El VIH es un virus que aborda y altera el sistema inmunológico, por lo que se incrementa el riesgo de aparición e impacto de otras infecciones y enfermedades. Sin tratamiento, podría progresar a una etapa avanzada de la enfermedad llamada SIDA.

Sin embargo, los avances modernos de los tratamientos han conseguido que las personas con VIH en países que poseen un buen acceso a la atención sanitaria no lleguen a desarrollar SIDA si reciben terapia.

Actualmente, la esperanza de vida de una paciente que porta el virus del VIH se asemeja a la de una persona que no lo posee, siempre y cuando se sometan a una serie de medicamentos que tratan la enfermedad de forma continuada, es decir, a una terapia antirretroviral (TARV).

Un estudio de Kaiser Permanente (consorcio estadounidense de atención administrada e integrada) realizado en 2016 demostró que, durante 1996 y 2016, la brecha en la esperanza de vida entre las personas VIH positivas y negativas oscilaba entre los 44 y los 12 años.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también afirma que una persona que vive con VIH puede tener una gran calidad de vida con tratamiento y que 20,9 millones de personas de todo el mundo recibieron TARV a mediados de 2017.

En este artículo, vamos a explicar la definición de VIH y SIDA, los síntomas, causas y tratamientos.

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Aunque el VIH es una enfermedad de consecuencias irreversibles, la persona que lo padezca puede vivir una vida larga y plena.

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca a las células inmunes llamadas CD4, un tipo de célula T.

Se trata de glóbulos blancos que se desplazan por todo el cuerpo, detectan los defectos y las anomalías de las células, así como las infecciones. Cuando el VIH aborda y se infiltra en ellas, reduce la capacidad corporal para combatir otras enfermedades.

Por tanto, se incrementa el riesgo de aparición e impacto de las infecciones oportunistas, así como del surgimiento de cánceres. Sin embargo, una persona puede portar el VIH sin experimentar síntomas durante una larga temporada.

El VIH es una infección para toda la vida. Sin embargo, si se recibe tratamiento y se gestiona la enfermedad con eficacia, se puede evitar que el VIH alcance un nivel grave y se puede reducir el riesgo de que el paciente fallezca a causa del mismo.

El SIDA es la etapa más avanzada de la infección por VIH. Una vez que dicha enfermedad deriva en SIDA, las infecciones y el cáncer representan un riesgo mucho mayor.

Sin tratamiento, es muy probable que la infección por VIH evolucione en SIDA, ya que el sistema inmunológico se debilita de forma gradual. Sin embargo, los avances en TARV han conseguido que el número de personas que alcanzan dicha etapa sea cada vez menor.

A finales de 2015, alrededor de unas 1.122.900 personas eran VIH positivas. En comparación, cifras de 2016 demostraron que los profesionales médicos diagnosticaron SIDA a unas 18.160 personas.

Las personas transmiten el VIH mediante los fluidos corporales, entre los que se incluyen:

  • Sangre
  • Semen
  • Secreciones vaginales
  • Fluidos anales
  • Leche materna

En Estados Unidos, las principales causas de dicha transmisión de fluidos son:

  • Las relaciones sexuales anales o vaginales con una persona portadora de VIH, siempre que no use preservativo o una profilaxis preexposición (medicamento para prevenir el VIH destinado a personas que poseen un alto riesgo de infección).
  • El intercambio de objetos destinados a la inyección de drogas ilegales, hormonas y esteroides con una persona que posea VIH.

Una mujer que posea VIH y esté embarazada o haya dado a luz recientemente podría transmitir la enfermedad al niño durante el embarazo, el parto o la lactancia.

El riesgo en la transmisión de VIH a través de las transfusiones de sangre es extremadamente bajo en países que tienen procedimientos efectivos de detección para las donaciones.

Indetectable = Intransmisible

Para transmitir el VIH, estos fluidos deben contener suficiente carga viral. Si una persona posee VIH indetectable, no podrá transmitirlo a otra, incluso aunque se produzca una transferencia de fluidos.

Cuando la cantidad de VIH en el cuerpo es tan baja que un análisis de sangre no puede detectarlo, estamos ante un VIH indetectable. Las personas podrían conseguir niveles indetectables de VIH siempre que sigan el plan del tratamiento prescrito.

