La esclerosis múltiple es una enfermedad compleja que afecta el sistema nervioso central. Hay cuatro tipos principales de esclerosis múltiple, que difieren en su progresión y pronóstico.

Conocer los tipos de esclerosis múltiple puede ayudar a una persona a comprender mejor la afección y sus posibles opciones de tratamiento.

Los síntomas de la esclerosis múltiple se producen como consecuencia de que el sistema inmunitario del organismo ataca por error las fibras nerviosas y la vaina de mielina protectora que las rodea. Este daño modifica las señales que los nervios envían al cuerpo, y puede provocar cicatrices en el cerebro y la médula espinal.

En este artículo, conoce más sobre los tipos de esclerosis múltiple, algunas opciones de tratamiento y los pronósticos para las personas que padecen esta enfermedad.

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Hay cuatro tipos principales de esclerosis múltiple. En las siguientes secciones se examina cada uno de ellos con más detalle.

1. Síndrome clínicamente aislado

El síndrome clínicamente aislado (SCA) suele ser el primer episodio de síntomas de esclerosis múltiple que experimenta una persona. Es el resultado de la inflamación y el daño de la vaina de mielina. Los médicos solo definirán el episodio como SCA si dura al menos un día.

En algunos casos, una persona puede experimentar SCA y no tener esclerosis múltiple. Para diagnosticar esclerosis múltiple, el médico utilizará una resonancia magnética para buscar lesiones activas o pruebas de lesiones pasadas en el cerebro de una persona.

En las personas que acaban recibiendo un diagnóstico de esclerosis múltiple, el tratamiento temprano del SCA puede ayudar a demorar la aparición completa de la afección.

2. Esclerosis múltiple recurrente-remitente

Cerca del 85 por ciento de las personas con esclerosis múltiple tienen esclerosis múltiple recurrente-remitente (EMRR). Una persona suele experimentar las primeras señales de esta etapa a los 20 a 30 años.

Una persona con EMRR experimentará episodios de síntomas nuevos o que empeoran. Después de cada episodio, tendrá un período prolongado durante el cual sus síntomas mejoran o desaparecen hasta la siguiente recaída. Sin embargo, en algunos casos los síntomas se vuelven permanentes y solo mejoran ligeramente durante la remisión.

A menudo, aparecen nuevas lesiones en el cerebro después de una recaída. Sin embargo, también pueden aparecer sin causar ningún síntoma aparente.

La gravedad de los síntomas puede variar en función de la extensión y la localización del daño nervioso. El tiempo de remisión puede variar desde una semana hasta muchos años.

Durante la fase de remisión, la enfermedad no mostrará señales de progresión.

3. Esclerosis múltiple primaria progresiva

La esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP) es menos frecuente que la EMRR. Este tipo de esclerosis múltiple se da con mayor frecuencia después de los 40 años.

Las personas con EMPP tienen síntomas que empeoran gradualmente con el tiempo. Probablemente no tienen episodios o una aparición repentina de los síntomas, pero tienden a experimentarlos a lo largo de su vida sin que se recuperen o remitan.

Una persona debe experimentar síntomas que empeoran en el transcurso de un año para que un médico diagnostique EMPP. La gravedad de estos síntomas puede variar.

Debido a la naturaleza progresiva de la afección, algunos tratamientos que son eficaces para tratar la EMRR son menos eficaces para tratar la EMPP.

4. Esclerosis múltiple secundaria progresiva

Después de que una persona haya convivido con la EMRR, la afección puede acabar evolucionando hacia la esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP).

Cuando esto ocurre, los síntomas se agravan gradualmente sin que se distinga entre episodios y períodos de remisión.

Para recibir un diagnóstico de EMSP, una persona tendrá que haber experimentado un deterioro de los síntomas, sin recaídas, durante más de 6 meses.

La EMSP se diferencia de la EMPP en que se vuelve progresiva tras períodos de recaída y remisión. La EMPP es progresiva desde su inicio.

Los médicos también pueden clasificar la actividad de la esclerosis múltiple para ayudar a las personas a entender cómo afecta la afección al organismo. Estas clasificaciones incluyen:

  • Activa: Se trata de un tiempo que incluye episodios y nuevas pruebas de que la afección está progresando.
  • No activa: Se trata de un período en el que la afección es estable, y no hay indicios aparentes de que esté progresando.
  • Empeoramiento: Describe un aumento confirmado y notable de la discapacidad de una persona tras una recaída.
  • Sin empeoramiento: Se refiere a cuando una persona experimenta una recaída, pero no muestra señales nuevas o empeoradas de discapacidad.

Las personas con EMPP o EMPS pueden experimentar síntomas activos o inactivos que son independientes de la progresión general de la esclerosis múltiple. Esto puede incluir experimentar períodos de síntomas activos sin ninguna progresión de la afección, o experimentar pocos síntomas mientras que el curso general de la afección empeora.

La progresión de la esclerosis múltiple varía de una persona a otra.

