El VIH es un virus que debilita gradualmente el sistema inmunitario. Sin tratamiento, progresa con el tiempo en tres etapas. El momento depende de muchos factores, incluidos los medicamentos, la edad y la salud en general.
El VIH ataca a los glóbulos blancos llamados células T CD4 que ayudan a proteger al cuerpo de la infección.
Al eliminar estas células, el VIH debilita progresivamente las defensas del cuerpo contra la infección y la enfermedad, lo que produce complicaciones que pueden poner en peligro la vida, a menos que se reciba un tratamiento efectivo y continuo.
La terapia antirretroviral puede prevenir el avance del VIH, especialmente cuando una persona comienza a tomarla temprano. Las personas con VIH que reciben este tratamiento pueden vivir una vida larga y saludable, con expectativas de vida comparables a las de las personas sin VIH.
Este artículo analiza la cronología de los síntomas del VIH, las etapas de la infección y el pronóstico. También describimos cómo prevenir el avance del VIH.
Cuando una persona contrae el VIH y no recibe tratamiento, la infección avanza a través de tres etapas.
Para cualquier persona que pueda haber estado expuesta al VIH, es importante consultar con un proveedor de atención médica y preguntarle sobre la terapia preventiva llamada profilaxis posterior a la exposición (PEP, en inglés).
Las personas en riesgo de exposición al VIH pueden tomar profilaxis previa a la exposición (PrEP, en inglés), de manera regular para evitar que la infección avance, incluso si se produce la exposición.
Etapa 1: Infección aguda por VIH
Después de que una persona entra en contacto con el VIH, el virus se replica rápidamente, y la sangre llega a contener altos niveles del virus. En este momento, se puede transmitir fácilmente a otros, a través de la sangre, semen y fluidos preseminales, fluidos rectales y vaginales, y leche materna.
Entre 2 y 4 semanas después de la exposición al virus, algunas personas desarrollan un síndrome inespecífico con fiebre y otros síntomas similares a los de la gripe. Esto puede durar varios días o semanas.
Sin embargo, no todos experimentan estos síntomas. Si una persona no se somete a pruebas, es posible que el VIH progrese sin ninguna indicación de que está en el cuerpo.
Los síntomas similares a los de la gripe de una infección por VIH en etapa 1 pueden incluir:
- fiebre
- dolor articular y muscular
- cansancio
- sudores nocturnos
- erupciones cutáneas
- úlceras en la boca
- dolor de garganta
- inflamación de glándulas
- náuseas o vómitos
Estos síntomas se conocen conjuntamente como una enfermedad de seroconversión. Representan la respuesta natural del cuerpo a una infección cuando intenta eliminar el virus. Sin embargo, el cuerpo humano no puede eliminar completamente este virus una vez que está presente.
En esta etapa, el virus se replica usando las células T CD4 del cuerpo y se disemina por todo el organismo. Al hacerlo, destruye las células T CD4.
Eventualmente, este proceso se estabiliza. El sistema inmunitario reduce el número de partículas virales, y los niveles de células T CD4 pueden aumentar. Sin embargo, es posible que el número de estas células no vuelva a su nivel original.
Etapa 2: Infección crónica por VIH
Después de que la etapa aguda haya terminado, y si la persona no ha recibido tratamiento, el virus permanece activo, reproduciéndose a niveles muy bajos, pero continúa dañando las células inmunes.
En esta etapa, por lo general no hay síntomas, o son muy leves. Esta es la razón por la que los médicos a veces llaman a la etapa 2 “infección por VIH asintomática” o “latencia clínica”. El virus aún puede transmitirse a otras personas durante esta etapa, incluso si no causa síntomas.
Sin tratamiento, esta etapa puede durar 10 años o más antes de que la persona desarrolle el VIH en etapa 3.
Sin embargo, los medicamentos antirretrovirales modernos pueden detener el avance de la infección. Estos fármacos reducen en gran medida la carga viral, que es la cantidad de VIH en el cuerpo, a niveles muy bajos.
Cuando la carga viral es tan baja que las pruebas no pueden detectarla, el VIH ya no puede dañar el sistema inmunitario ni puede transmitirse a otras personas. Algunas personas se refieren a esto como “indetectable es igual a intransferible” o “U=U (por sus siglas en inglés)”
Una persona con VIH en etapa 2 que toma terapia antirretroviral efectiva puede nunca desarrollar el VIH en etapa 3.
Etapa 3 del VIH
La etapa 3 del VIH, también conocida como SIDA, es la etapa más avanzada. Se produce cuando el sistema inmunitario está dañado hasta el punto de no poder combatir más las infecciones.
Tomar medicamentos antirretrovirales mantiene el sistema inmunitario lo suficientemente fuerte como para evitar que el VIH avance a esta etapa.
Sin tratamiento, la carga viral sigue aumentando y el recuento de células CD4 sigue disminuyendo. Una persona recibirá un diagnóstico de VIH en etapa 3 si su recuento de células CD4 cae por debajo de 200 células por mililitro cúbico, o si desarrolla una infección oportunista.
Los síntomas en esta etapa varían mucho, ya que tienden a producirse a partir de infecciones oportunistas específicas.