Es importante confirmar y controlar de forma regular el estado indetectable del virus mediante un análisis de sangre, ya que esto no significa que la persona ya no tenga el virus. El VIH indetectable depende de que el paciente se adhiera al tratamiento, así como de la efectividad del mismo.

Desarrollo del SIDA

El riesgo de que el VIH evolucione en SIDA varía mucho entre los individuos y depende de muchos factores, entre los que se incluyen:

  • La edad del individuo
  • La capacidad corporal para defenderse contra el VIH
  • El acceso a una atención sanitaria de alta calidad
  • La presencia de otras infecciones
  • La resistencia, que depende de la predisposición genética del individuo a ciertas cadenas de VIH
  • Las cadenas de VIH resistentes a las drogas

Por lo general, las infecciones debido a otras bacterias, virus, hongos o parásitos causan los síntomas más graves del VIH.

Estas enfermedades tienden a progresar de forma más rápida en las personas que poseen VIH más que en los individuos con sistemas inmunológicos fuertes. Un funcionamiento correcto del mismo podría proteger al cuerpo contra los efectos más avanzados de las infecciones y el VIH altera este proceso.

Primeros síntomas de la infección por VIH

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Los sudores representan uno de los primeros síntomas del VIH, pero muchas personas no son conscientes de que llevan años padeciendo esta enfermedad.

Algunas personas con VIH no presentan síntomas hasta que han transcurrido meses o incluso años después de contraer el virus.

Sin embargo, alrededor del 80 por ciento de las personas podrían desarrollar una serie de síntomas similares a los de la gripe, conocidos como síndrome retroviral agudo, que aparece alrededor de 2-6 semanas después de que el virus ingrese en el cuerpo.

Los primeros síntomas de la infección por VIH podrían incluir:

  • Fiebre
  • Escalofríos
  • Dolor articular
  • Dolores musculares
  • Inflamación de la garganta
  • Sudores, sobre todo, por la noche
  • Agrandamiento de las glándulas
  • Una erupción rojiza
  • Cansancio
  • Debilidad
  • Pérdida de peso de forma involuntaria
  • Candidiasis

Estos síntomas también podrían aparecen debido a que el sistema inmunológico está luchando con varios tipos de virus.

Sin embargo, las personas que experimentan muchos de estos síntomas y tienen cualquier sospecha de que han contraído el VIH durante las últimas semanas, deberían realizarse un análisis.

Infección asintomática por VIH

En muchos casos, después de los síntomas del síndrome retroviral agudo, los síntomas no aparecen en muchos años.

Durante este tiempo, el virus continúa desarrollándose y causando daño en los órganos y el sistema inmunológico. Sin medicación que evite la reproducción del virus, este proceso lento puede continuar durante una media de 10 años.

Una persona que padece VIH no suele experimentar síntomas, se siente bien y parece saludable.

Si cumple estrictamente con un plan de la TARV, podrá alterar esta fase y suprimir el virus completamente. Si toma medicamentos antirretrovirales efectivos durante toda su vida, podrá detener el daño continuo que le produce al sistema inmunológico.

Etapa avanzada de la infección por VIH

Sin medicación, el VIH debilita la capacidad para luchar contra la infección. La persona se vuelve vulnerable a enfermedades graves. Esta fase se conoce como SIDA o VIH fase 3.

Los síntomas de esta última fase puede incluir:

  • Visión borrosa
  • Diarrea, que suele ser persistente o crónica
  • Tos seca
  • Fiebre de hasta 100 ºF (37 ºC) durante semanas
  • Sudores nocturnos
  • Cansancio permanente
  • Dificultad para respirar (disnea)
  • Inflamación de las glándulas durante semanas
  • Pérdida de peso involuntaria
  • Manchas blancas en la lengua o la boca

Durante la etapa avanzada de la infección por VIH, el riesgo de desarrollar una enfermedad mortal incrementa de forma considerable. Una persona que se encuentre en esta fase puede controlar, prevenir y tratar las enfermedades graves mediante la ingesta de otros medicamentos, junto con el tratamiento del VIH.

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La toxoplasmosis, enfermedad que podemos encontrar en los gatos y en las heces de los animales, es una infección oportunista muy peligrosa para las personas que tienen SIDA.

En la actualidad, el tratamiento por VIH suele ser bastante efectivo para mantener muchas infecciones bajo control.