Las personas con EMRR pueden encontrar que sus síntomas empeoran gradualmente con cada episodio. En algunos casos, pueden mejorar durante meses o años. En otros casos, los síntomas pueden permanecer después de un episodio, y empeorar.

Después de padecer EMRR, la mayoría de las personas que no reciben tratamiento evolucionan a EMSP. Los síntomas suelen empeorar con el tiempo, y la persona puede dejar de experimentar ciclos de recaídas y remisiones.

En raras ocasiones, la afección progresa hasta convertirse en una esclerosis múltiple avanzada. Esto se presentará con síntomas cada vez más graves, como debilidad muscular, pérdida de movilidad y, en algunos casos, dificultades cognitivas graves.

Una persona con esclerosis múltiple avanzada también puede perder su independencia física y necesitar cuidados continuos.

La EM afecta a cada persona de forma diferente, por lo que los síntomas pueden ser imprevisibles.

Los síntomas de esclerosis múltiple pueden incluir:

  • fatiga
  • sensación de hormigueo o ardor en el cuerpo
  • problemas de visión, como visión borrosa o pérdida de la vista
  • problemas de atención y memoria
  • mareos o vértigo
  • dificultad para caminar

También pueden aparecer síntomas menos comunes, como:

  • problemas de lenguaje
  • temblores corporales
  • convulsiones
  • pérdida auditiva
  • problemas respiratorios

Con el tiempo, estos síntomas pueden dar lugar a complicaciones secundarias, como la pérdida de densidad ósea, problemas de vejiga e intestinos y úlceras por presión.

Actualmente no hay cura para la esclerosis múltiple, pero los avances médicos han abierto nuevas vías de tratamiento. En las siguientes secciones se analizan con más detalle.

Medicación

El tratamiento de la esclerosis múltiple suele consistir en una terapia modificadora de la enfermedad, que puede reducir el número de recaídas que experimenta una persona y retardar la progresión de la esclerosis múltiple.

Algunos ejemplos son:

  • betainterferones, como Avonex y otros
  • glatiramer (Copaxone)
  • siponimod (Mayzent)
  • dimetilfumarato (Tecfidera)
  • alemtuzumab (Lemtrada)

Dado que la esclerosis múltiple y su progresión varían de una persona a otra, el médico adaptará el tratamiento a las necesidades individuales de cada persona.

El médico también puede recetar algo más para la esclerosis múltiple, incluyendo inyecciones de corticosteroides para aliviar la inflamación y los síntomas durante una recaída.

Además, el médico puede ofrecer un tratamiento para aliviar síntomas específicos, como:

  • espasmos musculares
  • problemas de vejiga e intestinales
  • depresión
  • fatiga

Terapia física

La fisioterapia puede ayudar a una persona a mantener y mejorar la fuerza física y la capacidad de funcionar en la vida cotidiana.

Las personas también pueden aprender a utilizar dispositivos de ayuda.

Intercambio de plasma

El intercambio de plasma puede ayudar a una persona a controlar los síntomas graves de un episodio de esclerosis múltiple si la medicación no ha resultado efectiva.

Consiste en sacar sangre del cuerpo, y extraer de ella sustancias que pueden ser perjudiciales. Luego, un médico devuelve la sangre tratada al cuerpo.

Esta opción puede ayudar a las personas con formas recidivantes de esclerosis múltiple.

Terapia complementaria

Algunas terapias complementarias también pueden ayudar a algunas personas a lidiar con sus síntomas. Estas opciones incluyen:

  • atención plena
  • yoga
  • tai chi
  • reflexología
  • acupuntura
  • pilates

Aunque estas prácticas no son remedios clínicamente probados, pueden ayudar a algunas personas con esclerosis múltiple a controlar sus síntomas, junto con un plan de tratamiento más amplio.

El ejercicio ligero regular también puede ayudar a mantener el cuerpo en movimiento. Es probable que un fisioterapeuta recomiende estiramientos después de un ejercicio ligero cada día para ayudar a mantener los músculos fuertes y flexibles.

Entender lo que se puede esperar de cada tipo de esclerosis múltiple puede ayudar a las personas a hacerse una mejor idea de la evolución de la afección a fin de buscar el mejor tratamiento.

El tratamiento implica el manejo de los síntomas y la desaceleración de la progresión de la condición. La investigación científica actual tiene como objetivo encontrar nuevas formas de tratar la esclerosis múltiple.

Además, seguir una dieta saludable, reducir los niveles de estrés y hacer ejercicio pueden ayudar a respaldar un plan de tratamiento de la esclerosis múltiple.

Por último, al trabajar directamente con un médico, muchas personas pueden encontrar un plan de tratamiento que facilite el control de los síntomas y el seguimiento de la evolución de la afección.

Lee el artículo en inglés.

Traducción al español por HolaDoctor.

Edición en español el 30 de julio de 2022.

Versión original escrita el 19 de julio de 2021.

Última revisión médica realizada el 19 de julio de 2021..