La artritis reumatoide puede afectar las articulaciones del tobillo de manera similar a otras articulaciones, causando rigidez, inflamación y dolor.
Con más frecuencia, la artritis reumatoide afecta las manos y los pies, pero es menos común que también los tobillos.
La afección usualmente afecta primero las articulaciones más pequeñas, como las de los dedos de los pies. Luego puede moverse hacia las articulaciones más grandes, como los tobillos. La artritis reumatoide en los tobillos puede impedir caminar y causar molestias considerables.
En este artículo, analizamos cuidadosamente cómo la artritis reumatoide afecta los tobillos, incluyendo los síntomas y cómo las personas pueden aliviar el dolor e inflamación.
Los síntomas de la artritis reumatoide tienden a aparecer y desaparecer en ciclos llamados episodios que pueden durar desde unos pocos días hasta varias semanas. Las personas pueden notar que sus síntomas empeoran en la mañana o en la noche.
Al igual que en otras articulaciones, la artritis reumatoide puede causar inflamación y rigidez en las articulaciones de los tobillos como resultado de una inflamación a largo plazo. Con el tiempo, la estructura de las articulaciones de los tobillos puede verse afectada, causando cambios permanentes en la forma de las articulaciones.
La articulación del tobillo conecta los huesos de la pierna al pie. Está formada por dos articulaciones más pequeñas que actúan como una bisagra para mover el pie. Los movimientos, como caminar, recaen en el funcionamiento adecuado de las articulaciones del tobillo.
Los huesos en la articulación del tobillo contienen cartílago que los protege de frotarse entre sí. La artritis reumatoide hace que, con el tiempo, este cartílago se rompa, aumentando la fricción entre los huesos.
Esta fricción entre los huesos puede producir inflamación alrededor de la articulación del tobillo. Los tejidos circundantes que sostienen el tobillo también pueden dañarse, haciendo que se debiliten y sean inestables, y no puedan dar total apoyo a la articulación.
En muchos casos, la persona con artritis reumatoide en los tobillos también tiene otros síntomas en sus pies. Las áreas comúnmente afectadas son:
- el talón del pie, particularmente el talón de Aquiles cuando aparecen nódulos
- el medio del pie y los huesos debajo del tobillo (si los tendones y ligamentos se relajan, esto puede causar pie plano)
- la rótula del pie
- los dedos del pie
El síntoma principal de la artritis reumatoide en la articulación del tobillo es la inflamación, lo que causa que se hinche, duela y se ponga rígida. Esto puede restringir la movilidad de la articulación y limitar la capacidad de una persona de caminar y mantenerse de pie.
En las etapas tempranas, los síntomas pueden ser leves y poco frecuentes. Por ejemplo, las personas pueden empezar a sentir molestia cuando caminan pendiente arriba, ya que esto aplica presión adicional a las articulaciones del tobillo.
Con el tiempo, la inflamación puede empeorar, lo que causa daños a las articulaciones y a sus tejidos circundantes. Entonces, los síntomas son más notorios. Los tobillos pueden causar dolor y rigidez con más frecuencia, particularmente al caminar y al estar de pie.
En una enfermedad prolongada, la articulación del tobillo puede fusionarse y perder el rango de movimiento, lo que afecta significativamente la marcha, debido a que el pie no puede flexionarse para permitir el empuje necesario. Sin embargo, debido al desarrollo de los tratamientos, ahora esto es raro.
Cuando la artritis reumatoide crónica provoca cambios a la estructura del pie, puede causar callosidad, juanetes, nódulos y callos.
Además de la inflamación en las articulaciones, otros síntomas de la artritis reumatoide pueden incluir:
- fatiga
- fiebre baja
- debilidad muscular
- pérdida de peso
Con frecuencia, los médicos pueden diagnosticar la artritis reumatoide con un examen físico. También inspeccionarán visualmente los tobillos buscando señales de inflamación u otras, y realizarán pruebas de su rango de movimiento.
Aunque los médicos diagnosticarán artritis reumatoide principalmente basado en los síntomas, también pueden recomendar otras pruebas para observar detalles más específicos.
Por ejemplo, los médicos con frecuencia recomiendan radiografías, ultrasonido o a veces resonancia magnética para evaluar el alcance y ubicación del daño a la articulación. Esto puede ser más probable cuando el médico sospecha que existe artritis reumatoide en el tobillo, ya que el daño temprano es menos obvio inmediatamente que en otras áreas.