Al reducir la actividad del sistema inmunológico en la etapa avanzada del VIH, se reduce la capacidad del cuerpo para combatir una variedad de infecciones, enfermedades y cánceres. Las infecciones que causaban problemas poco graves antes de desarrollar SIDA podrían suponer una grave riesgo para la salud una vez que la enfermedad haya debilitado el sistema inmunológico.

Los profesionales médicos denominan infecciones oportunistas (IO) a este tipo de enfermedades. Una vez que cualquiera de ellas aparezca, el médico diagnosticará SIDA.

Entre ellas, podemos encontrar:

Candidiasis en los bronquios, tráquea, esófago y pulmones: Como una infección micótica que aparece normalmente en la piel y las uñas, suele causar graves problemas en el esófago y en el tracto respiratorio inferior, sobre todo, en las personas con SIDA.

Cáncer de cuello uterino invasivo: Este tipo de cáncer empieza en el cuello uterino y se expande por otras zonas del cuerpo. Las revisiones regulares con un equipo de atención oncológica pueden ayudar a prevenirlo o a limitar su expansión.

Coccidioidomicosis: Las personas suelen denominar fiebre del valle a este tipo de enfermedad que aparece en los individuos sanos. La inhalación del hongo Coccidioides immitis es el responsable de esta infección.

Criptococosis: El Cryptococcus neoformans es un hongo que puede infectar a cualquier parte del cuerpo, pero la mayoría de las veces suele introducirse en los pulmones para provocar una neumonía o una inflamación en el cerebro.

Criptosporidiosis: El parásito protozoario Cryptosporidium provoca esta infección que deriva en cólicos abdominales intensos y diarrea acuosa.

Citomegalovirus (CMV):El CMV puede provocar una variedad de enfermedades en el cuerpo, como la neumonía, la gastroenteritis y la encefalitis (infección del cerebro). Sin embargo, la retinitis por citomegalovirus (CMV) causa una importante preocupación en las personas que se encuentran en la fase avanzada del VIH. Puede infectar a la retina en la parte posterior del ojo, lo que elimina la vista de forma permanente. Dicha enfermedad representa una urgencia médica.

Encefalopatía relacionada con el VIH: Una infección aguda o crónica por VIH puede provocar esta enfermedad cerebral. Aunque los médicos no entienden completamente la causa, creen que está relacionada con una inflamación cerebral posterior a la infección.

Virus del herpes simple (VHS): Este virus, que se suele transmitir mediante las relaciones sexuales o en el parto, es muy común y, a veces, provoca problemas de salud o recurrencias autolimitadas en las personas con sistemas inmunológicos sanos. Sin embargo, se puede reactivar en los pacientes con VIH, lo que provoca úlceras dolorosas alrededor de la boca, en los genitales y en el ano, las cuales son difíciles de curar. Las úlceras, más que un diagnóstico del herpes, suelen ser un indicador de SIDA. El VHS también puede infectar al tracto respiratorio, los pulmones o el esófago en las personas con SIDA.

Histoplasmosis: El hongo Histoplasma capsulatum provoca síntomas muy graves similares a los de la neumonía en las personas con VIH avanzado. Esta enfermedad puede convertirse en una histoplasmosis diseminada y progresiva y puede impactar en los órganos exteriores del sistema respiratorio.

Isosporiasis intestinal crónica: El parásito Isospora belli puede infectar al cuerpo mediante la comida y el agua contaminados, lo que provoca diarrea, fiebre, vómitos, pérdida de peso, cefaleas y dolor abdominal.

Sarcoma de Kaposi (SK): El sarcoma de Kaposi (SK), también conocido como herpes virus humano 8 (HHV-8), provoca un cáncer que deriva en el crecimiento de vasos sanguíneos anómalos en cualquier lugar del cuerpo. Si el SK alcanza a los órganos, como los intestinos o los nodos linfáticos, puede ser muy peligroso. El SK aparece como unas manchas rosas o moradas en la superficie de la piel. Pueden ser planos o abultados.

Linfoma: Se denomina linfoma al cáncer de los nodos linfáticos y de los tejidos linfoides. Existe una gran variedad de linfomas. Sin embargo, el de Hodgkin y el no hodgkidiano están muy relacionados con la infección por VIH.

