alto o moderado de desarrollar un accidente cerebrovascular o un infarto cardíaco. Aunque este procedimiento incrementa el riesgo de sangrado, se receta para los pacientes cuyo riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o un infarto es bastante superior al riesgo de padecer una hemorragia.

Entre los distintos signos y síntomas de la taquicardia, podemos encontrar:

  • dolor de pecho;
  • confusión;
  • mareos/vértigos;
  • baja presión arterial;
  • aturdimiento;
  • palpitaciones;
  • dificultad para respirar;
  • debilidad repentina, o
  • desmayos.

En algunos casos con taquicardia, no es nada frecuente que el individuo presente síntomas. En dichas circunstancias, sólo se puede descubrir la enfermedad cuando el paciente se somete a un análisis físico.

El riesgo de sufrir complicaciones depende de muchos factores, como:

  • la gravedad;
  • el tipo;
  • la frecuencia cardíaca;
  • la duración, o
  • depende de si existen o no otras enfermedades cardíacas.

Las complicaciones más comunes incluyen:

  • Coágulos sanguíneos: Incrementan de forma significativa el riesgo de sufrir un infarto cardíaco o un accidente cerebrovascular.
  • Insuficiencia cardíaca: Si no se controla la enfermedad, el corazón se debilitará, lo que podría derivar en una insuficiencia cardíaca. Esto ocurre cuando el corazón no bombea sangre por todo el cuerpo de forma adecuada. En estos casos, pueden verse afectados el lado izquierdo, el derecho o ambos.
  • Desmayos: La persona con latidos cardíacos rápidos podría perder la conciencia.
  • Muerte súbita: Generalmente, se relaciona con la taquicardia o la fibrilación ventricular.

Los tipos más frecuentes de taquicardia incluyen:

Fibrilación auricular

Algunas veces, la actividad eléctrica puede aumentar desde la aurícula izquierda en lugar del nódulo sinoauricular. Esto provoca que las cavidades adquieran una frecuencia alta e irregular, lo que se llama fibrilación auricular.

Un episodio de fibrilación auricular puede durar entre unas horas y muchos días y, algunas veces, no desaparece sin tratamiento. La mayoría de los individuos con fibrilación auricular presentan anomalías en el corazón relacionadas con la enfermedad.

Aleteo auricular

La aurícula late rápido, pero de forma regular. Suele ocasionarse debido a un problema en la aurícula derecha. Las contracciones de la aurícula se debilitan por la alta frecuencia cardíaca.

Un episodio de aleteo auricular puede durar unas horas o algunos días. A veces, no desaparece sin tratamiento. En algunas ocasiones, suele aparecer debido a una complicación en la operación, pero también puede causarse por algunas alteraciones de la enfermedad cardíaca. Normalmente, las personas que padecen aleteo auricular también experimentan fibrilaciones.

Taquicardias supraventriculares (TSV)

Se refieren a cualquier ritmo cardíaco acelerado y originado por el tejido ventricular. Los ciclos cardíacos anómalos suelen estar presentes al nacer y crean un bucle de señales superpuestas. Un episodio de TSV puede durar desde unos segundos hasta varias horas.

Taquicardia ventricular

Las señales eléctricas y anómalas en los ventrículos provocan una rápida frecuencia cardíaca. La elevada velocidad no permite que los ventrículos se dilaten y se contraigan de forma adecuada, lo que provoca un mal suministro sanguíneo en el cuerpo. Este tipo de taquicardia suele ser una enfermedad que pone en peligro la vida del paciente y necesita tratarse como una urgencia médica.

Fibrilación ventricular

Los ventrículos no consiguen dilatarse de forma normal, lo que provoca un mal suministro sanguíneo por el cuerpo. Si el ritmo cardíaco normal no se restablece de forma rápida, la circulación sanguínea se detendrá y causará la muerte. Las personas con enfermedades cardíacas subyacentes o aquellos que han padecido traumas serios causados por la luz podrían experimentar fibrilación ventricular.

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Un electrocardiograma muestra la actividad eléctrica del corazón.