Los síntomas del VIH en etapa 3 pueden incluir:
- sudores nocturnos
- fiebre
- tos persistente
- problemas que afectan la piel, la boca o ambos
- infecciones regulares
- diarrea crónica
- pérdida de peso
Debido a los tratamientos modernos, las infecciones oportunistas son cada vez menos frecuentes. Hay muchos tipos, pero algunas de las infecciones oportunistas más comunes en los Estados Unidos son:
- herpes
- salmonella
- candidiasis
- toxoplasmosis
Las personas pueden recuperarse de infecciones y enfermedades graves relacionadas con el VIH y controlar la afección con tratamiento. Los tratamientos para las infecciones oportunistas incluyen antivirales, antibióticos y antimicóticos.
La forma más eficaz es tomar medicamentos antirretrovirales tan pronto como sea posible y hacerlo de forma coherente según lo recetado.
La terapia antirretroviral mantiene el sistema inmunitario sano y reduce el riesgo de transmitir el virus a prácticamente cero.
Cuanto antes recibas un diagnóstico, antes podrás comenzar el tratamiento. El tratamiento temprano puede mejorar el pronóstico de la persona y reducir el riesgo de transmisión del virus a otras personas.
Terapia antirretroviral
La terapia antirretroviral mantiene el sistema inmunitario sano y evita que el virus se transmita. Beneficia a una persona independientemente de la etapa del VIH.
La terapia antirretroviral:
- suprime la actividad viral
- aumenta la inmunidad y la esperanza de vida
- reduce las posibilidades de transmisión del virus
Tomar terapia antirretroviral reduce la cantidad de VIH en la sangre a niveles muy bajos o indetectables. En la mayoría de las personas que usan medicamentos antirretrovirales, el virus se mantiene bajo control en 6 meses.
Una vez que la carga viral es indetectable, prácticamente no hay riesgo de transmitir el VIH a otras personas.
Un médico puede adaptar la combinación de medicamentos para cada persona. Tomar el medicamento de forma consistente según las indicaciones lo hace más eficaz y reduce las posibilidades de que el virus desarrolle resistencia al tratamiento.
PEP
Si una persona se expuso recientemente al virus, puede evitar que se arraigue usando PEP. Esta es una opción de emergencia.
La PEP es más efectiva cuando una persona la toma tan pronto como sospecha la exposición al VIH y antes de transcurridas 72 horas. Cuando una persona hace esto, la PEP puede prevenir el VIH.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cuando las personas toman correctamente el curso de 28 días de PEP, el riesgo de infección por el VIH se reduce en más del 80 por ciento.
Factores de estilo de vida
Ciertos factores del estilo de vida pueden desempeñar un papel en la progresión del VIH. Una persona puede adoptar estrategias para estimular su sistema inmunitario, incluyendo:
- Evitar las infecciones: toma medidas para protegerte contra infecciones y enfermedades, y vacúnate regularmente, si el médico lo recomienda.
- Reducir el estrés: el estrés debilita el sistema inmunitario y aumenta el riesgo de desarrollar otras enfermedades e infecciones oportunistas.
- Usar condón durante las relaciones sexuales: los condones protegen a las personas con VIH de otras infecciones de transmisión sexual que pueden debilitar aún más su sistema inmune.
- Hacer ejercicio regularmente: esto trae muchos beneficios, incluyendo un menor riesgo de enfermedades cardíacas, mayor energía, mejor circulación y capacidad pulmonar, mejor calidad del sueño y menos estrés.
- Comer una dieta saludable: mantener una dieta equilibrada con un bajo consumo de alcohol ayuda a estimular el sistema inmunitario y a evitar las infecciones. Los alimentos nutritivos también pueden ayudar a que el tratamiento funcione correctamente.
- Dejar de fumar: las personas con VIH que fuman son más propensas a desarrollar infecciones como candidiasis y neumonía, al igual que ciertas enfermedades como algunos tipos de cáncer, enfermedad cardíaca y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Otros factores que afectan la progresión
Algunos de estos no están bajo el control de la persona. Otros factores que pueden contribuir al avance del VIH son:
- la edad
- la genética
- el subtipo de VIH
- la salud general antes de la infección
- la presencia de otras infecciones
Para una persona con VIH, el pronóstico depende en gran medida del acceso constante que pueda tener al tratamiento y que lo tome según lo recetado.
Si una persona con VIH recibe una terapia antirretroviral de forma constante antes de que la infección avance, puede vivir una vida larga y saludable, con una esperanza de vida comparable a la de alguien sin VIH.
Sin tratamiento, la persona puede desarrollar el VIH en etapa 3 entre 2 y 15 años después de contraer la infección. La esperanza de vida después de un diagnóstico de VIH en etapa 3 es de 3 años.
Sin embargo, con medicamentos eficaces, muchas personas nunca desarrollan el VIH en etapa 3, y la incidencia de infecciones oportunistas es mucho menor que en el pasado.
Traducción al español por HolaDoctor.
Edición en español por Suan Pineda el 1 de diciembre de 2021.
Versión original actualizada el 22 de noviembre de 2020.
Última revisión médica realizada el 21 de noviembre de 2020.