Tuberculosis (TB): La bacteria Mycobacterium tuberculosis es la responsable de esta enfermedad y puede transmitirse mediante las gotitas de saliva si una persona con TB activa estornuda, tose o habla. La TB provoca una infección grave en el pulmón, así como pérdida de peso, fiebre y cansancio. También puede infectar al cerebro, los nodos linfáticos, los huesos o los riñones.

Micobacterias, como el grupo Mycobacterium avium y la Mycobacterium kansasii: Estas bacterias aparecen de forma natural en el ambiente y constituyen algunos problemas a las personas con sistemas inmunológicos de buen funcionamiento. Sin embargo, pueden expandirse por todo el cuerpo y causar problemas de salud mortales en los individuos con VIH, sobre todo, si se encuentran en las etapas avanzadas.

Neumonía por Pneumocystis jirovecii (PCP): Un hongo llamado Pneumocystis jirovecii provoca disnea, tos seca y fiebre alta en las personas con sistemas inmunológicos débiles, sobre todo, en aquellas con VIH.

Neumonía recurrente: Existen diferentes infecciones que pueden provocar neumonía, pero la bacteria llamada Streptococcus pneumoniae es una de las más peligrosas para las personas con VIH. Existen vacunas a disposición de los pacientes para tratar dicha bacteria, de hecho, cualquier persona con VIH debería recibirla.

Encefalopatía multifocal progresiva (LMP): El virus John Cunningham (JC) aparece en una gran número de personas y, normalmente, permanece inactivo en los riñones. Sin embargo, en los individuos con sistemas inmunológicos débiles, debido al VIH o a los medicamentos, al igual que aquellos con esclerosis múltiple (EM), el virus JC daña el cerebro. Esto deriva en una enfermedad peligrosa llamada leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP). Puede ser mortal y causar parálisis o problemas cognitivos.

Septicemia causada por Salmonella recurrente: Este tipo de bacteria suele introducirse en el cuerpo mediante comida y agua contaminadas, circula por todo el organismo y ataca al sistema inmunológico. Esto provoca náuseas, diarrea y vómitos.

Toxoplasmosis (toxo): El Toxoplasma gondii es un parásito que habita en los animales de sangre caliente, como los gatos y los roedores, y sale del cuerpo a través de las heces. Los humanos contraen las enfermedades mediante la inhalación de humo contaminado o mediante la ingesta de alimentos contaminados, aunque también se puede encontrar en algunos tipos de carne para la venta al público. El T. gondii provoca infección grave en los pulmones, retina, corazón, hígado, páncreas, cerebro, testículos y colon. Tenga en cuenta que debe llevar guantes de protección mientras le limpia el arenero al gato y lavarse minuciosamente las manos al finalizar.

Emaciación: Aparece cuando una persona pierde el 10 por ciento de la masa muscular de forma involuntaria a causa de sufrir diarrea, debilidad o fiebre. Parte de la pérdida de peso también puede conllevar a la pérdida de grasa.

Prevención

La prevención de las IO es clave para aumentar la esperanza de vida en la etapa avanzada del VIH. Además de la gestión de la carga viral con medicamentos, el individuo debe tomar precauciones y seguir los siguientes consejos:

  • Use condones para prevenir otras ITS.
  • Vacúnese contra las infecciones oportunistas potenciales. Converse al respecto con su doctor de atención primaria.
  • Conozca los gérmenes que existen en el ambiente y que pueden provocar IO. Un gato como mascota, por ejemplo, podría suponer una fuente de toxoplasmosis. Limite la exposición y tome precauciones, como la utilización de guantes protectores mientras limpia el arenero.
  • Evite alimentos que puedan estar contaminados, como los huevos poco cocidos, los zumos de frutas con leche sin pasteurizar o los brotes de semillas crudas.
  • No beba agua directamente de un lago, río o del grifo en algunos países extranjeros. Beba agua embotelladas o use filtros.
  • Pregúntele al médico sobre el trabajo, la casa y las actividades de ocio que puede realizar para limitar la exposición a IO potenciales.

Los medicamentos antibióticos, antifúngicos y antiparasitarios pueden ayudar a tratar una IO.

Existen y circulan muchos conceptos erróneos sobre el VIH que son perjudiciales y estigmatizantes para las personas portadoras del virus.