Las pruebas de sangre pueden ayudar a determinar si los anticuerpos en la sangre indican que existe artritis reumatoide o si descartan otras afecciones.
La causa exacta de la artritis reumatoide es desconocida. Los investigadores todavía están buscando los mejores tratamientos para la afección.
Tratar la artritis reumatoide puede involucrar una combinación de distintos métodos, incluyendo ejercicios, adoptar una dieta antiinflamatoria y usar medicamentos para reducir la inflamación y el dolor.
Fumar es un factor de riesgo conocido para desarrollar artritis reumatoide y para empeorar los síntomas, así que, si una persona deja de fumar, puede mejorar su pronóstico a largo plazo.
Ejercitar las articulaciones del tobillo
Mantener las articulaciones de los tobillos en movimiento durante el día puede mejorar la flexibilidad y el rango de movimiento en el área.
Los ejercicios pueden diseñarse para asegurarse de que los tobillos permanezcan en movimiento, pero sin agregar demasiada tensión y causar daños adicionales.
Fortalecer los músculos alrededor de las articulaciones también puede reducir más los daños al proporcionar apoyo adicional.
Las personas pueden tratar ejercicios específicos que estiren y fortalezcan las articulaciones de los tobillos para reducir el dolor, rigidez y la inflamación, incluyendo:
- ejercicios para fortalecer el pie y los músculos del tobillo para aliviar la presión en las articulaciones
- estiramientos para aliviar la rigidez en el tejido alrededor de los tobillos
Los fisioterapeutas pueden crear planes de ejercicios especialmente para una persona. Las personas necesitarán determinar qué ejercicios son los mejores para sus necesidades.
Cambios en el estilo de vida
Es posible que, en algunos casos, las personas necesiten abandonar o limitar las actividades que ponen demasiada tensión sobre los tobillos.
Al caminar, una persona puede necesitar usar equipo que ofrezca apoyo, como un bastón o andador, para limitar el impacto en los tobillos. Los zapatos ortopédicos también pueden ser beneficiosos.
Mantener un peso saludable puede ayudar a reducir la molestia. Tener sobrepeso puede poner presión adicional en las articulaciones del tobillo. El médico puede recomendar una dieta saludable y antiinflamatoria o una nueva rutina de ejercicios.
Medicamentos
Reducir la inflamación es determinante para permitir que una persona limite la inflamación en sus tobillos y controle su dolor.
Los siguientes medicamentos pueden ayudar con los síntomas de la artritis reumatoide y pueden reducir el daño a largo plazo en las articulaciones:
- analgésicos para controlar los molestos síntomas
- medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para reducir la inflamación
- fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FARME)
- medicamentos biológicos
Controlar la inflamación puede ayudar a restablecer la movilidad en el tobillo y otras articulaciones. Si la artritis reumatoide ha causado daños permanentes a la articulación del tobillo, el medicamento no lo revertirá, pero puede ayudar con el dolor, evitando más daños y mejorando la calidad de vida.
Los médicos también pueden usar inyecciones de corticosteroides en el tobillo para reducir rápidamente la inflamación grave para evitar daños y reducir el dolor.
Las personas deberían considerar que pueden tener más probabilidades de contraer infecciones si toman FARME y medicamentos biológicos, ya que estos pueden suprimir el sistema inmunitario.
Cirugía
Las personas que tienen formas avanzadas de artritis reumatoide o no responden lo suficiente al tratamiento pueden requerir cirugía.
Lo que ofrezcan los cirujanos dependerá del tipo de artritis y el alcance del daño. Algunas cirugías involucran fusión de partes óseas en el tobillo para evitar que froten y causen inflamación y dolor.
La cirugía de reemplazo de tobillo puede ser una opción para reducir el dolor de una persona y restaurar la movilidad de su tobillo en casos más graves, por ejemplo, si la fusión no ha sido efectiva.
La artritis reumatoide es una afección crónica. Los síntomas usualmente empiezan leves, pero pueden progresar para producir molestia significativa y problemas de movilidad. Cuando la artritis reumatoide afecta los tobillos, puede limitar la capacidad de estar de pie o caminar adecuadamente.
Sin embargo, hay disponible una diversidad de tratamientos efectivos y una combinación de tratamientos para ayudar a mejorar la calidad de vida de una persona durante los episodios.
Última revisión médica realizada el 11 de septiembre de 2018.