El riesgo de taquicardia aumenta si el individuo presenta una enfermedad que daña los tejidos cardíacos o tensiona el corazón.

Los factores que aparecen a continuación se relacionan con el riesgo alto de sufrir taquicardia:

  • Edad: Las personas con más de 60 años presentan un riesgo superior de experimentar taquicardia, en comparación a los jóvenes.
  • Genética: Los individuos que tengan familiares con taquicardia u otros problemas relacionados con el ritmo cardíaco tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

Otros factores potenciales incluyen:

  • una enfermedad cardíaca;
  • ansiedad;
  • el consumo regular de grandes cantidades de cafeína y alcohol;
  • presión arterial elevada;
  • estrés mental;
  • el consumo del tabaco, o
  • el uso recreativo de medicamentos.

Normalmente, el médico puede diagnosticar taquicardia por medio de algunas preguntas relacionadas con los síntomas, con la realización de un análisis físico o con algunas pruebas. Entre ellas, encontramos:

Electrocardiograma (ECG)

Se utilizan electrodos en la piel para medir los impulsos eléctricos del corazón.

Esta prueba también mostrará cualquier enfermedad cardíaca previa que pueda contribuir a la taquicardia.

Ecocardiograma

Un ecocardiograma es un tipo de investigación ultrasónica. Al rebotar los sonidos en las estructuras corporales y registrar los ecos, se produce una imagen en movimiento del corazón. Esto puede ayudar a buscar anomalías congénitas o estructurales que jueguen un papel fundamental en la taquicardia.

Análisis de sangre

Ayudan a determinar si existen problemas de tiroides u otras sustancias que contribuyan a la taquicardia.

Monitor de Holter

La persona con taquicardia lleva un dispositivo portable que registra todos los latidos cardíacos. Se coloca por debajo de la ropa y registra la información sobre la actividad eléctrica del corazón mientras el individuo realiza actividades normales durante 1 o 2 días.

Registrador de eventos

Este dispositivo es similar al monitor de Holter, pero no registra todos los latidos cardíacos. Encontramos dos tipos:

  • Un tipo usa un teléfono para transmitir señales desde el registrador mientras que la persona está experimentando los síntomas.
  • El otro se usa todo el tiempo durante una gran temporada. A veces, se puede llevar durante un mes.

Este registrador de eventos es bueno para diagnosticar las alteraciones del ritmo que aparecen en momentos aleatorios.

Estudio electrofisiológico o EF

Se trata de una prueba invasiva, no dolorosa y no quirúrgica que puede determinar el tipo de arritmia, su origen y la respuesta potencial al tratamiento.

La prueba se lleva a cabo en un laboratorio EF y la realiza un electrofisiólogo. Gracias a este estudio es posible reproducir las arritmias problemáticas en un entorno controlado.

Prueba de la mesa inclinada

Si el individuo experimenta desmayos, mareos o aturdimientos y ni el ECG ni el monitor de Holter revelaron arritmias, se puede realizar una prueba de este tipo. Consiste en monitorizar la presión sanguínea, el ritmo cardíaco y la frecuencia cardíaca mientras que el paciente se incorpora.

En cuanto los reflejos funcionen de forma correcta, la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea se modificarán cuando el paciente se coloque en posición vertical. El objetivo es asegurarse de que el cerebro consigue un suministro adecuado de sangre.

Si los reflejos no son los adecuados, los desmayos y los síntomas asociados tendrían explicación.

Radiografía de tórax

Las imágenes de la radiografía ayudan al médico a comprobar el estado del corazón y los pulmones. También se podrían detectar otras enfermedades que explican la taquicardia.

Las complicaciones de la taquicardia incluyen:

  • desmayos y mareos;
  • cansancio y fatiga, o
  • dificultad para respirar.

También pueden derivar en:

  • coágulos de sangre y un mayor riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, o
  • insuficiencia cardíaca, cuando el corazón ya no puede bombear la sangre con eficacia.

En algunos casos, podría provocar la muerte súbita.

Traducido por Carmen María González Morales

Revisado por Brenda Carreras

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