A continuación, presentamos algunas de las acciones mediante las cuales no se puede transmitir el virus:

  • Estrechar la mano
  • Abrazar
  • Besar
  • Estornudar
  • Tocar la piel intacta
  • Usar la misma toalla
  • Compartir la toalla
  • Compartir cubiertos
  • Hacer el boca a boca u otras formas de contacto ocasional
  • Exponerse a la saliva, las lágrimas y la orina de una persona con VIH

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que 1 de cada 7 americanos VIH positivos desconoce el estado de su VIH.

El conocimiento del estado es vital para comenzar un tratamiento y prevenir el desarrollo de más complicaciones graves en el sistema inmunológico y de las infecciones sucesivas.

Análisis de sangre y resultados del VIH

Un médico puede examinar el VIH mediante un análisis de sangre específico. Un resultado positivo significa que han detectado el anticuerpo del VIH en el torrente sanguíneo. La sangre se vuelve a analizar antes de dar un resultado positivo.

Tras una posible exposición al virus, la realización de un análisis y diagnóstico temprano es crucial y mejora de forma considerable las oportunidades de que el tratamiento sea exitoso. También existen equipos para realizar el análisis en casa.

El VIH podría tardar entre 3 y 6 meses en aparecer en los análisis, por lo que se tendrá que volver a analizar la sangre para obtener un diagnóstico definitivo. Las personas con riesgo de infección en los últimos 6 meses pueden realizarse un análisis de inmediato. Normalmente, el médico que se lo realice, le recomendará repetirlo después de unas semanas.

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El seguimiento de un tratamiento antirretroviral puede reducir el VIH a una carga viral indetectable.

Actualmente, no existe ninguna cura disponible para el VIH o el SIDA.

Sin embargo, los tratamientos pueden detener el avance de la enfermedad y permitir que la mayoría de las personas con VIH tengan la oportunidad de vivir una vida relativamente larga y saludable.

El inicio de una TARV al inicio del virus es crucial. Esto mejora la calidad y aumenta la esperanza de vida, además de reducir el riesgo de transmisión, según las directrices de la OMS que presentó en junio de 2013.

Los tratamientos más efectivos y mejor tolerados han evolucionado tanto que pueden mejorar la salud general y la calidad de vida con la simple ingesta de una pastilla al día.

Una persona con VIH puede reducir la carga viral a tal grado que dejará de ser detectable en el análisis de sangre. Tras evaluar una gran cantidad de estudios, los CDC concluyeron que los individuos que no presentan una carga viral detectable “no sufren el riesgo de transmitir el virus mediante relaciones sexuales a un compañero VIH negativo”.

Los médicos utilizan la siguiente fórmula para denominar a esta explicación: Indetectable = Intransmisible (I=I).

Pastillas de urgencia o tratamiento profilaxis post-exposición para el VIH

Si un individuo cree que ha estado expuesto al virus en los últimos 3 días, los medicamentos contra el VIH, llamados tratamiento profilaxis post-exposición (TPP) podrían detener la infección. Tome el TPP tan pronto como sea posible tras el posible contacto con el virus.

El TPP es un tratamiento que dura un total de 28 días, además, los médicos continuarán controlando el VIH tras la finalización del mismo.

Medicamentos antirretrovirales

El tratamiento contra el VIH implica tomar medicamentos antirretrovirales que luchen contra la infección y ralentice la expansión del virus por el cuerpo. Normalmente, las personas con VIH ingieren una combinación de medicamentos llamados terapia anti-retroviral altamente activa (HAART) o una mezcla de la TARV.

Existe un gran número de subgrupos para los antiretrovirales, como:

Inhibidores de la proteasa

La proteasa es una enzima que necesita el VIH para reproducirse. Estos medicamentos inhiben la acción de la misma, por lo que evitan que se reproduzca.

Entre ellos, encontramos:

  • Atazanavir/cobicistat (Evotaz)
  • Lopinavir/ritonavir (Kaletra)
  • Darunavir/cobicistat (Prezcobix)

Inhibidores de la integrasa

El VIH necesita a la integrasa, otra enzima, para infectar a las células T. Este tipo de medicamento cumple el objetivo de bloquear a la enzima. Suelen ser los tratamientos más recomendados debido a su eficacia y a los pocos efectos secundarios que poseen.

Entre los inhibidores de la integrasa, encontramos:

  • Elvitegravir (Vitekta)
  • Dolutegravir (Tivicay)
  • Raltegravir (Isentress)

Inhibidores nucleótidos de la transcriptasa reversa (INTR)

Estos medicamentos, también conocidos como “armas nucleares” interfieren con el VIH, cuando intentan reproducirse.

Esta clase de medicamentos incluyen:

  • Abacavir (Ziagen)
  • Lamivudine/zidovudine (Combivir)
  • Emtricitabine (Emtriva)
  • Tenofovir disoproxil (Viread)

Inhibidores de transcriptasa inversa no nucleótidos (ITIN)

El trabajo que realizan los ITIN es muy similar al de los INTR, lo que complica la tarea de reproducción del VIH.

Antagonistas del receptor de quimiocina

Estos medicamentos bloquean el VIH, evitando que se introduzcan en las células. Sin embargo, los médicos de Estados Unidos no suelen recetarlos, ya que existen otros fármacos más efectivos.

Inhibidores de entrada

Los inhibidores de entrada evitan que el VIH se introduzca en las células T. Sin acceso a estas células, el VIH no puede reproducirse. Al igual que los antagonistas del receptor de quimiocina, no son muy frecuentes en Estados Unidos.

Normalmente, se suelen tomar junto a una combinación de estos medicamentos para suprimir el VIH.

El equipo médico adaptará la combinación exacta de medicamentos que debe ingerir cada individuo. El tratamiento contra el VIH suele ser permanente, para toda la vida y administrado mediante dosis rutinarias. Una persona con VIH debe tomar las pastillas de forma regular. Cada tipo de TARV tiene efectos secundarios diferentes, pero los más comunes son:

  • Náuseas
  • Fatiga
  • Diarrea
  • Cefalea
  • Erupciones cutáneas

Medicina complementaria y alternativa

Aunque muchas personas con VIH intentan complementar y alternar remedios herbarios, no existe ninguna evidencia que confirme su eficacia.

Según algunos estudios pequeños, los suplementos de vitamina o minerales podrían proporcionar algunos beneficios en la salud general. Es importante hablar sobre estas opciones con el médico o farmacéutico, ya que, incluso los suplementos vitamínicos podrían interactuar con las TARV.

Para evitar contraer el VIH, los profesionales sanitarios aconsejan seguir una serie de precauciones como las siguientes:

Relaciones sexuales con preservativo o profilaxis preexposición: Si tiene relaciones sexuales sin preservativo u otras medidas de prevención, como la profilaxis preexposición, puede incrementar de forma drástica el riesgo de transmisión del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Utilice preservativos o profilaxis preexposición cada vez que mantenga relaciones sexuales con una persona que no sea su pareja de confianza.

Inyección de drogas y uso compartido de jeringuillas: Las drogas intravenosas son el factor clave para la transmisión del VIH en los países desarrollados. El uso compartido de las jeringuillas y otros objetos relacionados con las drogas pueden exponer a los usuarios ante el VIH y otros virus, como la hepatitis C.

Algunas estrategias de carácter social, como los programas de intercambio de jeringuillas, pueden ayudar a reducir las infecciones como resultado del abuso de drogas. La recuperación de un trastorno por uso de sustancias puede mejorar la salud y la calidad de vida por muchas razones, además de reducir de forma drástica la potencial exposición al VIH.

Las personas que usan jeringuillas para la administración de medicamentos, deberían usar una limpia, nueva y no compartida.

Exposición a los fluidos corporales: Una persona puede limitar su posible exposición al VIH mediante una serie de precauciones para reducir el riesgo de exponerse a la sangre contaminada.

Los médicos deberían usar guantes, máscaras, gafas de protección, protectores y batas en situaciones en las que es probable que exista una exposición a los fluidos corporales.

Es necesario lavarse la piel de forma frecuente e inmediatamente después de entrar en contacto con la sangre u otros fluidos corporales para poder reducir el riesgo de infección. Los médicos deberían seguir una serie de procedimientos conocidos como precauciones universales para evitar la transmisión.

Embarazo: Algunos antirretrovirales podrían dañar al feto durante el embarazo.

Sin embargo, un tratamiento bien planificado y efectivo puede evitar que la madre transmita el VIH al feto. Es muy posible que se deba realizar un parto mediante cesárea.

Las mujeres embarazadas con VIH también podrían transmitir el virus mediante la leche materna. Sin embargo, la ingesta regular de los medicamentos reduce bastante el riesgo de hacerlo.

Hable de todas las opciones con su médico.

Educación: Enseñar a las personas todos los factores de riesgo es vital para equiparlos con las herramientas necesarias y evitar la exposición al VIH.

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Una persona con VIH puede vivir una vida plena y activa, siempre y cuando lleve a cabo el tratamiento recetado.

Debido al riesgo añadido de tener otras infecciones y enfermedades, las personas con VIH tienen que realizar modificaciones en sus estilos de vida para adaptarse a su sistema inmunológico más débil.

Cumplimiento del tratamiento: Tomar la medicación para el VIH, tal y como la ha recetado el médico, es absolutamente esencial para un tratamiento efectivo. Si deja de tomar algunas dosis, podría ponerlo en peligro.

Programe una rutina diaria y metódica para ajustarse a un plan de tratamiento que se adapte a cualquier estilo de vida y planificación. Estos variarán dependiendo de cada persona.

Los medicamentos para tratar el VIH pueden provocar graves efectos secundarios que pueden conseguir que las personas abandonen el tratamiento.

Si los efectos secundarios se vuelven muy graves, hable con su médico antes de detener la medicación. Ellos pueden realizar cambios en el plan para mejorar la tolerancia a los fármacos.

Salud general: Seguir unas pautas para evitar enfermedades y otras infecciones es clave. Las personas con VIH deberían mejorar su salud mediante el ejercicio, una dieta equilibrada y nutritiva, así como el abandono del consumo de drogas, incluyendo el tabaco.

Precauciones adicionales: Las personas con VIH deberían tomar precauciones adicionales para evitar cualquier exposición a una infección, sobre todo si se encuentran alrededor de animales. Evite el contacto con las heces y los residuos de las mascotas.

Los médicos también recomiendan un lavado de manos de forma regular y meticulosa. Los antirretrovirales reducen la necesidad de tomar estas precauciones.

Contacto regular con médicos: El VIH es una enfermedad de por vida, por lo que el contacto regular con los médicos es importante para actualizar el tratamiento con el avance de la edad u otras enfermedades. El equipo médico revisará y ajustará de forma regular el tratamiento según las necesidades.

Efectos psicológicos: Los frecuentes conceptos erróneos sobre el SIDA y el VIH están disminuyendo a medida que aumenta la comprensión de la enfermedad.

Sin embargo, el estigma alrededor de la enfermedad continúa en muchas partes del mundo. Las personas con VIH pueden sentirse excluidas, perseguidas y aisladas.

Un diagnóstico de VIH puede ser angustioso y provocar sentimientos de ansiedad o depresión. Si se siente ansioso o tiene síntomas de depresión, busque ayuda médica inmediatamente.

El VIH es una enfermedad no comprendida y potencialmente peligrosa que reduce la efectividad del sistema inmunológico para combatir otras infecciones.

Los avances en la medicina moderna para las personas con VIH han conseguido que puedan tener una esperanza y calidad de vida normal. Un individuo que reciba terapia antirretroviral tiene que cumplir de forma estricta el plan de tratamiento para obtener buenos resultados.

El VIH se transmite a través de los fluidos corporales, como el semen, las secreciones vaginales durante el sexo o la sangre. En Estados Unidos, el VIH más frecuente se transmite mediante intercambios sexuales sin preservativo o profilaxis preexposición y el uso compartido de jeringuillas cuando se inyectan drogas.

Sin embargo, si una persona tiene una carga viral no indetectable en un análisis, no puede transmitir el virus a otra persona.

Si el VIH progresa, por ejemplo en situaciones donde una persona no es consciente de su estado o no recibe tratamiento, puede progresar a una etapa avanzada conocida como SIDA.

El SIDA puede dar paso a un rango de infecciones conocidas como infecciones oportunistas que representan un grave riesgo para la salud. Algunas son representaciones extremas y prolongadas de infecciones que normalmente se resolverían rápidamente en una persona con un sistema inmunológico sano.

Otras pueden aparecer debido a los microbios que surgen de forma natural en el ambiente y que normalmente no causarían una infección como tal.

Una persona con SIDA puede revertir la enfermedad al VIH mediante el cumplimiento de su tratamiento.

Traducido por Carmen María González Morales

Revisado por Brenda Carreras

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